ALAMEDA DEL TAJO

 

 

Escenario de suspiros
de enamorados sedientos,
de ilusiones infantiles
bajo los tejados frescos.
Reposo de almas cansadas
y de doloridos cuerpos.
Testigo de los furores
que llevan dentro los vientos.
Mítica estampa serrana,
celosa de sus secretos.
nido de besos robados
en procelosos encuentros.
Siempre al borde del abismo
siembre mirando hacia el cielo,
dulce Alameda del Tajo,
paraíso de mis sueños.

Este céntrico, amable, luminoso y rico jardín botánico, se llamó en su tiempo Alameda de San Carlos, (hoy Alameda del Tajo) por estar situada en la calle San Carlos, hoy Virgen de la Paz. Es el pulmón más importante de Ronda, se construyó a finales del siglo XIX y se cuenta que se financió su terminación con el dinero de las multas que se le imponía a los blasfemos, por orden del Corregidor de la época D. Vicente Cano que había establecido una serie de sanciones a los que en las calles profirieran blasfemias contra la religión. Con el importe de éstas construyó la citada Alameda.
                   Está formada por siete calles. Una, la central, algo más ancha que las laterales, está adornada con álamos enormes, de ahí el nombre de alameda. Además de los álamos cuenta con una riqueza botánica propia de los jardines de la época, principalmente con cedros del Himalaya, una acacia de tres espinas y un enorme pino piñonero, además de un innumerable número de plantas de todo tipo y rosales de todas las variedades. En la calle lateral, más al norte, se encuentra el conocido como estanque de los patos, que es una pequeña alberca donde retozan, para diversión de los más pequeños, una colección de ansares a los que los niños alimentan con los sobrantes de sus chucherías. Justo al lado, se encuentra la que fuese la casa del guarda de este parque, que ya se construyó en la misma época para que cumpliese esas funciones. En la actualidad , el Ayuntamiento, la tiene cedido a la Junta de Andalucía, como centro botánico para la ciudad y sus jardines.

La Alameda está situada en un cuadro de unos 180 metros de largo por 80 de ancho y está orientada de Este a Oeste. Hacia el Norte tiene un paseo longitudinal a la cornisa que llega hasta el Hotel Reina Victoria y que por haber sido el paseo que utilizaban los clientes de éste hotel a principios del siglo XX, se le llama «de los ingleses». En la actualidad, por una apropiación indebida, este paseo está cortado a su mediación sin que el Ayuntamiento haya hecho nada para su reapertura y disfrute de la ciudadanía en general.     Hacia el oeste se encuentran las vistas más impresionantes de la Serranía de Ronda, consus picachos cortados en tonos grises, verdosos y azules, que al atardecer forman un espectáculo de colores y reflejos que hacen que los paseos por ese entorno sean inolvidables. Al fondo, como retando a la Ciudad, se encuentra el picacho de San Cristóbal, que ya pertenece a la Provincia de Cádiz, aunque está en la Serranía de Ronda; es un pico de unos mil quinientos metros de altura que se encuentra rodeado de otros que van conformando sucesivamente las distintas sierras, que en ese sector no llegan nunca a bajar de los mil metros de altura.

La formación de la inmensa hoya que forma el valle de Ronda, se supone que tuvo su origen en una erosión de un torrente de agua subterránea que abrió una falla y que, a su vez, en los movimientos telúricos del final de la Terciaria, dejó fuera las dos rocas o planos de Ronda, hundiéndose el resto menos rocoso y saliendo al exterior el torrente de agua como río de la Ciudad.
              Desde las balconadas que cierran la Alameda por su parte oeste se puede imaginar esta formación y observar que parece hundido el valle de la situación original. En una de estas balconadas había una placa en mármol en memoria de los Reyes Católicos, hoy desaparecida. 

La Alameda se encuentra al borde mismo del precipicio donde llega a alcanzar su altura máxima esta depresión de Ronda, llegando a los doscientos diez metros de desnivel hasta el río. Hacia el norte de la cortada se encuentra el “Asa de la Caldera”, una formación rocosa y calcárea que en forma de saliente, da la impresión de que sea como una enorme asa de el plano norte de Ronda o Llano del Mercadillo.
           En la entrada principal de la Alameda a la derecha, se encuentra una Estatua del ilustre rondeño D. Pedro Romero, puesta en ese lugar con motivo del doscientos aniversario de su nacimiento, 1.754 – 1.954. La estatua está presidiendo el paseo central del Jardín más emblemático de Ronda. De este personaje tendré ocasión de hablar cuando tratemos a los personajes más importantes de Ronda.

cuenca4

JARDINES DE CUENCA

Hojas caídas del cielo
sobre ramas trepadoras
desde un tronco que se escapa
de las infernales sombras.
¡Cómo añoráis unos ojos
para inundaros de roca,
rotunda, recia, bravía,
altiva, fuerte, gloriosa!
Raíces que estáis flotando
entre el misterio y la gloria.

    El Paseo de Cuenca o cornisa este de la garganta del Tajo, se construye bajo proyecto del arquitecto local D. Javier Carrasco Sainz.  Después de limpiar esa parte de la cornisa, se allanaron los salientes de las rocas que conforman la misma y se le fueron haciendo unos muros de piedra rondeña y ladrillo de barro de los tejares que sirven de miradores hacia la garganta.
             Siempre he oído de Javier, la dificultad que le representó el ir salvado los desniveles de la bajada de la Cornisa y cómo anduvo haciendo encajes de bollillos para llegar abajo salvando las entradas de cada casa en sus distintas cotas.

El que se llame Paseo de Cuenca se debe a una iniciativa que nace en el TES de Ronda (Teatro Español Salesiano), que cree que Ronda y Cuenca tienen determinadas similitudes de tipo orográfico y que se podría proponer a la Corporación Municipal la posibilidad del hermanamiento entre las dos ciudades.     La propuesta  fue presentada a la Corporación Municipal y ésta, presidida en la época por el Iltmo. Sr. D, Francisco de Rosa Moreno, se puso a la labor y, finalmente, de acuerdo las dos Corporaciones llegaron a la conclusión de hermanarse, Se trata del primero de la Ciudad de Ronda con otra Ciudad, esta vez castellana.
         Entre Ronda y Cuenca, posteriormente, se han producido distintas visitas de tipo cultural y social, aunque en la actualidad estas relaciones se encuentran muy frías.
       Al paseo de Cuenca se accede por la calle Rosario, que sale de la Plaza de España, y girando a la derecha, al final de la misma, se toma la calle de los Remedios para a su vez tomar la primera a la derecha conocida como calle de la Mina y salir al citado paseo que empieza, en su primer mirador con una panorámica del Puente Nuevo, inédita hasta la fecha de la construcción del paseo. Una vez disfrutada ésta panorámica, bajamos un poco y en un pequeño recoveco o saliente se ve otra panorámica del Puente de San Miguel. Se sale de este pequeño balcón y bajando un poco más encontramos unos miradores en bajada que dan al frontispicio de la Casa de la Duquesa de Parcent (Casa del Rey Moro)  y a la casa de los Condes de Santa Pola y, al fondo, la impresionante vista de la antigua presa, navegable en un tiempo hasta el puente Árabe. Desde esos miradores se puede ver tanto la puerta de entrada como la de salida del célebre pasaje de la Mina, que mandara construir el Rey Abomelic I.

Se sube un poco para reencontrar el paseo superior y se sigue en bajada hasta el último mirador, que está casi al nivel del puente de San Miguel. Desde este mirador hay una vista encantadora de los dos puentes, el de San Miguel y el Árabe. Una panorámica de esas que nos dejarán expectantes y maravillados de la situación particular y única de esta Ciudad bendecida por Dios.

REINA VICTORIA

Sin lugar a dudas, por su situación, su amplitud y variedad de plantas, el jardín del Hotel Reina Victoria es uno de los más importantes de Ronda, incluido el de la Alameda del Tajo. Actualmente está muy descuidado, por representar un coste muy elevado su mantenimiento, una excusa que no entendemos ya que dicho espacio debería ser patrimonio de la ciudad y de los rondeños y más teniendo en cuenta que aquél corre a cargo de la Fundación UNICAJA Ronda.
Este espacio fue diseñado por el botánico francés Forrestier, a finales del siglo XIX, principios del XX. Entonces es cuando la Mediterranean & Iberian Company Inglesa, construye el Hotel. A modo de resumida historia diremos que esa compañía, de la que era presidente del Consejo de Administración Lord Wiber­broug, pariente directo del Rey de Inglaterra, ya había construido otro en Algeciras con el nombre de la Reina Cristina, Regente de la Corona Española. La idea era aprovechar la Colonia Inglesa de Gibraltar para traer turismo a Algeciras y a Ronda, cuya conexión ferroviaria se estaba terminando de hacer. Según consta en un escrito enviado por la Casa Real española, se autoriza a esta compañía a que “pueda usar el nombre de la Reina Victoria de Batemberg, para el hotel que actualmente se hace en esa Ciudad”. Así fue cómo el hotel toma el nombre por el que es conocido y coincidiendo con la celebración del matrimonio entre Alfonso XIII y Victoria Eugenia (Nena, como se le conocía popularmente en Inglaterra) se inaugura este establecimiento en el año 1906.
Después de la Guerra Civil, los ingleses lo vendieron a una sociedad rondeña, al frente de la cual figuraba D. Juan Girón, que compró, con el tiempo, todas las partes y se quedó como único dueño. Vendido que fue por el Sr. Girón a una sociedad dueña del hotel Alhambra de Málaga, pasó de manos rondeñas a manos malagueñas. Esta Sociedad intentó hacer una gran zona residencial, pero el Ayuntamiento lo impidió y lo compró con un préstamo que pidió a la Caja de Ahorros de Ronda que, posteriormente ejecutó la deuda y se quedó como única propietaria.
Esta Entidad lo restauró, amplió y adaptó a los tiempos modernos y en el año 1962 se inaugura de nuevo bajo la dirección de la propia Caja de Ahorros, que puso de director a D. Antonio Siles García. En la actualidad, está alquilado a la cadena HUSA, en detrimento del propio hotel, que fue el buque insignia del turismo en Ronda, siendo ahora el vagón de cola. Los jardines son un conjunto inmenso de arboleda, con bancales ajardinados, con un sinfín de plantas de todo tipo, predominando las de olor, los rosales, las pitas, los almendros, los pinos piñoneros, caquis, abetos, pinsapos, etc. La estructura del jardín es clásicamente inglesa, como el hotel, con el toque afrancesado del propio Forrestier.
Lo más impresionante es la situación privilegiada del enclave y el paseo con la denominación “de los ingleses” que, recorriendo la cornisa, llega hasta la Alameda.
del Tajo. Es una lástima que el Ayuntamiento, de una vez por todas, no ponga pies en pared y obligue a la entidad bancaria a abrir la cancela que unilateralmente mantiene cerrada en perjuicio de los rondeños y de los que nos visitan. Me consta que una Entidad religiosa ubicada en ese sector, fue obligada por el Ayuntamiento a retranquear su propiedad liberando la cornisa. ¿Por qué a esa entidad sí y a ésta no…?

De tanto ver el Tajo,
los sueños de una reina
echaron primorosas
raíces en la tierra.
Vergeles donde Rilke
pintó de primavera
sus áridas montañas,
sus frágiles praderas.
Frondosas explosiones
de verdes que despiertan
la luz de los sentidos,
la voz de la conciencia.

MONDRAGÓN, DON BOSCO Y SALVATIERRA

En estos jardines
retozan las nubes
y juegan alegres
las musas al sol.
En estos vergeles
de rosas azules,
hay fuegos de nieve
y amores en flor.

Nuestra ciudad cuenta, además de con jardines o parques públicos, con otros de propiedad privada que son relevantes y tuvieron mucha importancia en su tiempo. El más relevante de estos, sin duda, es el del Palacio de Mondragón, un jardín de estructura árabe, que era más amplio que el actual y con unas panorámicas hacia el Suroeste espléndidas.
Después de la Reconquista, como ya se explica al describir el palacio, éste fue adquirido por la familia de ese nombre que adaptó a sus necesidades la casa y, posteriormente, por los Marqueses de Villasierra, que hicieron otra restauración, pero esta vez para ampliar la vivienda. Como consecuencia de ello, destruyeron parte del amplio jardín que existía quedando en un pequeño rincón que ellos convirtieron en el que tiene la casa actualmente, aunque sus orígenes se remonten al siglo XI. El actual es una remodelación que la Escuela Taller de Ronda ha hecho de aquél antiguo. La verdad es que la restauración y adaptación del mismo han quedado con un gusto exquisito, que nada tiene que envidiar al original árabe. En el año 1991 se terminó dicha restauración de casa y jardín, que están en la actualidad abiertos al público para su disfrute.
Se cuenta que D. Francisco Granadinos Pérez, arquitecto de profesión, diseñó, y realizó, a principios del siglo XX, estos jardines de la conocida en la actualidad como Casa de D. Bosco. El gusto fue exquisito, ya que se accede a él por unas escalinatas en curva, realizadas en mármol blanco y con un pequeño muro en forma de barandas bajas realizadas en cerámicas blancas y azules, que dan acceso a una planta de, aproximadamente, treinta metros cuadrados, con una fuente, hecha en piedra y decorada con azulejos de cerámica y rodeada de un juego de empedrado y pequeños azulejos con motivos típicos de Ronda, que vistos desde la balconada superior causan un efecto estupendo. El jardín tiene una panorámica espléndida de la Serranía en su sector Oeste, y una vista única del Puente Nuevo. En la parte superior cuenta con unas terrazas amplias con árboles frutales, que dan una sensación de paz y tranquilidad muy propios de lo que pretendían aquellas familias pudientes de Ronda.
Por último, otro jardín estupendo y con una situación privilegiada es el de la Casa de los Marqueses de Salvatierra. Se supone que se construyó en el mismo tiempo que la edificación, es decir en el siglo XVIII, aunque se puede suponer, asimismo, que existía antes de que se construyese la casa actual. Se trata de un espacio diseñado en tres bancales: al primero se accede directamente desde la casa y es un patio semicubierto que sirve en verano para tomar el desayuno, leer o disfrutar tranquilamente del clima de Ronda; el segundo es un bancal inferior, al que se accede desde el primero y que tiene unas panorámicas maravillosas de la Sierra de la Nieves, del barrio de Padre Jesús, del Río Guadalevín y en general de las sierras de la parte este de Ronda; y el tercer bancal es el superior, al que se accede por unas escaleras que llevan – 90
hasta la piscina y en el que se encuentra el pinsapo más antiguo que hay en Ronda ciudad. Desde este último bancal se puede subir a un torreón, que se supone vestigio de la antigua muralla árabe, desde donde se ve una vista estupenda de la Puerta de la Ecijara, situada al este de Ronda. En el jardín se encuentra una colección importante de plantas aromáticas, muy típicas de los jardines árabes.

PASEO DE CUENCA


El Paseo de Cuenca o cornisa Este de la garganta del Tajo, se construye bajo proyecto del arquitecto local D. Javier Carrasco Sainz. Después de limpiar esa parte de la cornisa se allanaron los salientes de las rocas que conforman la misma y se le fueron haciendo unos muros de piedra rondeña y ladrillo de barro de los tejares que sirven de miradores hacia la garganta. Siempre he oído de Javier, la dificultad que le representó ir salvado los desniveles de la bajada de la cornisa y cómo anduvo haciendo encajes de bolillos para llegar abajo eludiendo las entradas de cada casa en sus distintas cotas.
Su denominación de Paseo de Cuenca se debe a una iniciativa que nace en el TES de Ronda (Teatro Español Salesiano), que cree que Ronda y esa capital tienen determinadas similitudes de tipo orográfico y que se podría proponer a la Corporación Municipal la posibilidad del hermanamiento entre las dos ciudades. La propuesta fue presentada a la Corporación Municipal y ésta, presidida en la época por el Iltmo. Sr. D. Francisco de Rosa Moreno, se puso a la labor y, finalmente, de acuerdo las dos Corporaciones llegaron a la conclusión de hermanarse.
Se trata del primero de la Ciudad de Ronda con otra ciudad, esta vez castellana. Entre Ronda y Cuenca, posteriormente, se han producido distintas visitas de tipo cultural y social, aunque en la actualidad estas relaciones se encuentran muy frías. Al paseo de Cuenca se accede por la calle Rosario, que sale de la Plaza de España, y girando a la derecha, al final de la misma, se toma la calle de los Remedios para a su vez tomar la primera a la derecha conocida como calle de la Mina. En su primer mirador, el Paseo arranca con una panorámica del Puente Nuevo, inédita hasta la fecha de la construcción del mismo. Una vez disfrutada esta panorámica, bajamos un poco y en un pequeño recoveco o saliente se ve otra del Puente de San Miguel. Se sale de este pequeño balcón y bajando un poco más encontramos unos miradores en bajada que dan al frontispicio de la Casa de la Duquesa de Parcent (Casa del Rey Moro) y a la casa de los Condes de Santa Pola. Al fondo, la impresionante vista de la antigua presa, navegable en un tiempo hasta el puente Árabe. Desde esos miradores se puede ver tanto la puerta de entrada como la de salida del célebre pasaje de la Mina, que mandara construir el Rey Abomelic I.
Se sube un poco para reencontrar el paseo superior y se sigue en bajada hasta el último mirador, que está casi al nivel del puente de San Miguel. Desde este mirador hay una vista encantadora de los dos puentes, el de San Miguel y el Árabe. Una panorámica de esas que nos dejarán expectantes y maravillados de la situación particular y única de esta ciudad bendecida por Dios.

Hojas caídas del cielo
sobre ramas trepadoras,
desde un tronco que se escapa
de las infernales sombras.
¡Cómo añoráis unos ojos
para inundaros de roca,
rotunda, recia, bravía,
altiva, fuerte, gloriosa!
Raíces que estáis flotando
entre el misterio y la gloria.