Clásico es todo aquello que merece ser imitado, que posee una entidad superior, cuya belleza es incomparable. Ahí cabe Ronda, porque reúne todas esas características y muchas más que ahora no viene al caso relatar. Su paisaje abrupto, su inaccesibilidad, todo lo que la guarda del mundo que la rodea, la convierten en una entidad especialmente misteriosa, propicia para que, como de forma inevitable, aquí se dieran tantas historias y leyendas de bandoleros tirados al monte, huyendo de la justicia por sus apasionadas y trágicas historias.
Pasear por sus calles es regresar al pasado, a las raíces. La piedra, las calles, los rincones, todo te envuelve en una halo de misticismo clásico, que transporta y eleva, que saca del presente. Ronda es esencialmente una ciudad proporcionada, armónica, equilibrada. Como su maravilloso Puente Nuevo.

Canción que escribí para la obra "Aldehuela, un genio olvidado". Interpretada por Carmen Hita, acompañada al piano por curro Bautista.