Digo 

Estas son las ideas que salieron a mi encuentro entre octubre de 2010 y mayo de 2014. Las recopilé bajo el título que aquí aparece y son, evidentemente, una continuación de mis artículos de los años anteriores.

LOS MINEROS DE CHILE

Los mineros de Chile están a salvo, gracias, sobre todo, a la diligencia de quienes se pusieron manos a la obra para su rescate, echando mano de su tecnología y de su, aplaudida por todos, competencia.
Mucho me temo que las buenas noticias hayan terminado para ellos en el preciso momento en que, tras tantos días de entierro, han vuelto a la luz cegadora de la vida. 
Hasta aquí, todo magnífico, ejemplar, solidario, enternecedor y todo cuanto quepa añadir a cada una de las historias de cada uno de los mineros y sus familias, cargados de espera y esperanza.
A partir de aquí, me temo lo peor. Ya atisbo los movimientos depredadores de las aves de rapiña en forma de cadenas de televisión, prensa, internet y demás bazofiia entontecedora y alienante, pujando por la presencia de estos pobres incautos, apetecible carnaza para sus instintos envilecedores y trivializantes.
A partir de ahora, la vida de estos héroes de la mina pasará a convertirse en un show televisivo de baja estofa, que pretenderá vender los recovecos y la sustancia más ínfima de la dramática odisea.
Más de uno, convertido en estrella mediática, terminará aniquilado por la perfidia de quienes son incapaces de respetar la experiencia humana, sin convertirla antes en un objeto lamentable de espectáculo y consumo.
Más de uno lamentará haber salido del agujero.

Dicen que la política es un mal necesario y que los políticos participan de esa índole de su profesión. Yo, lo siento, no voy a compartir nunca semejante justificación, sin duda inventada por los mismos políticos. A mí no me gusta esta ralea de políticos que tenemos que soportar; estos políticos que sólo han aprendido la pequeñez de la triquiñuela, la alevosiía de la traición, la debacle moral de la incoherencia.
Sin duda, hay una gran política, justo aquélla que usamos como referencia para denostar a estos elementos indocumentados y para lamentar su dedicación a la política con minúsculas. Aquélla es la que antepone el bien común al particular, la que tiene altura de miras, principios y referencias. La pequeña política es la que se embarra en su miseria, en sus mezquinos objetivos, en su propia y miserable pequeñez.
Y si hay alguien que representa a la perfección a este ejemplar de la pequeña política, ese es Zapatero. Incoherente hasta la médula, traidor de sus propios principios de bisutería, acomodaticio y chapucero.
Zapatero es un incompetente que, con el entusiasmo del converso, ha abrazado la fe del mercado y del capitalismo con la misma convicción que, cuando le interesaba aparecer como el paladín de los pobres, defendió los valores y las glorias de la socialdemocracia.
Para hacer esta política, para entregarse de esta forma al capital, mejor hubiera sido que hubiera entregado el poder directamente a la derecha. Ellos, al menos, no hubieran sido incoherentes.

ZAPATERO

RAJOY

¿Qué hemos hechos los españoles para merecer estos políticos? Acabo de quitar de aquí a Zapatero y me pongo a situar a Rajoy, tal ver una metáfora de lo que ocurrirá en La Moncloa dentro de dos años.
¿Qué ganaremos los españoles con el cambio? Nada. Absolutamente nada. A la incompetencia de Zapatero, le sucederá la duda metódica de Rajoy, su incapacidad genética para tomar decisiones, como ya ha demostrado ampliamente en la gestión interna de su partido.
Su táctica operativa no es otra que, o bien dejar que los problemas se resuelvan solos a base de dejar que el tiempo los vaya solventando o bien esperar que sea otro quien tome las decisiones.
Rajoy es un irresoluto y lo primero que hay que exigir a un líder es que tome decisiones, que marque el camino, que oriente con su toma de posiciones.
A todo ello viene a sumarse una rémora que lo ha venido condicionando y que siempre estará sobre su cuello como una espada de Damocles. Me refiero a la ausencia de legitimidad de su nombramiento, hecho al viejo y dictatorial estilo de tiempos ya periclitados, en los que el dedo del señor ejercía el papel del imprescindible plebiscito.
Rajoy no es querido por una buena parte de los votantes del PP. Lo mismo le ocurre a Zapatero en su partido. Tienen una enorme contestación en las bases y en los cuadros de sus partidos, que es silenciada en pro de dar una imagen de confianza y seguridad, que ninguno de los dos tienen ni merecen.

Todos hemos conocido estos días sendas apariciones de dos personajes de acusada relevancia pública, uno de ellos un escrito de éxito comercial y el otro un pseudointelectual que suele aprovechar sus aparicones mediáticas para llamar la atención a base de provocaciones impresentables.
El primero es Arturo Pérez Reverte y su mal estilo al mofarse de las lágrimas de Moratinos al abandonar su Ministerio de Asuntos Exteriores. Reírse de las lágrimas de un político es aceptar que el personaje público debe ser frío y calculador, ajeno a emociones y sensibilidades. ¡Qué ocasión ha perdido Pérez Reverte para loar estos sentimientos, que vuelven humanos a quienes acusamos siempre de que no lo son.
El segundo es el ínclito Fernando Sánchez Dragó, personaje que ha pasado por todo el espectro ideológico, de la extrema izquierda a la extrema derecha, sin el más mínimo rubor. Y justificando en cada momento sus diferentes posicionamientos, pues verbo no le falta, aunque no tenga argumentos. Suele ocurrir que se hable mucho y florido sin ninguna sustancia. Éste elemento es un ejemplo de ello. Su patochada de esta vez ha sido declarar que en su momento se acostó en un país asiático con dos niñas de trece años, a las que llama «zorritas». Esto, que trasciende la desvergüenza y entra en el terreno del delito, lo zanja él diciendo que, en todo caso, éste ya ha prescrito.
El intelectual debe ser quien oriente la opinión de todos aquellos que no lo somos; quien, con su palabra y su ejemplo, sirva de guía a la sociedad y monitorice nuestros comportamientos. Es evidente que la gravedad de ambos casos no es comparable, pero los traigo a colación por lo que suponen de contraejemplo de lo que debe ser un intelectual de verdad.

INTELECTUALES DE PACOTILLA

LA FACTURA MÉDICA

En esto de rastrear la evolución de las cosas, no hay que ser muy perspicaz para darse cuenta del retroceso que, de un tiempo a esta parte, ya se ha hecho evidente en derechos sociales y en todo aquello que en su momento se bautizó con el pomposo nombre de «Estado del Bienestar».
Ya hace mucho que el MERCADO viene mostrando su incomodidad ante esa intromisión del EDSTADO, metido a arbitrar medidas redistribuidoras de la riqueza. El CAPITALISMO no admite beneficiencias y tan sólo se rige por la ley de la eficacia. Esta extraordinaria crisis no es ajena a esa voracidad mercantil, que todo lo cosifica y lo convierte en mercancía, incluidas las personas, los valores y los principios.
Sirva este preámbulo para llamar la atención sobre una de las cosas que nos esperan en un futuro más o menos próximo. La definitiva victoria del MERCADO traerá consigo, entre otras desgracias, el copago sanitario (mal menor) o inluso la asunción por parte de los ciudadanos de los gastos que generen sus dolencias. 
Es curioso cómo los gobiernos y los agentes económicos nos van preparando para que asumamos las restricciones en derechos como imprescindibles. Un dato muy revelador lo constituye la factura que el gobierno andaluz ha comenzado a expedir en el hospital de Marbella, en la que se refleja el gasto que supone cualquier actuación médica. Para que no cunda el pánico, dicen que no es más que una manera de que la gente se tome con responsabilidad estos servicios; en el fondo no se trata más que de un acto más de mentalización para un nuevo recorte social. Al tiempo.

Yo soy alguien que nunca ha visto con malos ojos las novedades. Ni me tienta la nostalgia ni pienso que cualquier tiempo pasado fue mejos. Pero hay algo que han traído los nuevos tiempos que me molesta sobremanera.
No sólo estoy a favor de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, sino que pienso que cualquier otra cosa es totalmente inaceptable; como lo es cualquier otra discriminación de las que, lamentablemente, aún existen. 
Pero tendríamos que ponernos de acuerdo para evitar la hrrorosa cantinela que nos obliga a emplear los dos sexos en el lenguaje para no ser tachados de sexistas: todos y todas, andaluces y andaluzas, amigas y amigos, miembos y miembras, como se le ocurrió a una ministra.
El lenguaje no es solo una herramienta funcional para transmitir mensajes a los demás; es, también una poderosa e inigualable capacidad para expresar nuestra creatividad, nuestras emociones y reflexiones y para hacerlo de una forma hermosa y armónica. Es un deber intentar que nuestro lenguaje sea preciso y bello y no por ello convertirlo en pedante. La coletilla famosa lentifica la expresión, la convierte en pesada y en reiterativa y no soluciona ningún problema real de discriminación.
Yo propongo que para dar gusto a los que piensan que así se solucionan estos problemas, dediquemos los años impares a hablar en masculino y los pares en femenino. No me importaría para nada ser «una andaluza» en los años en que me toque. Cualquier cosa antes que seguir con esta pesadilla.

TODOS Y TODAS

¿QUIÉN CONTROLA A LOS CONTROLADORES?

¿Qué ocurriría si en lugar de estos sujetos privilegiados que controlan el espacio aéreo, se tratara de maestros o funcionarios de Correos, los que hubieran sumido al país en uno de los caos más lamentables de la época democrática? El paquete que les hubiera caído habría sido de órdago. El poder no hubiera tenido compasión; aplicaría la ley sin ninguna misericordia y procurarían ejecutar en sus cabezas un castigo ejemplarizante para el resto de la sociedad.
Este mismo poder, que hubiera sido inexorable con estos colectivos, se viene achantando ante un colectivo mínimo, insignificante, pero que atesora un poder omnímodo, superior al del mismo gobierno. Extrañaría sobremanera que esta gentuza pague su inmensa irresponsabilidad. Volverán al trabajo y, por el hecho de hacerlo, les serán perdonados todos sus pecados. Seguirán en sus puestos y volverán a las andadas y ninguno de ellos y ni siquiera el gobierno, recordarán el descrédito en que han puesto el nombre de España, la cantidad de pérdidas que han ocasionado en todo el sector de la industria turística o el inconmensurable volumen de ilusiones dilapidadas de una forma bárbara y demencial.
¿A qué colectivo se le permitiría este tipo de actitudes, que no respetan el más mínimo protocolo de convocatoria de huelga? ¿Qué fuerza moral tienen unos tipos que, en el peor de los casos ganan quince veces más que un docente? ¡QUINCE VECES MÁS! Nada menos.

A mí lo que más me molesta de esta ley que prohíbe y proscribe a los fumadores públicos es que tengo que aceptar que los que la defienden tienen razón.
Dicho esto como preámbulo, tengo que mostrar mi más profunda inquietud ante esta muestra más de energía intimidatoria que vuelve a manifestar nuestro Gobierno. ¡Qué miedo! Los gobiernos, todos los gobiernos tienen una tendencia natural a prohibir. Con la misma inercia con la que el agua busca el mar, todo aquel que tiene el poder, cualquier poder, tiende a expresarse en mandatos y prohibiciones.
Lo malo es que una vez que se acepta, nunca se sabe qué será lo próximo que se prohiba o dónde acabarán las veleidades autoritarias. A este paso, terminarán prohibiendo las copas, el amor o la libertad de opinión. Cuando se entra en una espiral de prohibiones nunca se sabe hasta dónde puede llegar la ola que provoca.
¡Al tiempo! Lo que nos está ocurriendo es lo sguiente: A medidad que van desmontando pieza a pieza el estado del bienestar, paradójicamente, irán subiendo los impuestos y, paralelamente, subirán como la espuma el número de cosas que no nos permitirán hacer. No es que vayamos hacia ello, es que ya está ocurriendo.
Lo ÚLTIMO sobre la famosa LEY: si el gobierno está tan preocupado por nuestra salud y conoce el efecto perverso que provoca sobre ella, ¿por qué no tiene cojones de prohibir el tabaco? Eso sería lo más honesto; lo único honesto. 

LA LEY ANTITABACO

GESTIÓN Y EFICACIA

Dicen muchos de mis amigos conservadores que lo importante en un político es la gestión. Que la ideología es una cosa del pasado, algo trasnochado y fuera de los horizontes de este siglo XXI. Que lo importante es que las cosas funciones y que las iniciativas se traduzcan en un crecimiento, preferentemente económico.
Estoy de acuerdo en que la gestión debe ser un elemento fundamental en la evaluación de un político, pero pienso que no debe ser el único ni siquiera el más importante. Dejando al margen el tema ideológico, en el que no puedo concertar con mis amigos, porque entiendo que tras cualquier toma de postura o decisión debe haber una filosofía de fondo, quiero aquí dejar firme algo que me parece más lamentable.
Cuando se coloca a la gestión omo el único parámetro válido para medir al político, se da tácitamente por sentado que se justifica cualquier medio para alcanzar la eficacia. Así, la gestión cobra una aotonomía, que la independiza de la ética, de la vergüenza y de la honestidad. Se instala la proclama de que «todo vale».
Hay políticos eficaces, que hacen cosas, tienen ideas e iniciativa y son capaces de enfrentarse al mundo con tal de sacar adelante sus proyectos, pero todo ello a costa de fundamentarlo todo en la manipulación, el engaño, la trampa y el despilfarro. A mí no me sirven estos ¿servidores? públicos si para aceptarlos tengo que renunciar a un modelo de actuación pública basado en el respeto a la ley, a las personas y al medio ambiente. 
En definitiva no me interesa para nada el político si detrás no hay una persona, una buena persona. Si no es así, pongamos un ordenador para gestionar que, con seguridad, se equivocará menos y tendrá menos familia que colocar.

El teatro, al contrario que la poesía o la novela, además de texto es espectáculo, puesta en escena, representación. Empezaré analizando el contenido , el texto, de esta obra, para acabar con la parte escénica.
«La sacristía» es la última travesura de ese genio de las tablas que es Antonio Becerra, ese personaje que es una bendición para todos los que tenemos la suerte de disfrutarlo (espectadores, amigos, conocidos…). Antonio plantea con una seriedad no esperada por la mayor parte de los espectadores, un tema delicado y sugerente y lo hace con tal grado de valentía, que ya si no hubiera nada más que eso, sería digno del mayor de los aplausos.
Pero hay más, mucho más. Observo tres planos en esta obra ejemplar: En primer lugar, el sociológico, en el que Antonio refleja de una manera certerísima aquella época de su infancia (años 50-60) con todos sus matices y miserias, a través del espejo de una familia típica del momento, la suya propia. Con gravedad no exenta de fino y elegante humor nos presenta los rasgos de aquella sociedad: precariedad, integración de los amyores, matriarcado, resignación, lucha.
En segundo lugar, en el plano eclesiático, se ocupa de hacer un sincero y valiente ejercicio de reproche a un clero funcionarial y más pendiente de atender a las necesidades de los «señoritos» que a extender la palabra de Dios. La escena del primer acto del sacristán y de su amigo José es cruda y significativa. Ya en el segundo acto insistirá en su crítica cuando hace que Dios le hable, no al cura, sino al sacristán, al que representa la Iglesia del compromiso con los pobres y sus necesidades. Incluso se atreve Antonio a plantear dos modelos pedagógicos tradicionales dentro de la institución y a defender aquél que defiende la cercanía y la comprensión frente a la disciplina indiscriminada.
Por último, plantea Antonio, un plano superior, el teológico, en el que contrapone al ateísmo de José, la fe benevolente y confiada de Francisco. Todo ello embebido, envuelto en una sincera y honesta teología de la pregunta, que pretende acercarse a Dios a través de las precariedades humanas. Termina este plano con una apuesta del autor por el amor como elemento clave en la comprensión del fenómeno religioso: el amor nos acerca a Dios porque Dios es amor.

Se trata, en definitiva, de un texto lleno de matices en el que podemos disfrutar de la enorme perspicacia de Antonio Becerra, su enorme capacidad de penetración en la psicología humana y su habilidad para la construcción de tipos teatrales. A ello hay que sumar que sabe trasladarnos sus preocupaciones profundas y sus permanentes inquietudes espirituales. Con total honestidad, con absoluta sinceridad.

Pero el teatro, además de texto, es representación del mismo en un escenario. Y ahí es donde lucen en todo su esplendor estos excelentes cómicos del TES, que están gozando en este momento de una espléndida madurez, para nuestro solaz y disfrute. Hay tanta categoría ya en escena en este grupo, que la obra trascurre en volandas, mimada y cuidada por estos actores y actrices, mecida como si cualquier cosa por el talento de estos entrañables titiriteros, que son profesionales en su técnica, pero aficionados en su permanente entusiasmo. La única recompensa que tienen por su excelente y arduo trabajo es nuestra admiración y esa la tienen de sobra, como desmostró el entendido público rondeño, que llenó el amplio teatro Espinel en las dos funciones y que no paró de manifestar sus muestras de sobrada satisfacción.


La Sacristía tiene una estructura que Antonio divide en 2 actos y un epílogo. En realidad, se trata de una serie de cuadros autosuficientes (como demuestra el hecho de que el público aplaudió todos y cada uno de los mutis que suponían el final de cada uno de ellos), pero que Antonio, hábilmente enlaza en una unidad, que viene determinada por una anécdota mínima, pero también por la personalidad del sacristán, que aglutina los diferentes momentos de la obra y todo el proceso en su conjunto.
En la parte técnica, hay que enfatizar la mejora que se aprecia en cada nuevo estreno en cuanto a medios técnicos y al manejo de los mismos. Luces y efectos hicieron el resto para completar un espectáculo sin fisuras (magnífico el efecto que recrea la percepción del sonido que llega de la iglesia en función de la apertura o cierre de la puerta). Atuendos y maquillajes magníficamente conseguidos. Los decorados, más que profesionales, muy ajustados y contextualizando perfectamente la obra.

Estoy a punto de terminar esta carrera universitaria que empecé cuando mis hijos ya no necesitaban de mi atención permanente (sólo económica). Hay, en ese momentoo, decidí continuar con mi verdadera vocación, que es la formación permanente. Con la libertad añadida, además, de que ahora mi esfuerzo no tiene ninguna finalidad ajena al propio esfuerzo intelectual. No estudio por dinero, ni por mejorar mi puesto de trabajo, ni siquiera por vanidad; lo hago simple y llanamanete porque me gusta estudiar, porque me compensa hacerlo, porque en el mismo acto del estudio encuentro satifacción. Es raro, es extraño y curioso, lo sé. Casi nadie estará de acuerdo conmigo, pero es así. Soy raro al parecer. De hecho, fuera de mi familia, prácticamente nadie me animó en esta aventura. La inmensa mayoría, cuando se enteran de esta extraña vocación, casi sienten en sus propias carnes el absurdo de tal pretensión. Pero yo siempre he seguido adelante, en contra de la opinión de esa mayoría. No me es nada ajena; suelo ser poco convencional y las mayorías no me entusiaaman absolutamente nada. Aquí estoy, terminando, si el latín (era la gran frontera) me lo permite. De momento, en el primer parcial del primero de los dos cursos que tengo que superar, he sacado un 9. Voy por el buen camino. No estudio para fastidiar a nadia; es tan solo que me gusta.

MIS ESTUDIOS

LA QUE SE AVECINA

Aún no tengo las notas de mis exámenes. Prometo que las haré públicas en cuanto disponga de ellas. Mientras tanto, hay que regocijarse con las emociones políticas que nos esperan de aquí a final de curso. A nivel nacional todo se orienta hacia un primer descalabro en las municipales del partido en el gobierno, que pagará inexorablemente los efectos de la crisis (responsabilidad del sistema) y de su torpeza al afrontarlos (responsabilidad propia). Serán unas primarias, que, a un año de las generales a nivel nacional y las autonómicas andaluzas reflejarán mejor que ningún sondeo el estado de cabreo del personal, esquilmado y acosado, deprimido y acongojado. Pero lo que realmente resultará adrenalínico para los rondeños serán las elecciones locales. En ellas hay muchas cosas en juego y ninguna inocente. ¿Serán capaces los electores de castigar tanta desvergüenza como se mueve entre nuestros políticos? ¿Castigarán los militantes y votantes del PSOE la tropelía de un partido presuntamente serio entregado en cuerpo y alma y a merced de un ambicioso sin escrúpulos? ¿Serán capaces los andalucistas, antiguo partido del pertinaz político, de reorganizarse alrededor de la sutil idea de la venganza? ¿Superará el PP su permanente división interna y con el viento a favor de las encuestas nacionales hacerle frente al alcaldable mayor del reino? Nunca lo ha tenido y, pienso, nunca lo va a tener más fácil. ¿Conseguirá el PSOE, con el aventurero a la cabeza, la mayoría absoluta, imprescindible para seguir gobernando, dado que el susodicho ha roto amarras con todas las demás formaciones? ¿Dará una muestra más de su habilidad política y nos regalará otra de sus famosas piruetas, que terminan sometiendo a los agraviados previamente y convenciendo a los más patéticos ofendidos? ¿Se unirán PP y PA, principales víctimas del alcalde, para sacarlo del sillón? En definitiva, preguntas sin respuestas de momento, pero que en el plazo de dos meses las tendrán y, puesto que nuestra política no sólo no resuelve nuestros problemas, sino que los agrava e intensifica, al menos, tomémoslo por el lado lúdico y disfrutemos con las emociones morbosas que nos esperan?

Ya tengo mis NOTAS 

Por fin tengo mis notas correspondientes al primer parcial de este curso. Son las siguientes, sacadas tal como vienen expresadas en la página de la universidad:
Convocatoria de Febrero Curso 2010/2011
571053 LENGUA CLASICA I- LATIN
  1. Prueba: P (Feb) Calificación APTO Nota Númerica: 9 [NOTA PROFESOR –> FRANCISCO CALERO CALERO]

571091 TEORIA PSICOANALITICA
Prueba: P (Feb) Calificación APTO Nota Númerica: 9 [NOTA PROFESOR –> CARLOS GOMEZ SANCHEZ]

No están mal. Ya me queda menos para terminar…esta carrera.
Como veréis, estoy reestructurando la página. Cuando tenga más tiempo intentaré crear un formato radicalmente nuevo, que acabe con los marcos, que son herramientas que dan muchos problemas. De momento, la he ordenadoy limpiado, para que tenga una apariencia decente, aunque he de confesar que a mí siempre, en todo, me ha interesado más el contenido que el continente, pero es verdad que las formas y la apariencia son la mejor manera que tenemos los humanos para llegar a otras profundidades.
Lo cierto es que esta web ha adquido tal volumen, que hay que proceder a estructurarla de forma que no nos perdamos en su interior. Cerca de 9.000 archivos andan desperdigados en su interior y moverse por ellos, si no hay orden, puede resultar una labor infructuoso y laberíntica.
El MENÚ pasa todo a estar en la parte de la izquierda; ahí es donde hay que buscar todo lo que se busque y siempre permanece en pantalle aunque vayamos navegando por los distintos contenidos.
He agrupado secciones que ya no uso en la sección NOTICIAS ANTIGUAS, que aunque no tengan actualidad, sí que son un importante centro de documentación sobre todas las personas y las cosas que han ido apareciendo en esta página desde hace más de 10 años. Además está ordenado cronológicamente, lo cuál facilita mucho la búsqueda de acontecimientos que queramos recuperar.
En la portada, he querido mantener, al margen de este comentario, de las noticias de arriba y de la poesía correspondiente, todos aquellos acontecimientos que, por diferentes motivos, merecen el privilegio de estar en el escaparate.
Voy a buscar un buen sitio para colocar una explicación de las distintas secciones y su razón de ser. Me pongo a la tarea. Un abrazo a todos los que sois bienvenidos siempre en esta vuestra casa.

 

ZAFARRANCHO EN MI WEB

LA DESVERGÜENZA DE LA BANCA
la-desverguenza-de-la-banca

Mientras unos y otos en este triste país se empeñan en resucitar permanentemente las dos Españas. Mientras tiriros y troyanos apuntan a los políticos que no son de su cuadra para hacerlos responsables de crisis, corruptelas, borrascas y terremotos; mientras todos apuntamos al político del otro bando y lo hacemos responsable de todo lo que consideramos malo, pernicioso o negativo. Mientras ocurre eso, digo, todos los días y a todas las horas, la banca y los banqueros, el sistema financiero, el poder fáctico que realmente dirige y controla, manipula y orienta los pasos de los políticos, permanen al margen de nuestros reproches, a salvo de la crítica, ocultos tras la respetabilidad de sus corbatas.
¿Quién se atreve con ellos, aunque sólo sea en conversaciones privadas? Ellos son los máximos responsables de un sistema que tiene demasiadas adherencias colaterales que minan la dignidad de los seres humanos y las carteras de los pobres contribuyentes. ¿Cuándo apuntaremos hacia ellos? ¿PPor qué ese respeto reverencial d ela prensa? ¿Tal vez porque se acabarían los créditos y la financiación de los medios de comunicación?
Un ejemplo cotidiano: ayer, en los apuntes que aparecen en ni cuenta de una conocida Caja de Ahorros, aparecen dos sucesivos. El primero me anuncia que los intereses devengados a mi favor en el últimos trimestre ascienden a 2 céntimos. El segundo me comunica que han sustraído de mi cuenta 3 euros como comisión de mantenimiento correspondiente a ese mismo periodo. Es decir, en tres meses, por el dinero que yo les presto me pagan 2 céntimos y como agradecimiento a mi confianza en dicha entidad por abrir una cuenta, me cobran (penalizan, castigan) con 3 euros. Es decir, yo tengo que darle a ellos 150 veces más que lo que ellos me dan a mí, con el superagravante de que ellos han negociado con MI DINERO durante esos tres meses y yo no he podido negociar con el suyo.
¿Cabe mayor desvergüenza? Seguiré con este tema. Espero que algún día los ciudadanos nos levantemas ante estas injusticias, ante este latrocinio inmisericorde.

Sin duda alguna y está más que demostrado, no hay nada que produzca más insatisfacción que la saciedad, el hartazgo. Los seres humanos necesitamos retos para enfrentarnos a la vida y si las necesidades están cubiertas, nos las inventamos, porque son imprescindibles para ponernos a funcionar. Nos va la precariedad. Esta reflexión viene al hilo de esta imagen. Por el bolso y por el contexto se puede adivinar que se trata de una chica bien, de esas que no tienen más problemas que los que se monten en su preciosa cabecita. No debe faltarle nada en lo económico. Su fondo de armario debe ser suculento y seguro que está al día en cuanto a moda y ornatos, pues ahí la tenemos, con unos pantalones que cualquier mendigo se avergonzaría de mostrar en público.
Pero ella no lo es, ella no es pobre, por eso se viste como una pobre, porque se trata de un juego, de una manera gráfica de mostrarse original y diferente. Se trata de jugar a ser otra cosa, porque lo que es ya lo tiene más que experimentado y el mundo en que se desenvuelve lo tiene más que explorado. Por eso hay inventarse y reinventarse continuamente. Tal vez sea la forma más eficaz de no caer en la melancolía, propia de quienes lo tienen todo en la vida.
Yo estoy convencido, no obstante, de que los ricos en esto no muestran ninguna originalidad. La explicación de por qué les gusta vestirse de pobres está dentro de la naturaleza humana: también a los pobres, seguro que les gustaría vestirse de ricos.
Espero que de mis palabras no se deduzca ningún tipo de reproche. Sólo quería hacer un análisis y en ningún caso una valoración. De hecho, si la tópica insatisfacción humana produce imágenes como la que adorna este comentario, yo estoy encantado de pertenecer a una especie plenamente insatisfecha.

¿POR QUÉ LOS RICOS SE VISTEN DE POBRES?

por-que-los-ricos

FINAL DE COPA

«El fútbol no es cosa de vida o muerte; es algo mucho más importante que eso». Esta es una sentencia de un legendario entrenador del Liverpool, que resume con exactitud ese sentimiento exacerbado que todos ponemos en este deporte. Las cigras de audiencia del partido de ayer son de récord histórico absoluto.
Yo confieso que mi interés por el fútbol y mi entusiasmo madridista ha ido menguando con la edad en la misma medida en que lo ha hecho miagudeza visual u otras competencias físicas. Pero aún me conmueven los triunfos de mi equipo. En menor grado, pero sigo sintiéndome parte de un clan, en esta metáfora de nuestros ancestros primitivos que es la afinidad por unos colores deportivos.
Y este victoria del Real Madrid me gratifica en especial por esa demonización que hay a nivel nacional de todo lo que procede de este club, en la misma medida en que se angeliza todo lo que viene del eterno rival barcelonista.
Y me alegra especialmente la enorme decepción que supone esta victoria para todos los que reprochan cualquier cosa que hace Mourinho, por la sencilla razón de ser el técnico del Madrid. El día que lo sea del Barcelona (que llegará) meará agua bendita como ahora lo hace Guardiola para todos los papanatas de la prensa.
El reproche que se hace al técnico madridista de planteamiento defensivo no esconde más que la decepción por el deseo general de que hubiera salido goleado de haber jugado de tú a tú al Barcelona.
¿Cómo hay que jugar a ese equipo, de toque exquisito y control absoluto del balón, sino como lo ha hecho Mourinho? El Real Madrid nunca ha sido un equipo de toque, sino de fútbol directo y aguerrido. El estilo del Barcelona es singular, ejemplar y admirable, pero ni siquiera el mejor estilo vale para todos los rivales. Frente al Barcelona sólo cabe pelear a tope, recuperar y tirar hacia adelante. Lo que tan bien hizo ayer el Real Madrid. Y aún falta un ingrediente más para ganarles: ¡rezar!

No tuve la suerte de conocer a José María Alonso, pero sí la de cantar algunas de sus magníficas canciones. Con «Vivar» y con «Andalucía», entre otras, pasamos unas estupendas veladas, en aquellos años en que había tiempo (lo sacábamos de donde fuera) para compartir sentimientos y emociones, siempre a flor de piel.
José María Alonso no tuvo suerte; era un hombre sin suerte, pese a su talante, a su talento y a su bondad. Sus discos no cuajaron y él siguió y permanece en el olvido. Pero los que tuvimos la fortuna de compartir dsu música y su poesía seguimos reivindicando su nombre y tenemos la obligación de enseñarlo a los cuatro vientos para que sigue latiendo su espíritu entre nosotros.
Hoy, más que nunca, estamos necesitados de cantantes como él, comprometidos con la vida y con el arte con mayúsculas, en medio de tanta bazofia comercial y descarada como nos está tocando padecer.
Hace poco lo encontré en la red y la gente que hablaba de él lo hacía con tanto cariño, respeto y devoción, que he querido traerlo a nuestra página para que conozcáis su vida y su obra y escuchéis su canción VIVAR.
En la miniatura de arriba podéis escuchar la canción y también en CAJÓN DE SASTRE, donde hay enlaces a otras páginas.

jose-maria-alonso

MI DILEMA ANTE LAS ELECCIONES

De nuevo me encuentro sufriendo la zozobra, el agobio y el dilema que me asaltan cada vez que se acerca el día de las votaciones, acto clave al que han reducido los políticos nuestra participación en la vida común. Mi desafecto hacia los políticos no es algo gratuito, tiene una razón profunda, que reside en la forma grosera y torcida que se ha impuesto como una moda permanente en la forma de entender la política por parte de nuestros prebostes. La que debiera ser la más noble de las actividades humanas, el servicio a los demás, ha pasado a ser una oportunidad para enriquecerse, para ganar influencias, para alcanzar objetivos bastardos.
Pero, por otra parte, uno viene de épicas tenebrosas, en las que la democracia era un horizonte luminoso y lejano, casi imposible y no tiene más remedio que poner su granito de arena para mantener algo que costó tanto alcanzar.
De esta forma, cada vez que se acerca lo que viene este domingo, he de moverme entre el rechazo que me provocan los políticos y que me invita a quedarme en mi casa y no participar y la obligación moral de seguir arrimando mi hombro al mantenimiento de un régimen que, aunque profundamente mejorables, es, sin embargo, absolutamente imprescindible.

PSOE…….7 PP………7 PA……5 IU…….2
Con esos datos que reflejan el resultado electoral del domingo, parece que, pese a ganar en número de votos, Toti, Cañestro y su PSOE van a tener que hacer las maletas y dejar el poder en otras manos.
Este equipo de gobierno ha hecho cosas, tal vez más cosas que nadie haya hecho nunca desde la alcaldía de Ronda, pero este equipo de gobierno debe pasar a la oposición por dos motivos fundamentales: en primer lugar, porque no es asumible el modelo de hacer política que ellos representan. No, en política no puede valer todo y la cantidad de chanchullos, maniobras, componendas, traiciones, mentiras y arrogancias que acumula Toti no pueden ser avalados por un electorado, que ya empieza a cansarse de tanta vileza. De nada debe valer una buena gestión, una gran gestión, si no viene acompañada de unas formas dignas y decentes de manejarse en este mundo. Y peor que el comportamiento del tránsfuga Toti, entiendo yo que es el del partido, representado por Cañestro, que, no sólo le abre los brazos a un elemento de esa calaña, sino que permite que se convierta (¡alucinante!) en su líder, en una maniobra indecente por tocar poder a toda costa y a cualquier precio. En segundo lugar, es bueno que desaparezcan de la escena porque cuando se ajusten cuentas y se haga balance, con toda probabilidad comprobaremos el estado real de unas esquilmadas arcas municipales, que tardaremos años en recuperar.
En suma, estos dos personajes han sumido, además, al PSOE en tal estado de desolación, que tardará varias ios.islaturas en recobrar la dignaidad, como para enfrentarse con posibilidades a sus adversarios.

TOTI Y CAÑESTRO

LOS MISTERIOS DEL QUIJOTE
El espectáculo que ha escrito, dirigido e interpretado Rafael Álvarez, “El Brujo” y que ha titulado “Los misterios del Quijote o el ingenioso caballero de la palabra” me ha parecido la más alucinante interpretación que de la suprema obra de Cervantes he tenido yo ocasión de conocer. Suprema inteligencia, humor sin límite y puesta en escena brillante, pese a lo escueto del decorado y de los efectos de luz y sonido.
Y me ha parecido alucinante porque es la primera vez que se plantea una disquisición sobre El Quijote, liberada de retóricas grandilocuentes y de pesadas erudiciones, que, sin embargo es capaz de hacer una magnífica disección del alma humana teniendo en cuenta la actualidad que representa y la cercanía que sigue teniendo y que va a tener siempre nuestro insigne clásico. El Brujo entra y sale de la novela con la naturalidad de quien conoce todos los secretos de la escena y nos lleva de un lado a otro mostrándonos cómo el disparate permanente que propicia la locura del hidalgo es paralela a la que nos embarga en la vida cotidiana y seria que pretendemos tan importante. El Brujo pasa de la novela a la vida con la misma facilidad con la que salta de la ficción de la escena a la realidad del escenario.
En suma, un espectáculo teatral de altura y una lectura brillante del papel al que se ve hoy abocada la cultura como un objeto más de consumo, por una sociedad que desprecia lo esencial y se queda con las burbujas de la superficie; que se preocupa más de los rendimientos económicos de cualquier aniversario, que del valor literario, filosófico y vital que incorpora. Se trata de forjar y mantener un mito por las posibilidades financieras que abre y no porque detrás del mismo hay todo un arsenal de posibilidades de emancipación humana y de canto y homenaje permanente a la auténtica libertad, la que nos permite un pensamiento autónomo y soberano. Objetivo éste que tampoco han sido capaces de entrever los sesudos especialistas que, tradicionalmente, han estado ocupados en diseccionar las más simples banalidades de la novela que de escrutar sus abundante y profundos significados.
Esto y muchas más cosas, que yo no he sido capaz de vislumbrar nos regala Rafael Álvarez en este montaje ejemplar.

ESTOY DE EXÁMENES

Efectivamente, estoy de exámenes. Suponen la segunda parte de los que hice en febrero. Con ellos espero acabar dos de las penúltimas asignaturas que me restan para obtener el título de Licenciado en Filosofía. Una de ellas es Latín. Con el apoyo inestimable e impagable de mi amiga Mamen (yo le llamo Másmer) conseguí el sueño de sacar un 9 en la primera parte de febrero. Ahora espero repetir. Sólo hay un problema, de las dos asignaturas que me quedan para terminar, una de ellas es LATÍN II.Otra vez y seguro que más complicado
En cuanto acabe esta semana me pongo a colaborar en ese homenaje imprescindible que estamos preparando a cuatro maestros de excepción: José Manuel Ríos, Vicente Ramírez, Enrique Pulpillo y Pablo Jiménez. Ellos han sido mis maestros y de ellos aprendí más cosas que de la universidad. Nos veremos el sábado día 2 de julio todos los amigos y admiradores para agradecerles su entregaa, su talento, su vocación, su bonhomía.
Desde aquí invito a todos los que quieran participar. Haremos una velada-fiesta medio académica, medio artística, para que todos podamos ofrecerles nuestros reconocimientos. Ya daremos detalles de hora y lugar.
Hace unos meses (en enero pasado), Auxi Madrid y quien esto escribe presentamos en el escenario de la Peña Flamenca de Ronda, un espectáculo titulado «La copla tuvo la culpa». Se trataba de un sentido homenaje a este género tan entrañable y que ha marcado de forma definitiva el gusto musical de muchos de nosotros. Era lo que reivindicábamos allí: su poder para volvernos espíritus sensibles y melómanos entregados.
Ahora, y puesto que el estreno fue un rotundo éxito, se me propone que este espectáculo o como quiera que le llamemos se convierta en una de las apuestas del TES del Ronda para la próxima temporada. Me pongo a la tarea. Es para mí un honor y espero que reciba el entusiasmo de quienes participen en su puesta a punto. Tan sólo pido que lo hagan con la misma voluntad que yo pongo al intentar limpiar la copla de adherencias innecesarias, cuando no perjudiciales. Entre ellas, dos me parecen las más nocivas: la bata de cola, como símbolo de pertenecia a un tiempo y a un género limitado y la puesta en escena melíflua de tantas tonadilleras melodramáticas del siglo pasado .
Entiendo que la copla tiene un inmenso valor en sí misma y que dicho valor es universal y no puede constreñirse ni a épocas, ni a regímenes, ni a determinados gustos musicales. Viva la copla, desnuda, luminosa y en todo su esplendor.

LA COPLA TUVO LA CULPA

LA COPLA TUVO LA CULPA II

Y pasó el estreno… y la función añadida del sábado…y toda ha sido un éxito. La gente pide que repitamos. Hay muchos que no han podido ver LA COPLA TUVO LA CULPA y quieren verla, pero hay otros (muchísimos) que quieren repetir.
Resulta que el teatro está ocupado hasta mayo. Habría que esperar 3 meses, lo que obligaría a mantener la tensión de los participantes, los ensayos… y el cansancio de todos, al final, era ya bastante apreciable.
Tendremos que decidir qué hacemos: si merece la pena embarcarnos de nuevo o retirarnos con los dos días de gloria en el recuerdo.Prueba de la saturación es que no hemos vuleto a vernos desde hace 10 días. Yo prometí al personal que no iba a molestarlos más, así que, de momento, nos seguimos tomando unas vacaciones antes de reemprender el vuelo. Todos se lo han ganado de sobra.Y a la gente de Ronda, nuestro agradecimiento por su interés, comprensión y cariño.
El llamado Estado del Bienestar no es mal que el intento de corregir, por medio de medidas estatales, el egoísmo inherente a la ambición del liberalismo capitalista. El capitalismo es como es y su lógica es la del beneficio; no se puede esperar otra cosa de él, pero sí de cada uno de los Estados, que han de velar por el interés y el bienestar de sus ciudadanos.
Pues bien, ese Estaso, que ha costado casi un siglo montar, se está desmantelando a una velocidad, que en un par de años no quedará de él más que el recuerdo. No hay más que ver las medidas que están tomando los distintos gobiernos y el poder centralizador y determinante que está copando el mercado, esa palabra que nadie entiende lo que significa, pero que todos sabemos que fuera de su propio interés, no entiende de otros intereses, y menos, del interés común.
Y lo peor es que esta situación no sólo va a arrasar con el Estado del bienestar, sino que también va a acabar con los mismos estados nacionales, que ya han perdido prácticamente su soberanía.

ADIÓS AL ESTADO SOBERANO

OTRA BAJADA DE SUELDO

Resulta que en dos años justos, nos han recortado el sueldo a los docentes dos veces de forma directa y otra a través de una subida del IRPF. En porcentaje, hemos perdido en este tiempo un 21% de nuestro poder adquisitivo. Es decir, ganamos lo mismo que hace 10 años, pero nos enfrentamos a un mundo que en ese tiempo no ha dejado de subir sus precios: gasolina, luz, agua, alimentación… Eso significa que, en realidad, nuestro pode adquisitivo ha disminuido bastante más. Y en el horizonte no se ven más que nubes negras y buitres acechando a sus presas moribundas. La razón que esgrime Griñán es que no quieren tocar el presupuesto de educación. Pero sí toca el sueldo de los enseñantes, que, parece ser, no pertenecen a ese mundo. ¡Qué más da que los maestros se desmotiven y no encuentren explicación a tanta situación aberrante, como la de pagarle los libros de texto a los hijos de notarios, abogados, médicos, ejecutivos, deportistas profesionales, empresarios de éxito.. .! Los profesores representan muy pocos votos al lado de los padres de los dos millones de alumnos que reciben sus libos y su ordenador por la cara.

Los humanos somos seres sociales y aprendemos por mimetismo, por imitación de aquellas conductas que vemos desde nuestra primera infancia en aquéllos que son nuestros referentes morales: nuestros padres, maestros y gente que consideramos de relieve y digna de ser imitada, entre ellos los gobernantes y autoridades. ¿Qué está ocurriendo en este momento? ¿Cuáles son nuestros referentes morales? Miras a la Jefatura del Estado, representada por la casa real y sólo ves un personaje de aspecto bonachón, pero de conducta libertina, un yerno delincuente y una familia desestructurada. Echas el ojo al gobierno y no ves más que a un Preseidente y a unos ministros incompetentes, superados por las circunstancias, que ellos también propiciaron. Un vistazo a la justicia supone la dolorosa e inquietante sensación de que aquellos que han de impartirla son los que más se ciscan en ella. Y miras más arriba, a los que representan el poder espiritual, a los que se dicen intermediarios entre Dios y los hombres y no ves más que un nido de víboras dispuestos a envenenarse los unos a otros. ¿Qué podemos esperar de la sociedad con estos ejmplos?

LOS REFERENTES MORALES

CRISIS


Encima de los recortes, de la subida de precios, del incremento del IVA, del copago en sanidad…encima de todo eso y muchas más restricciones y abusos, de pérdida de derechos, de jubilaciones imposibles, de prejubilaciones suspendidas, de tanto atraco y de tanta mierda, a mí lo que más me duele es la resignación que percibo entre los trabajadores. Aún peor que la resignación es la ausencia de análisis para entender lo que está pasando. La mayoría de la gente ya ha caído en las redes que ha tendido el poder y sus medios y ha asumido que no sólo no es víctima de lo que está pasando, sino que se siente responsable, culpable, de la situación actual.
Las frases «Esto se veía venir», «hemos vivido por encima de nuestras posibilidades», «hay que trabajar más»… son el resumen de la mayoría de las conversaciones que uno escucha. ¿Cómo es posible esto? ¿Qué está pasando? Es absolutamente increíble. La mayor barbaridad de todo esto es que los mismos que han provocado esta quiebra sean los que nos metan en la cabeza la idea de que somos nosotros los culpables de la situación.
Me parece tan alucinante, tan demoledor, tan aberrante, que no pienso cejar en mi empeño de hacer ver a la gente que ronde por mi lado, quiénes son los verdaderos culpables, quiénes son los que están sembrando en sus cabezas ese terrible complejo de culpabilidad.
Nosotros somos las VÍCTIMAS de la crisis; en ningún caso, somos sus causantes.
Los poderes del contexto, es decir, los que mandan de verdad, no los rajoys ni los zapateros de turno, están usando todos sus medios para hacernos creer que los ciudadanos, los trabajadores, somos los responsables de la crisis. No les basta eso. Además, sin que apenas seamos conscientes de ello, nos han metido el MIEDO en el cuerpo. Aquí no se mueve nadie. Ni movilizaciones, ni protestas, ni levantar la voz. No digamos ya la huelga general. Todo el mundo está quieto, escondido en su madriguera, a la espera de que otros le resuelvan el problema, de que las cosas cambien de una forma milagrosa.
Cuando más que nunca sería preciso que la ciudadanía diera un puñetazo encima de la mesa, resulta que hemos dejado el terreno libre a nuestros enemigos. Cuando más falta nos haría defender nuestros derechos, resulta que estamos asistiendo de manera impasible y pasiva al espectáculo del desmontaje de eso que se dio en llamar «Estado del Bienestar», que no era más que el resultado de tantos siglos de lucha, de tantos sacrificios, de tanto sufrimiento.
Cuando la presa se acobarda y no hace frente al peligro, cuando queda paralizada por el pánico, se convierte en una víctima muy fácil para el depredador de turno. Así estamos los trabajadores: entregados y en manos de los que que sin ningún esfuerzo nos van a comer.

MIEDO


LA CAUSA PROFUNDA DE LA CRISIS


Cualquier persona mínimamente informada sabe que la causa inmediata de la crisis está en el problema de las stock options estadounidenses, que contaminaron todo el sistema bancario mundial y propiciaron la ruina de la mayoría de las entidades, con la consiguiente puesta en marcha por parte de los gobiernos de todo un arsenal de medidas destinadas a inyectarles dinero, que hubo que detraer de las partidas sociales. A partir de ahí, todo se ha ido desmoronando: sueldos a la baja, pérdida de derechos laborales, negocios en ruina y desmontaje planificado del estado del Bienestar, esa quimera que no ha durado más allá de 50 años.
Y, ¿cuál es la causa profunda que ha propiciado esta situación? Muy fácil, una pérdida del sentido profundo de la existencia que ha elevado al dinero a la categoría de FIN, quitándole su condición de MEDIO para alcanzar otras metas diferentes a su simple posesión. El dinero, de esta forma se ha independizado de la producción y, lejos de servir para levantar empresas y producir bienes, se ha dedicado a multiplicarse a sí mismo de una manera desvergonzadamente especulativa. El dinero ya no produce cosas (esto origina poco rendimiento económico), sino que produce más dinero, a base de una sofisticada ingeniería económica (engendrae un enorme rendimiento especulativo), que nada tiene que ver con su tradicional papel de instrumento para crear riqueza productiva.
La única capacidad que diferencia a los humanos (no a todos) del resto de los animales no es el pensamiento. Los animales también razonan y toman decisiones y tienen en su interior la capacidad de dilucidar si eligen una u otra opción. Tampoco nos singulariza el
lenguaje: el resto de animales, aunque de forma rudimentaria, tienen sus sistemas de conectar con los semejantes. Tampoco nos distinga una capacidad especial de expresar sentimientos y de sentgir emociones. Los animales también están dotados de esas molestas y entrañables sensaciones.
¿Qué nos distingue, pues? La reflexión, la capacidad de ponernos enfrente de nuestras propias dudas, de nuestras propias limitaciones, del mundo que nos rodea y del resto de mortales, para someternos, someterlos a nuestra indagación, a nuestras pesquisas, a nuestra investigación. Y a sacar conclusiones y ordenar nuestra conducta en consecuencia.

LA REFLEXIÓN


UN AÑO A LA INTEMPERIE


Ese será el título de mi nuevo poemario, que quiere recorrer un año entero, día a día. 365 días glosados en un poema específico para cada uno de ellos. La naturaleza poliédrica de la vida permite multitud de miradas, de la misma forma que múltiples son los estados del ánimo y del cuerpo.
No es fácil acudir cada día a la cita con este rincón de una página, que ya se ha convertido en un conglomerado extenso e intenso, que recorre una buena parte de mis preocupaciones y de mis inquietudes.
Los temores, los anhelos, las pasiones, las dudas y los miedos; las certezas y las angustias; las verdades y las mentiras…la vida que fluye en un alma a la intemperie. Un alma que no agota su capacidad de sorprenderse, de entusiasmarse, de indagar y de perderse; de buscarse…de encontrarse para volverse a perder.
No hay que ser demasiado perspicaz para comprender que la política sigue instalada en la misma situación en que la dejó la deriva que tomó hace mucho tiempo. De ser el noble arte de cuidar de los intereses comunes, pasó, paulatinamente, a convertirse en el reino de los instintos más bajos como instrumentos para alcanzar y mantenerse en el poder.
Esta perversión de los ideales no es algo que haya ocurrido solamente en este territorio. También se ha dado en la música, en la literatura, en el arte en general, en la vida misma. Se ha producido en todos los ámbitos un descenso acelerado en el nivel de exigencia. El hombre-masa que denunciara Ortega y Gasset a principios del siglo XX se ha instalado de forma definitiva y a sus anchas en todos los estratos de la realidad. Ya no cabe esperar nobleza donde reina la mezquindad. No se puede esperar un arte elevado cuando se busca el éxito fácil. No se puede acceder a la calidad cuando hay que contentar de manera obligatoria a la mayor cantidad posible de receptores. El mundo de los negocios ha absorbido a cualquier otro valor subordinándolos a su fin último: el dinero.
Ello ha hecho que lo profundo quede sometido a lo superficial, que se prefiera lo anecdótico a lo esencial, que se premie lo mostrenco y no lo sublime. En definitiva, nos hemos instalado en una declinación de lo humano, en un tobogán que lleva desde la excelencia a la estulticia.
Así, siguiendo esa pendiente peligrosa, la política ha pasado a ser un espacio demasiado propicio al trapicheo, a la compra y a la venta, al negocio más descarnado, a la búsqueda del interés personal. Y donde rigen estos sucedáneos no caben los objetivos honorables ni los medios limpios para alcanzarlos. Por el contrario, se ha generado un sistema en el que la verdad es un obstáculo y la honradez una excepción; el elector es alguien a quien hay que embaucar y los ciudadanos son víctimas propiciatorias de todo tipo de manejos y componendas.
Es por eso que los partidos políticos tienen la horrible obsesión de camuflar sus verdaderos objetivos en programas hechos para cazar votos y no para resolver problemas; programas convenientemente preparados para no crear apenas rechazos y sí alcanzar adhesiones irracionales, de forma que la verdadera ideología queda enmascarada y oculta detrás de un inocuo aparato de márquetin, cuyo objetivo es alcanzar el poder, aunque sea a costa de parecer otra cosa de lo que se es.
Esa desnaturalización de la gestión pública hace que el político, de cualquier signo, actúe como si se avergonzara de sus propios principios filosóficos e intente a toda costa aparecer como un gestor aséptico y desideologizado. El fin es alcanzar el poder; el programa es un medio para conseguirlo, de manera que una vez alcanzado ya no tiene virtualidad, ya no sirve para nada y se arroja, tranquilamente a la papelera. Y a partir de ahí vale cualquier treta y toda revocación de lo que se prometía se achaca a cualquier razón ajena a la propia ignominia. No pasa nada, que si la realidad, que si las nuevas circunstancias, que si el contexto internacional, que si la herencia recibida…Cualquier ardid es válido para justificar la derogación del programa.
¿Y el ciudadano? Afortunadamente, tiene poca memoria.

UNA DERIVA PELIGROSA