Estoy aquí,
en esta jaula de cristal,
mirando como huye el atardecer,
sin un adiós, se va y se va,
despacio, igual que vino,
como sin querer.

Y se van con él los sueños,
pero se quedan las dudas
y aparecen los recuerdos
nadando en la noche oscura.
Mientras yo sigo aquí
en medio de la ciudad
encadenada a los hilos
que teje la soledad.

En la noche mueren
los sueños que un día
labró golpe a golpe
la melancolía.
Y en la luz que brota
de la madrugada
hay promesas rotas
que saben a nada. En este mar
donde no brilla el sol
no caben las estrellas ni la luna.
Aquí naufraga el corazón
entre la tempestad
y la locura.

Y no hay sitio para mí
en el reino del asfalto
donde soñar y vivir
es un juego tan lejano.
Mientras yo sigo aquí
en medio de la ciudad
encadenada a los hilos
que teje la soledad.

En la noche mueren
los sueños que un día
labró golpe a golpe
la melancolía.
Y en la luz que brota
de la madrugada
hay promesas rotas
que saben a nada.