Archivo mensual: diciembre 2016
Ese toro enamorado
de esa plaza que lo invita
a saltar esa barrera
para jugarse la vida.
Ese toro de una España
que se acaba y que agoniza
entre estertores de incienso
y castañas en la esquina.
Ese toro ya no es,
ese toro ya no mira
la tarde que languidece
hacia el ocaso vencida.
Ese toro sigue vivo
y vivirá mientras viva
entre hierros centinelas
y entre flores amarillas.
Colgada de un barranco
mi Ronda, entre la niebla,
una diosa parece
descendida a la Tierra,
Esa Ronda que vuela,
esa Ronda tan quieta,
detenida en el tiempo,
eternamente eterna.
Rotundamente roca,
resueltamente piedra.
¡Ay, mi Ronda, tan alta
como el Sol que te besa,
tan noble y orgullosa
como una luna llena.
Ronda dentro de mi alma,
tan joven y tan vieja.