A mí me mató un bolero
en una noche estrellada,
cuando una luna dorada
inundaba el mundo entero.
A mi me mató una espina
clavada en el corazón,
disfrazada de canción
con alas de golondrina.
A mí me mató primero,
antes que cualquier amor
el cuchillo de un bolero.
ESTRIBILLO
Y aquel fuego se hizo miel desesperada
y ese hielo congeló nuestras miradas.
Y el amor se hizo canción
y la canción un “te quiero”
y el “te quiero”, una pasión
y se convirtió en bolero.
2
A mí me quemó ese fuego
que brota de sus entrañas,
que hiere, sufre y engaña
para abandonarte luego.
Ese amor, que llora y canta,
es invierno y primavera,
que brota por la garganta
y quieres aunque no quieras.
A mí me mató primero,
antes que cualquier amor
el cuchillo de un bolero.
ESTRIBILLO
Y aquel fuego se hizo miel desesperada
y ese hielo congeló nuestras miradas.
Y el amor se hizo canción
y la canción un “te quiero”
y el “te quiero”, una pasión
y se convirtió en bolero.
3.
Ese ritmo enamorado
es un volcán en las venas,
que acaricia y envenena
entre el dolor y el pecado.
A esa flor le da lo mismo,
ser espina o terciopelo,
empujarte hasta el abismo
o levantarte hasta el cielo.
A mí me mató primero,
antes que cualquier amor
el cuchillo de un bolero.
Y aquel fuego se hizo miel desesperada
y ese hielo congeló nuestras miradas.
Y el amor se hizo canción
y la canción un “te quiero”
y el “te quiero”, una pasión
y se convirtió en bolero.