Siempre te tengo en la mente
clavada como una gran espina;
yo siempre te estoy mirando,
pero tú, en cambio, nunca me miras.
Ya no sé lo que inventarme
ni qué decirte para llamar tu atención.
Soy un lucero que brilla,
que brilla justo al lado del Sol;
para ti soy un lucero
que brilla justo al lado del Sol.

Yo sólo vivo por verte
y tú vives sin mirarme,
¿cómo es posible que siempre
estés mirando a otra parte?
A pesar de que me ignoras
y de que pasas de mí,
aquí estoy como un idiota
enamorado de ti.

Aunque soy todo un artista
y animo todas, todas las fiestas
y en donde quiera que estoy
tengo a la gente siempre contenta.
Pero todos mis encantos
no valen nada para llegar hasta ti:
tú miras sólo a los otros
y no me miras a mí.

Lo que yo diera por ser
el espejo de tus ojos
y robarte una mirada
aunque fuera de reojo.
Tal vez sea porque me ignoras
o porque pasas de mí
que aquí estoy como un idiota
enamorado de ti.