Póngame usted una copa de ternura
y media ración de besos
y traiga además de eso
unos granos de dulzura,
que tengo la boca, amigo,
traspasada de amargura.
Y sírvale otra copa a mi esperanza,
que ya no encuentra salida
y ha perdido el horizonte,
que gobernaba mi vida
y está hundida en una guerra,
que es una guerra perdida.
Porque este mundo ha perdido la razón
y hace falta más que nunca
pensar con el corazón.
Y retire esta nube de miseria
que me han colgado en la calle;
le agradeceré el detalle
que la cosa está muy seria.
Y haga esfumarse también
la copa llena de miedos,
de congojas y desvelos,
que nos anuncia el futuro
ese pasadizo oscuro,
lúgubre y sin melodía
que han pintado los fulleros
con todas sus fullerías.
Porque este mundo ha perdido la razón
y hace falta más que nunca
pensar con el corazón. 3
Y prepare una ensalada con los restos
que queden de valor y de coraje
y un poco de vergüenza y seriedad
y en vez de sal y vinagre,
ponga un poco de verdad
que espante tanta mentira,
tanta promesa quebrada
y tanta ilusión perdida.
Y alíñela con amor,
con grandeza y alegría
y llévese este dolor,
esta infernal agonía.
Porque este mundo ha perdido la razón
y hace falta más que nunca
pensar con el corazón.
Y añádale unas gotas de paciencia
a cada copa que traiga
y llévese sin demora
la tristeza, la nostalgia.
Y déjeme que brinde por la vida,
por favor si es tan amable,
Y siéntese aquí a mi lado
Antes de que sea muy tarde.
Y de postre una canción,
una voz y una guitarra,
y un poco de comprensión
para entender lo que pasa.
Porque este mundo ha perdido la razón
y hace falta más que nunca
pensar con el corazón.