1.
Ojos grandes, eternos
como el mar azul;
ojos brillantes y tiernos
igual que una nana,
que pintan la mañana
con su radiante luz.

En su lágrimas vuelan
mil mariposas
y halla sentido el mundo
y todas sus cosas.
Ese tesoro
que mira sin verte
y que tú no puedes ver
sin estremecerte.

Y es que el cielo es azul
porque lo miras tú.

2.
Dos espejos marinos
y trasparentes,
que embriagan como el vino
de la alegría,
febril melancolía
de sol naciente.

Detrás de su mirada
se esconde el cielo
anunciando temblores
de terciopelo.
Ese tesoro
que mira sin verte
y que tú no puedes ver
sin estremecerte.

Y es que el mar es azul
porque lo miras tú.

3.
Con impalpables dedos
encienden mi hoguera;
ojos que vuelan
y acarician con brisa,
fugaz sonrisa,
de primavera.

Dos espadas al viento,
felinas, tentadoras
clavadas en mi pecho
a todas horas.
Ese tesoro
que mira sin verte
y que tú no puedes ver
sin estremecerte.

Y es que el mar es azul
porque lo miras tú.
que se esconden traviesos
hurgando besos
al amanecer.

y a su grupa
yo emprendo el vuelo.