Son datos, números, comparaciones, que nos vuelven pequeños, muy pequeños, extremadamente insignificantes; pero, por eso mismo, más humanos, extraordinariamente humanos. Y que nos tendrían que volver tolerantes, comprensivos, transigentes...

El Universo es viejo , muy viejo: tiene  entre 15.000 y 20.000 millones de años; entonces fue cuando se produjo la explosión inicial, el BING BANG.
La mayor parte del Cosmos está vacío. A pesar de la inmensidad de los cuerpos que lo pueblan. La probabilidad de dar un paseo por el universo y encontrase con algo sólido es de 10 elevado a 33. Una probabilidad prácticamente nula en la vida cotidiana. Así que se puede decir que, pese a las enormes masas de estrellas, planetás y demás, el universo está vacío.

El Universo está formado por galaxias y agrupaciones de galaxias. Hay cientos de miles de millones de galaxias  (10 elevado a 11).
Cada galaxia tiene un promedio de un centenar de miles de millones de estrellas.
La VÍA LÁCTEA, la galaxia a la que pertenece nuestro Sol tiene 400.000 millones de estrellas.


La mayoría de estrellas tienen compañeras; suelen ir en parejas. Las solitarias, como nuestro Sol, son escasas.
Las estrellas se condensan (se forman) a partir de gas y de polvo interestelares, los cuales se componen, sobre todo, de hidrógeno. El H se formó en el Big Bang.

La temperatura de nuestra estrella, el Sol, es de 6.000º. En su interior alcanza los 40 millones de grados.
El Sol es una estrella de tamaño mediano.
El Sol se formó hace 5.000 millones de años; la Tierra hace 4.600.
Nuestro Sol se encuentra dentro de nuestra galaxia, llamada VÍA LÁCTEA, en uno de sus extremos.
Los NEUTRINOS (para los que la materia es transparente) son los responsables, junto a los fotonoes, del brillo del Sol.

En el Universo las distancias son tan enormes, que hubo que inventar una nueva unidad de medida, el AÑO LUZ.
Un AÑO LUZ equivale a 10 billones de kilómetros.
Un AÑO LUZ es la distancia que recorre la luz durante un año.
La velocidad de la luz es de 300.000 kms/sg (kilómetros por segundo). Un ejemplo, para entender la magnitud: en un segundo, un rayo de luz da 10 vueltas a la Tierra. ¿Se entiende ahora lo que es una año/luz?

Aunque fuera técnicamente posible, que no lo es, no se puede viajar a la velocidad de la luz. Es una ley cósmica descubierta por Einstein.
Desde el Sol al centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia, es decir, el rinconcito del Universo en el que habitamos, hay 30.000 años luz.
Desde nuestra galaxia (nuestro rinconcito cósmico) a la más próxima (M31) hay 2.000000 de años luz. Cuando la luz que de ella cemos partó de allí aún no había seres humanos en la Tierra.

El Sol está a 8 minutos/luz de la Tierra (es distancia, no tiempo); es decir, la luz tarda 8 minutos en recorrer la distancia que hay entre la Tierra y el Sol. Lo cual equivale a 150 millones de kilómetros.
Desde nuestra galaxia (nuestro rinconcito cósmico) a la más próxima (M31) hay 2.000.000 de años luz. Cuando la luz que de ella cemos partó de allí aún no había seres humanos en la Tierra.
El Sol viaja a 220 kms/sg. Tarda 220 millones de años en dar la vuelta a su galaxia la Vía Láctea.


C U R I O S I D A D E S

Viajando a la velocidad de la luz se tardaría en llegar al centro de la Vía Láctea en 21 años. (En la Tierra, mientras tanto, habrían pasado 30.000 años).

Si todas las estrellas de la Vía Láctea tuvieran nombre, se necesitarían 4.000 años para decirlos todos, suponiendo que se pronunciara uno por segundo sin detenerse.

El Sol es una fuente de energía inimaginable.

Está alejado de nosotros unos 150 millones de kilómetros como promedio y apenas llega alrededor de una milmillonésima parte de su energía, pero esa mínima fracción es suficiente para sustentar la vida en nuestro planeta.

El Sol produce en un segundo 760.000 veces la producción energética anual a nivel mundial.

Las estrellas de neutrones son tan densas que una simple cucharadita de la materia superdensa de una estrella de neutrones puede pesar cientos de millones de toneladas.

La montaña más alta del Sistema Solar es el Monte Olimpo, de Marte, con una tura de alrededor de 25 km, tres veces la altura del Monte Everest. Su área es aproximadamente la mitad de España.

L A V I D A

El origen de la vida en la Tierrase produjo hace unos 4.000 millones de años en las lagunas y océanos.

La vida comenzó cuando una molécula fue capaz de hacer una copia de sí misma.

Hace unos 3.000 millones de años se produce una concurrencia de plantas unicelulares y llegan los primeros organismo pluricelulares.

El sexo se “inventó” hace unos 200 millones de años. Antes de él, las nuevas variedades nacían por acumulación de mutaciones casuales.

Gracias al sexo, dos organismos podían intercambiar párrafos de su código de ADN.Hace 1000 millones de años las plantas cambiaron la Tierra: la llenaron de oxígeno, elemento imprescindible para la vida tal como la conocemos.

Hace 1000 millones de años las plantas cambiaron la Tierra: la llenaron de oxígeno, elemento imprescindible para la vida tal como la conocemos.

Pero el oxígeno descompone las moléculas orgánicas, es decir, es un veneno, y gran cantidad de organismos perecieron.

El oxígeno, que nos posibilita la vida a diario,, de igual forma, nos la va quitando poco a poco, porque nos va gastando, envejeciendo y termina matándonos.

La mayor parte de los 4.600 millones de años desde el origen de la vida, los organismos dominantes eran algas microscópicas de colores azul y verde.

Pero hace unos 600 millones de años (inicio del Cámbrico) se produjo una explosión de nuevas formas de vida.

Hace unos 10 millones de años aparecieron los primeros seres parecidos a seres humanos (homínidos).

No solo los individuos, también las especias, todas y cada una de ellas, aparecen, permanecen y desaparecen. Los seres humanos, pues, también desaparecerán algún día como especie.

Hace unos 100.000 años surgieron las primeras formas de dos nuevas especies: el Homo sapiens y el Homo neanderthalensis.

Hace unos 35.000 años el HOMO SAPIENS empezó a manifestar su superioridad cultural frente al hombre de Neandertal. En seis o siete siglos de convivencia acabó con él.
Ahí empieza nuestro largo (o breve) camino. Largo porque, desde nuestros parámetros biológicas eso es una eternidad; pero se trata de un breve itinerario si tenemos en cuenta que 35 siglos es un suspiro, apenas nada en la inmensidad casi infinita de los tiempos astronómicos.
Cuestión que dependerá siempre del cristal con que se mire.