Aquí a la izquierda inauguro sección. Al compás de este tiempo absurdo, chapucero e imposible que nos ha tocado transitar, irán surgiendo mis versos. Versos casi siempre dolidos, trasunto de la angustia de peregrinar entre cardos y abruptos terrones. Menos mal que entre las espinas, de vez en cuando, surge alguna rosa, cargada de misterio, de futuro, de esperanza. Acudiendo al niño que sigo llevando dentro aún me afano en estas cosas que, de otra forma, sería imposible abordar. No me impongo ningún ritmo, tan solo la voluntad de que queden como vayan surgiend, aunque puedan incoporar aristas por la falta de pulido y de retórica. Con la fuerza de lo espontáneo, de lo que pide salir, porque no puede quedarse dentro, de todo aquello que puede matar si no se le concede la vida.

Al ritmo de este tiempo

Quiero rascar mi alma,
pulir lo que anda dentro,
limpiar lo que está sucio,
ordenar lo que suelo
tener desordenado,
sin orden  ni concierto.
Respirar por la herida,
que dejan los recuerdos,
al ritmo de la historia,
al compás de este tiempo;
de este  tiempo imposible,
de este sueño sin sueños,
de este volcán que arroja
basura del infierno.

Los recuerdos

Los recuerdos duelen,
como duele la vida,
como duelen los sueños
que se escapan al alba.
Los recuerdos son perros
que te muerden por dentro
con bocados sedientos
de hielo y de venganza.
Los recuerdos olvidan
que son parte de ti,
que comparten contigo
los pasillos del alma
y parece que vuelan,
pero nunca se marchan.

 



Soneto desolado

Un camino perdido, una derrota,
una sed insaciable, una locura,
una verdad terrible, una amargura,
una fuente vencida que se agota.

Un ser sin ser, un vivo que es un muerto,
una esperanza rota, una canción,
un alma desolada, un corazón,
una rosa que crece en un desierto.

Me duelen tanto odio y tanto miedo
campando por las calles sin medida,
me asfixia ese rencor incontenible,

tanto me duele, tanto, que no puedo
seguir aventurando esta partida,
no quiero sufrir más con lo insufrible.

Soledad


El domingo es eterno
en el vientre profundo
de la luna desierta.
Y la luz ya no alumbra
en la frente marchita
del corazón helado.
Hay soles solitarios
navegando sin rumbo
sin conciencia, sin pausa.
Y mis manos se pierden
mientras buscan a tientas
al viejo que resiste
detrás de las palabras.

Frío

Esta nieve en el alma marchita,
de sueños despojada,
contra el viento y marea
de los nuevos tiempos.
Frente al celo maldito
de la maldad campante,
resbalando en la bilis
que por doquier se esparce,
perdida en la ralea podrida,
viscosa y maloliente
de las cosas sagradas,
que nada llevan dentro:
solo voces vacías.

Dispárame

 

Dispárame las balas de tus ojos,
que me inunden las lunas de tus labios,
que tu Sol sea la estrella de mi cielo,
tu ser, el arquitecto de mi espacio.
Así podré llorar si no me miras
y reír en mi mundo solitario,
para llevar tu voz y mis canciones
al último rincón del calendario.
Vivir es cabalgar sobre una nube,
reír, llorar, morir en el naufragio,
que vamos construyendo paso a paso;
ser otro siendo tú en el escenario.

Pasar

Y piensas que no todo está perdido,
y aunque siempre el destino es la derrota,
y la vida, una marcha hacia el olvido,
te sientes sabio en una piel de idiota.

Es nuestro sino, andar, correr, luchar,
arrastrarnos, trepar, volar, sentir,
querer, amar, obedecer, soñar,
desear, esperar, vivir, morir.

Ver pasar sin tocar aquellas cosas
que más te gustaría poseer,
las mejores, también las más hermosas,

fantasmas sin piedad que antes de ser
se pierden en el aire silenciosas
camino de la nada y del ayer.

Ese azul

Y ese azul que te invade
cuando nadie lo espera,
cuando seguir andando
es una dura cuesta,
¿dónde esconde sus besos,
dónde su luz de fiesta?
¿Dónde están sus caricias
y su carne morena?
¿Dónde oculta el abrigo
que a diario te niega?
¡Que pena que no viva
siempre, siempre a mi vera!

Precariedad


¿Y cuántas horas caben
en el minuto amargo
del dolor que te anula,
del miedo que te invade?
¿Y cuánta soledad
en el pecho que llora
su nada compartida,
su ser sin ser de nadie?
¿Y cuánta sed inunda
al alma seca y fría,
que vuela sin remedio
al capricho del aire?

Descansar


Descansar de las cosas,
descansar del espacio y del tiempo,
descansar de las nubes,
de las olas, del frío y del viento.
Descansar del ayer, del mañana,
de los sabios, los necios,
de la sed, el dolor, la derrota,
descansar de los muertos.
De los vivos, los buenos, los malos,
Descansar de los miedos.

Descansar de la mierda,
que se esparce por todos los sitios,
descansar de los otros,
descansar de mí mismo.

Consuelo


Mira que pesan las losas
con las que el vil calendario
va construyendo tu historia
a lo largo de los años.

¡Hay que ver cómo sin pausa
va controlando tu espacio
el tiempo que golpe a golpe
te va venciendo a su paso!

Aunque ya sabes que somos
más viejos, pero más sabios,
un consuelo que consuela:
un consuelo que hace daño.

Pasar

¿Y pasar de todo?

¿De todo lo que duele?

¡De todo lo que quema?

¿Será la solución,

la humana solución?

Pasar de los desprecios

y de los desplantes,

de las tristes palabras

y de los tristes dioses.

Pasar de todo.

Tus ojos

No hay nada que me inunde

como el mar de tu pelo,

ni nada que me avente

como tu sol al viento.

No hay luz que alumbre más,

ni más ardiente fuego.

Tus ojos son las luces

que alumbran mi sendero.

La locura del ser

El ser que hiela el tiempo,
el eterno escondido,
el que nunca aparece,
el que ocupa tu sitio.
El ser que exige todo,
que se arropa en tu abrigo,
que siempre te abandona
en su inmenso delirio.
Y no es otro, ¿eres tú?
Tal vez seas tú mismo,
un loco sin historia
camino al precipicio.

Vivir

La esencia es la existencia:
no hay ser, es existir
lo que abriga la esencia,
vivir… vivir… vivir…
La vida es decidir
lo que soy, lo que he sido;
vivir es convertir
en un ser lo vivido.

La esencia es la existencia,
es tan solo existir,
ser forjando la esencia,
vivir, vivir, vivir.