Una brisa nueva
acaricia mi cara,
trae nueva luz a mis ojos
y algodón a la mañana.

La calle se desliza
delante de mis pasos,
todo es azul y siento
el abrazo del viento
libre como los pájaros.

Y la gente me mira
con otra mirada
y los árboles sonríen
con su risa de plata.

Estribillo
En un rincón oscuro
de una calle sin nombre
he tirado los restos
que aún quedaban en mí
de tu imagen que he roto
en trozos tan pequeños
que ni siquiera en sueños
ya me acuerdo de ti.
Las flores ya no lloran
y en ocasiones
le cuentan sus tristezas
a los cantores.

Pero a mí me regalan
esos colores
que hacen volar los pies
y cantar otra vez
viejas canciones.

y mis dedos recorren
su carne oscura
y mis labios la besan
mientras murmuran:

Estribillo
En un rincón oscuro
de una calle sin nombre
he tirado los restos
que aún quedaban en mí
de tu imagen que he roto
en trozos tan pequeños
que ni siquiera en sueños
ya me acuerdo de ti.