Tiene la vida en sus manos
y una luz en la mirada;
todas sus preocupaciones
las esconde en la almohada;
a ratos alguna sombra
aparece por su cara
de quince años que escapan
a quien algo en ellos busca,
de quien quiere descubrir
el misterio que allí oculta.
No quiere hablar de cuestiones
que perjudiquen su embrujo,
por eso sólo se ocupa
de vestidos y otros lujos.
Ella es así
y así será
porque es hija de la moda
y de los whiskys con soda
y de «lo nuestro es pasar»;
pero, tal vez,
un día vendrá
algún solterón muy serio
que le robará el misterio
y su mundo de cristal.
Para conservar su encanto
y oler a Naturaleza,
vende su piel a perfumes,
maquillajes y recetas:
todo lo tiene a su alcance
para jugar a ser bella;
para seguir caminando
con sus sueños, con su gente,
para alegrarles las fiestas
fingiendo lo que no siente.
No le importan los negocios
ni malgastar ilusiones,
vive feliz en su mundo
recogiendo admiraciones.
Ella es así…