MUSEO DEL VINO

Este museo se encuentra enclavado en la calle González Campos, número, 2. Es un callejón que sale de la calle Armiñan, a la derecha y llega a las espaldas de la catedral. 
En la antigüedad se llamaba «Alrededores de Santa María». Pues ahí está enclavado este museo, en esta antigua bodega de Ronda, de la familia de los Narváez. La sede, en su época árabe, formó parte de la conocida como Casa del Gigante. Fue también propiedad del Duque de Ahumada, que la segregó para hacer una casa de vecinos, que los Narváez, en el siglo XX, convirtieron en bodega. Los dueños actuales son los propietarios de las bodegas «La Sangre de Ronda», instaladores del Museo.
La casa conserva algunos restos de la época romana y árabe. Fue un pequeño palacete Nazarí en el siglo XIV. En la actualidad se ha recuperado el patio columnado que poseía y que estaba tapado por necesidades de espacio y, de igual forma, la galería alta con unas balconadas en madera de muy buen gusto.
 Todo lo que es museo verdadero está situado en la parte alta de la casa, cerrado por esa galería de madera y cristal que le da un determinado caché de calidad y recogimiento.
A los visitantes los suelen invitar a una degustación de sus vinos, lo cual va incluido en la entrada. El Museo hace, a través de paneles de información escrita, un recorrido por la historia del precioso néctar en nuestra zona y se remonta ésta a casi 6.000 años de tradición. Hace una reseña a la ciudad romana de Acinipo (en griego quiere decir el lugar del vino), por existir en esa zona una cantidad importante de viñedos, hoy desaparecidos, aunque se empieza a retomar la labor, que ya los romanos explotaban para enviarlos a la capital del Impertio.
Hay unas ánforas, supongo que recuperadas de las muchas que quedaron tragadas por el mar, como demostración e aquellos envíos. También utiliza la palabra guadalevín, de origen árabe y nombre de nuestro río, para hacer un símil entre huad, río en árabe, y levin, que ellos dicen vino. Pero esto está cogido por los pelos y con demasiado interés, ya que el Guadalevín de Ronda quiere decir en árabe “río del requesón” o de la leche agria, que es como lo llamaron los árabes.
Están expuestos una serie de utensilios que se utilizaron en su tiempo para la recogida de la uva, para el tratamiento de las cepas, la construcción de las barricas, la fabricación de corchos para los tapones y alambiques para la extracción de alcohol de los que en la Serranía eran muy célebres y los había en gran abundancia.

Habla luego de los distintos tipos de vinos y del tratamiento que se sigue para llegar a ellos, desde los blancos, los rosados a los tintos que son los más famosos y los de más calidad.
Lo cierto es que a través de los siglos nos ha llegado este legado que los rondeños teníamos olvidado por el castigo que sufrimos con la filoxera, que hizo que desaparecieran las pocas bodegas que quedaban en Ronda a mediados del siglo pasado. Nombraré como recuerdo, la ya mencionada de los Narváez, la de los Pérez Sánchez y su famoso Fino PUSA, la de Romero, la Verdad y alguna otra que me habré dejado en el tintero.

Es néctar que refuerza los olvidos,
que aviva y edulcora los recuerdos,
que apaga la prudencia de los cuerdos
y da marcha a los tristes y aburridos.

Enturbia la razón y el buen sentido,
se cisca en la abstinencia y en la dieta,
convierte en libertino al sobrio asceta
y en bufón al gendarme desabrido.

Es campana que llama a la pereza,
sirena que convoca a la alegría,
que sienta en un columpio a la cabeza

y alienta la amistad y la armonía,
que espanta poco a poco la tristeza
y transforma la prosa en poesía.

MUSEOVINO3

MUSEO ARQUEÓLOGICO MUNICIPAL

Esclavo de un destino,
el hombre fue pasando
de las húmedas cuevas
a los rojos tejados;
de las selvas frondosas
al calor del asfalto,
en una ingente historia,
en un inmenso parto;
adobado de risas,
de amores y de llantos,
de pasiones ardientes,
de dioses y diablos,
de miseria y grandeza,
de rencores y abrazos.
De labores concretas
a conceptos abstractos,
de la magia del brujo
al consejo del sabio.
Del pasado remoto
al futuro soñado.
Pasando golpe a golpe
del suelo hasta los astros;
de contar siglo a siglo
a contar año a año.
Y siempre a contratiempo,
ganando palmo a palmo
la batalla al olvido,
la guerra al desamparo.

Ya, en otro lugar, describimos el Palacio de Mondragón y las vicisitudes que ésta Casa Palacio ha pasado a través de los siglos. Ahora, acabada la última restauración realizada por la Escuela Taller de Ronda, dependiente del Exmo. Ayuntamiento, ha quedado convertido en el Museo Arqueológico Municipal.
El trabajo que la citada Escuela ha realizado en estas instalaciones, madre de los Taifas de Ronda, ha sido verdaderamente loable. Han conservado las formas que la casa tenía, han recuperado en su totalidad los tres patios, los dos castellanos y el mudéjar, a la par que ha realizado un pasaje exterior que sale a las antiguas murallas, con unos juego de aguas rumorosas que le dan un aspecto de verdadero relax y reposo.

Como Museo Arqueológico se ha intentado mostrar, a fuerza de imaginación y estudio, cómo habían sido, principalmente, los distintos habitáculos que el hombre, a través de los siglos, ha utilizado para su vivienda. Estos van desde las Cuevas del Neolítico, haciendo un estudio de las distintas que en la zona de Ronda existen, como “La Pileta”, “Gato”, etcétera, a las antiguas chozas como primeros habitáculos cubiertos y fabricados por el hombre.
Estudia, asimismo, todo el aspecto necrófilo y monumentos funerarios de la humanidad, con un recorrido por los distintos Dólmenes que hay en la Serranía, mostrando fotografías espectaculares de ellos, de enterramientos romanos y sobre todo, de enterramientos de la época de los musulmanes, con

fotos espectaculares de monumentos funerarios encontrados en el entorno de Ronda y, en general, de Andalucía.
Hay un estudio hecho sobre la fabricación de útiles, tanto de caza, como armas hechos en Siles y posteriormente fabricados en hierro. Se tiene expuesto el medio molde, labrado en piedra, de una espada del siglo VII a. Igualmente, hay un sala dedicada a la metalurgia y el proceso, en miniatura, de la extracción del hierro de la piedra, su fundido y posterior moldeamiento para cabezas de flechas, lanzas, espadas, y otros utensilios de defensa.
En el patio de la entrada se ha recuperado un brocal de pozo que ya existía y que con el paso del tiempo se había deteriorado en exceso y que en la actualidad ha sido reemplazado por uno de piedra del Arroyo del Toro, obra

de los chicos canteros de la Escuela que lo han convertido en El «Pozo de los deseos», donde los turistas que lo visitan suelen echar la clásica moneda y pedir el suyo.
Se muestra también el antiguo procedimiento de recogida de agua de lluvia a través de las aljibes que estaban situadas en el subsuelo de los patios.
Se puede visitar también el jardín del Museo y la recuperación del mismo por la Escuela Taller de jardinería con una fuente y unas canalizaciones de agua que son un encanto, sin olvidar las vistas que desde este jardín se aprecian de la Serranía de Ronda, de las murallas antiguas y del barrio de San Francisco.

De indiscutible importancia turística es la Plaza de Toros de La Real Maestranza de Caballerías de Ronda, es el monumento más visitado de Málaga y uno de los más visitados de Andalucía y es que el nombre atrae una enormidad. Plaza de Toros de Ronda, Pedro Romero, Cayetano Ordóñez, Antonio Ordóñez y Francisco Rivera, son nombres que producen ese hechizo que ha hecho de Ronda la cuna del toreo.
La Real Maestranza, se ha puesto a la labor de recoger el fruto de ésta efeméride taurina, sin que haya hecho nada por lo taurino y sí por lo que lo taurino le ha producido.
Ha montado en los bajos de los tendidos oeste y sur-oeste tres museos que son dignos de visitarse, por la importancia histórica de la Institución Armada y por la relevancia de lo taurino. Empecemos por lo taurino: Este

El Museo empieza por la evolución de la fiesta de los toros, para lo que hace una descripción del origen del toro de lidia, (El Uro), con una reproducción del cráneo de este animal de origen Ural. Posteriormente, sobre paneles, grafiados con imágenes e información escrita hace una descripción del toro, desde la Diosa Europa sobre un toro, hasta los toros de piedra de Ávila.
Después, siempre sobre paneles, sigue mostrando la habilidad de los caballeros para lancear toros, los juegos con toros en las Plazas, hasta llegar a la dinastía de los Romero, pasando por las distintas prohibiciones de algunos reyes empeñados en acabar con esta cultura ancestral.
Termina con la exposición de las corridas de toros, conun panel donde quedan reflejados los más importantes diestros, desde Pedro Romero hasta Manuel Rodríguez, “Manolete”.
Se completa la exposición con una serie de trajes y chaquetillas del siglo XVIII, trajes de toreros de la época (Antonio Ordóñez, Paquirri, Manolete, Joselito, El Niño de la Palma… etc.), así mismo unas cuantas cabezas de toros disecadas, y todos los instrumentos que se utilizan en las corridas de toros, y ahí se encuentran : Picas, botas de picador, sombrero de picador, banderillas, zapatillas, muletas, trajes de luces, trajes goyescos, monteras, medias, estoques , verduguillo y puntilla.
En seguida podemos pasar al de la Real Guarnicionería de la Casa de Orleáns, con una extraordinaria muestra de arreos y complementos de la más refinada artesanía que servían para enganchar las carrozas a los caballos. Éstas que se exponen en Ronda eran del Duque de Montpensier, quinto hijo del Rey Luís Felipe de Francia, aunque él estuvo afincado desde el año 1.846 en Andalucía. La colección la componen un doble juego de guarniciones uno de gala y el otro ordinario, con sus elementos metálicos convertidos en piezas de orfebrería. Sillas de montar mamelucos y orientales, uniformes y accesorios y un espectacular juego que le regalara el Rey de Marruecos al Duque.
Debo contar aquí que Félix Zini, hermano de mi entrañable amigo Vito Zini, italianos y hombres refinados y educados en el servicio hotelero, era el Mayordomo, en Sanlucar de Barrameda, de la familia de los Orleáns. Oficio que dejó cuando se jubiló ya muy mayor, y se vino a Ronda a la Residencia Parra Grossi, donde estuvohospedado unos meses. Estos Zini se han distinguido por ser todos muy longevos; yo los he conocido a todos ellos, a unos aquí en Ronda y al resto en Italia, Bologna, Medicina y Vía Nova, de donde eran originarios.

DE LA REAL MAESTRANZA

Termina el recorrido por los museos visitando la colección de armas antiguas. Preside esta sala un gran cuadro ecuestre, pintado por el italiano Máximo Stanzione, del Duque de Medina de las Torres. La sala está presidida en primer término por una riquísima colección de armas para caza y duelo. Es un conjunto de unas doscientas noventa piezas originales de las armerías de Felipe IV y Carlos III; escopetas y carabinas europeas del los siglos XVII , XVIII y XIX; piezas de las armerías de Luís XIV, (El Rey sol), Napoleón, y de algunos monarcas ingleses.
Hay una colección de pistolas de duelo que son una maravilla, eran pistolas que se utilizaban en los lance de honor, como las del escritor Vicente Blasco Ibáñez y las del Duque de Montpensier.
En la Galería de la Maestranza se encuentra un retrato del Felipe II, de España, Fundador de la Real Maestranza de Caballería, un retrato del Primer Hermano Mayor de la Maestranza el Príncipe Carlos, otro del Primer Teniente de Hermano Mayor, uno de lo Valenzuela, y otro del Duque de Montpensier. Se muestran en esta Galería algunos trajes y utensilios de los maestrantes y se muestra el traje de Gala, del anterior Hermano Mayor, D. Juan de Borbón, Conde de Barcelona, padre del actual Rey D. Juan Carlos I Rey de España y Hermano Mayor de la Maestranza.

De corridas de antes, de toros y toreros,
de “El Niño de la Palma”,
del triunfo de afamados caballeros.
Del gran Antonio Ordóñez
y de Pedro Romero.
De todos se nos muestra
alguna cosa amena en el museo.

La casa de Orleáns
presenta sus arreos
para enganchar históricas carrozas
labradas por grandes guarnicioneros.
Hasta el gran Montpensier
descubre sus secretos
en la sala que muestra sus enseres
y su rancio abolengo.

Los útiles de caza,
ñas armas para duelo,
escopetas gastadas y lustrosas,
carabinas de ensueño.
Retratos a caballo,
piezas de aquellos tiempos
y caprichos de príncipes y reyes
para sus recios juegos.

Hombres tirados al monte,
al abrigo de los cerros,
huyendo de su pasado,
con lances de honor por medio.
Entre espinos y retamas,
desafiando a los vientos,
cercados por migueletes,
sin más armas que sus pechos.
Entre pinsapos y encinas,
entre chaparros sedientos,
negros presagios de muerte
habitaban su misterio.
Relámpagos en la noche,
esclavos de sus recuerdos,
corazones malheridos
marcados con odio a fuego.
Personajes de leyenda,
del destino prisioneros,
que trocaron a esta tierra
en patria de bandoleros.

museobandolero

DEL BANDOLERO

Mis amigos Jesús Almazán y José Antonio Guerrero se reunieron un buen día y tuvieron la feliz idea de dedicar un museo al Bandolero, al bandolerismo, al contrabando y al contrabandista y a las fuerzas represoras de estos. Para ello, compraron la casa de D. José González, un comerciante de Ronda, de familia de comerciantes y de dinastía de tales, que fundara D. Rafael González, padre de Antonio y de José. D. Rafael siempre había regentado una eléctrica en la entrada de la calle de La Bola, que después mantuvo su hijo Antonio, y Pepe montó una ferretería un poco más arriba.
Una vez comprada la casa, estos dos personajes decidieron montar un museo, para lo que tuvieron que hacer una serie de adaptaciones en el edificio, pero sin romper, para nada, el estilo y la forma del mismo, que está situado en la calle Armiñán, entre el Ayuntamiento y las Murallas de la Ecijara. El Museo recoge la historia del bandolerismo andaluz y de los personajes más representativos del mismo como José María “El Tempranillo”, “Diego Corrientes”, “El Pernales”, “El Bizco del Borgue”, “El Vivillo”, “Tragabuches”, “Flores Arocha” y “Pasos Largos”. De cada uno de ellos hacen un recorrido histórico por su persona y las fechorías que les llevaron a excluirse de la sociedad establecida para “echarse al monte”, que se decía antiguamente, con aportaciones de documentación exhaustiva de los personajes.
Asimismo, hace un recorrido por los caminos y trochas que utilizaron los contrabandistas que venían de Gibraltar y pasaban sus productos al interior de la Península, cuando España pasaba por una situación de carestía de bienes básicos y por una actitud tremendamente represora por parte de las autoridades.
Hay en el Museo un recuerdo a los sufridos vigilantes de la ley y el orden, aquellos antiguos Migueletes, venidos a ser posteriormente Cuerpo de la Guardia Civil, que fundara el Duque de Ahumada, del que hay una muestra de su vida y obra.
Hay una serie de armas que utilizaron los bandoleros: trabucos, facas, navajas enormes, etcétera, usadas en la época, completadas con una serie de fusiles y escopetas de las fuerzas represivas. En la actualidad regenta la instalación Jesús Almazán, pues la familia de Guerrero Pedraza se ha dedicado a un comercio distinto al museo, aunque también enfocado al turismo.

DE SANTA MARÍA LA MAYOR

En el interior de Santa María de la Encarnación (La Catedral) hay una serie de imágenes, retablos y detalles que son dignos de mención y que todos ellos configuran un Museo, además de las dos exposiciones que existen.
Empezando por la entrada, encontramos una pintura enorme de San Cristóbal, Patrón de Ronda. San Cristóbal fue nombrado Patrón por el Papa Benedicto XIV, a mediados del siglo XVIII; la idea era que protegiese a los viandantes, por esos caminos de Dios que le llevaban o traían a Ronda, de los asaltadores de caminos que por esas fechas proliferaron tanto en esta zona.
Posteriormente a su nombramiento como Patrón, el Cabildo de Santa María le encargó al pintor rondeño, José de Ramos Piquer, que pintase la figura de este santo, rogándole que fuera un San Cristóbal grande, como

se supone que era este Santo Varón. Y así encontramos, en ese arco del rincón izquierdo del altar del Sagrario, un fresco enorme que reproduce la imagen del Patrón de Ronda. La pintura está fechada por el autor en el año 1.798. Se cuenta que a San Cristóbal lo pintaban así de grande, con objeto de que se viese desde cualquier puerta de entrada a la iglesia, de manera que, principalmente los panaderos, tenían la superstición de que si salían de trabajar y no saludaban al Santo, esto les traería mala suerte, así que con sólo abrir la puerta le decían “buenos días” a San Cristóbal y ya iban protegidos.
Inmediatamente de ver a San Cristóbal, encontramos dos retablos enormes fabricados en Ronda, y, según la inscripción que se encuentra en el central, fueron hechos en los talleres de la Iglesia en el año de 1.773 en estilo barroco. El de la derecha representa un retablo también barroco (churrigueresco) y hecho por las mismas fechas que el anterior. En el camerín de este retablo se encuentra Nuestra Señora del Mayor Dolor que se le atribuye a “La Roldana” (María Luisa Roldán). Justo enfrente de estos dos retablos, en el trascoro, encontramos catorce placas en bronce situadas en un altar estructurado en madera de cedro y que

representan distintos momentos de la Vida de Nuestra Señora. Se hicieron y pusieron ahí por iniciativa del párroco D. Gonzalo Huesa y bendecido e inaugurado por Monseñor Dorado Soto, Obispo de Málaga el año 2.000 con motivo de bimilenario Mariano. Se llama “Vía Lucis Mariano”, en contraposición del Vía Crucis.
El coro es una obra maestra de la talla rondeña hecho casi todo en nogal, como igualmente el órgano. Tanto éste como bastantes de las figuras que presiden los sitiales, fueron destruidos y quemados durante la 2ª República. Posteriormente, las figuras fueron repuestas por los tallistas rondeños, Vicente Becerra (El Sacristán de Santa María) y Adolfo “El Títere”.

Nos queda por describir el altar Mayor, en el que se encuentra un baldaquino de madera de cedro hecho en Ronda en estilo Rococó, que es una maravilla y que se supone se hizo a finales del siglo XVIII.
En lo que era la Sacristía Mayor, se ha instalado un pequeño Museo con relicarios, que van desde el siglo XVI hasta nuestros días; imágenes del Niño Jesús y de la Virgen del Rosario, como, asimismo, una serie de libros en pergamino que datan de los siglo XVI al XVIII. En la actualidad se sale de la visita de la Iglesia por las antiguas catacumbas, adaptadas como pequeño museo de códices antiguos y de algunas reproducciones del Hombre de la Sindone (La Sábana Santa de Turín), de la que hubo una exposición en La Catedral.

 

Hermandad de reliquias y sotanas
compartiendo vitrinas y anaqueles,
imágenes sagradas y papeles
notarios de memorias diocesanas.

San Cristóbal preside en las alturas;
fabuloso angelote de la guarda
cuya imagen ciclópea y gallarda
recuerda la miseria de los curas.

Casullas y retablos relucientes
en altares menores y mayores,
donde van a purgar los pecadores
y a cumplir su deber los penitentes.

MUSEO LARA

Fabulosa colección
de piezas bellas y raras,
producto de la pasión
y anticuaria devoción
de don Juan Antonio Lara.

 

MUSEO DE CAZA

Santuario de la caza,
deslumbrante zoología
que te inunda, te atenaza,
te sorprende, te amenaza,
embalsamada jauría.

MUSEO LARA Y MUSEO DE CAZA

Estos dos museos son de propiedad privada, pero tienen un valor incalculable, por la variedad de piezas el primero y por la calidad cinegética el segundo.
Vayamos con el Lara. Este Museo se encuentra situado en la calle Armiñan, en la que era Casa Palacio de los Condes de la Conquista y es una muerta de las casas- palacio del siglo XVIII rondeño.
Desde la entrada se accede a un patio porticado con columnas, desde el que se distribuye el museo por salas y temas, empezando por un retrato de D. José Vasco y Vargas, Conde de la Conquista, conquistador de la Islas Batanes. Posteriormente, se pasa a la sala de los relojes, donde se encuentra una colección de relojes de plata y de oro que pueden valer millones . Hay un pequeñito de oro que perteneció a la Reina Isabel II de España y una variedad abrumadora de ejemplares de ambos metales.

Después, se pasa a la sala de las armas donde se pueden encontrar desde los más antiguos trabucos y arcabuces, hasta las más modernas pistolas, fusiles, pistolas de tres cañones, pistolas pequeñísimas de mujer (de esas que se llevaban en el liguero), etc. En la sala romántica hay una colección espléndida de abanicos, muñecas de todo tipo y de todas las épocas y objetos de belleza de la mujer antigua de los siglos XVIII y XIX.
En la sala museo de arqueología se encuentran recipientes de todas la épocas y útiles de cerámica así como de todas las épocas. Hay una colección entera de monedas de las que se emitieron en Acinipo. En lo arqueológico hay muestras desde el siglo IX a. C.

Cristo hasta el XII d. C.
En la sala de fotografía y cine, se encuentra una colección de cámaras fotográficas de los siglos XIX y XX; cámaras de todo tipo y estilo. En cuanto a cine, podemos apreciar desde la máquina que perteneció a los Hermanos Lumière, que está situada en el Hall de la entrada hasta las que eran máquinas de experimentos, siguiendo por la enorme colección de estos aparatos que hay en esta sala. ¡Una maravilla!
En lo referente a instrumentos musicales, hay algo menos, pero muy interesante, desde vihuelas del siglo XV hasta guitarras del XVIII, laúdes, arpas, violines, violas…etc.
Debo decir que en un viaje que hicimos con el Coro de la Hermandad del Rocío, en el que yo participé un poco como guía y jefe, estuvimos en Polonia y venía Juan

Antonio Lara Jurado, propietario del Museo; no quiero decir ni me puedo imaginar lo que aquel hombre compró en un mercadillo en la frontera ruso-polaca, en una pequeña población que se llama Zakopane; una barbaridad de antigüedades que adquirió a muy buen precio.

MUSEO DE CAZA
El segundo museo está situado en la misma calle Armiñan en la casa que había sido, de toda la vida, de los Carrillo de Mendoza y Morales; D. Francisco, fue Alcalde de Ronda allá por los años sesenta; era abogado y soltero en aquellos tiempos.
Actualmente hay instalado un Museo de Caza. Está muy bien montado, pero a mi parecer un poco abigarrado todo. Las paredes están llenas, ¡llenas! de cabezas de los más variados rumiantes. Cabras, gamos, ciervos, búfalos, bisontes, gacelas, antílopes, cabra hispánica y un sin fin de estos rumiantes, incluido el célebre ñu, que tanto nos muestra la tele.
En el sector de los felinos hay tigres, panteras, panteras negras, leones, leonas, leopardos, guepardos…etc. Hay, además, cocodrilos, linces, orix,

lobos, hienas, zorros, jabalíes, osos y elefantes. Y en el sector de aves: perdices, urogallos, palomas de todo tipo, faisanes de todos los colores y una colección de pequeñas aves.
Es un museo digno de visitarse; además dispone de una empresa que se dedica a la organización de caza, con sucursal en Marbella; esta sociedad se llama Marbella Hunter’s S.A.