Son fáciles de encontrar,
se pasean por tu acera,
se te acercan y te miran,
las quieres aunque no quieras.
Son frescas y cariñosas,
te tientan y, sin embargo,
se alejan sin recordarte,
dejando un sabor amargo.
Coqueteando,
revolotean alegres
y van dejando
pasar todas las cosas,
siguen buscando.
Les va la marcha,
rabiosamente exprimen
cada segundo;
le sacan brillo al tiempo:
ese es su mundo.
Nada les importa nada,
cuando no se ríen, juegan;
aunque no se lo propongan,
ellas siempre te la pegan.
El cigarro en una mano
y la otra siempre a punto,
con el gesto preparado
para buscar el asunto.
Coqueteando,
revolotean alegres
y van dejando
pasar todas las cosas,
siguen buscando.
Les va la marcha,
rabiosamente exprimen
cada segundo;
le sacan brillo al tiempo:
ese es su mundo.