¿CRISIS? ¿QUÉ CRISIS?


PRESENTACIÓN


Obra teatral en 12 cuadros, original de José María Tornay

Crisis. ¿Qué crisis? es el título de un álbum legendario del no menos legendario grupo SUPERTRAMP. Siempre me resultó atractivo dicho título y, ahora, me parece que viene a cuento de manera especial, para definir el sentido profundo de la obra de teatro que ando construyendo sobre estos tiempos convulsos y lamentables que estamos atravesando. 
El ciudadano, hecho a las mentiras recurrentes del poder, tienen la fundada sospecha de que esta crisis no es más que otro ardid de los que mandan, para conseguir objetivos políticos y sociales de más largo alcance. ¿No es ésta una crisis extraña? ¿Qué está pasando? ¿Quién anda detrás de todo esto? ¿Cuál es el papel de los políticos?
Son preguntas que ya se pueden responder. Yo trato de hacerlo en esta obra mordaz y evidente, aunque, a veces, un poco absurda; porque absurdo es el mundo que nos han construido.
Sin ánimo de destripar el contenido de la mismo y sus variadas intenciones, sí puedo adelantar las dos tesis básicas que me animan a sostener lo que sostengo:
1. El poder financiero se ha desbocado y ha invadido de tal forma al poder político, que éste ha quedado relegado a un papel secundario de mamporrero de aquél. Quien manda de verdad no da la cara, porque para eso y para que se la partan tiene a los imbéciles de turno, que están dispuestos a poner su rostro en un papel a cambio de gozar de sustanciosas prebendas, como podemos ver que ocurre en nuestro país con la corrupción generalizada.

2. La corrupción, al menos en nuestro país, se desarrolla y se mantiene, porque hay un pueblo detrás que la comprende y que la acepta, de tal forma, que lo que a cualquier persona decente le produciría verdadera vergüenza, a nosotros nos suele resbalar de manera escandalosa. Los españoles somos descendientes de la picaresca, del chanchullo y de la trampa y, porque tales desahogos son prácticas generalizadas en la ciudadanía, es por lo que se asume que al político, como buen conciudadano, se le consiente que meta la mano y todo lo que tenga que meter. El político es hijo de un pueblo, que es potencialmente corrupto y, por tanto, ¡qué podemos esperar de él cuando se encuentra con la posibilidad de trincar? Cualquiera lo haría. 
Sé que ésta es una visión brutal de mi país, pero es la que tengo. Decir otra cosa sería mentir. De esta forma, aunque exagere, sé, al menos, que estoy diciendo mi verdad.

Una reflexión esperpéntica sobre el poder. Una caricatura del PODER y la CORRUPCIÓN. Una crítica del poder desprovisto de autoridad y de la perversión de la finalidad de la política. Se trata de una farsa, en la que tipos voluntariamente excesivos y exagerados (¿exagerados?) intentan llamar la atención sobre conductas y actitudes incomprensiblemente aceptadas en nuestra sociedad que, como mucho, obtienen un rechazo indolente y generoso desde la barra del bar. El realismo más crudo mezclado al absurdo más insólito, tal cual aparecen en la vida diaria, que comparece ante nosotros a la hora de comer, en los telediarios.

La obra está estructurada en doce cuadros independientes, unidos por el hilo conductor de la crisis, la corrupción, inevitable y asociada a todo poder y la nimiedad de la política. Teatro actual para entender el mundo de hoy. Como estoy casi seguro de la dificultad de que alguien cargue con su representación, aquí la coloco para que pueda ser, al menos, leída por los osados internautas decepcionados, como yo, con este mundo absurdo y esta organización brutal del mismo, que han articulado los que mandan. Este es el
ÍNDICE
EL SISTEMA
AGRADECIDOS Y TRAIDORES
EL TALENTO
ESCRÚPULOS
TRADUCCIÓN SIMULTÁNEA
ECONOMÍA Y JUSTICIA
EL MERCADO
LOS RECORTES
EL PROGRAMA
LA CRISIS
GOBIERNO – OPOSICIÓN
FRENTE A FRENTE

 

CUADRO I: EL SISTEMA

PERSONAJES: Político, Ciudadano, Secretario, Secretaria
VOZ EN OFF: La crisis. ¿Qué crisis? No hay crisis. Esto es lo que hay y lo que nos espera. No habrá vuelta atrás. A esto hemos venido a parar por la desvergüenza de unos, la codicia desaforada de otros, el egoísmo de la mayoría y la indolencia cómplice de todos nosotros. ¡Ah! Una buena noticia: seguramente, ya nunca más volveremos a ser sorprendidos por una crisis. A partir de ahora éste será nuestro estado natural. Es lo que ocurre cuando se llega al último grado de la perversión de todos los valores, de todas las lógicas, de todos los principios morales, sociales y políticos. Salir de este túnel no es cosa de programas económicos, ni de reformas laborales, ni de proyectos de actuación preferente. Hay que quitarles la iniciativa a los políticos y a los poderes financieros. La regeneración ha de venir de otro lado, del pueblo. Sin olvidar que de ese pueblo salen los políticos y los banqueros y los especuladores y los inmorales. La sociedad es la que tiene que provocar dentro de sí misma, de sus conductas y actitudes, una regeneración, una catarsis lo suficientemente traumática como para que no vuelva más a parir gentes de esa calaña. Es en una sociedad sin miedo y cohesionada alrededor del valor de la decencia, donde únicamente puede radicar la esperanza.
(Vuelve a sonar la Sintonía, mientras el Político se va colocando en el proscenio).
(Una mesa y dos sillas serán la referencia para el movimiento de los dos personajes centrales del diálogo, el Político y el Ciudadano. Los otros dos, Secretario y Secretaria, se limitarán a asomarse, cada uno por un lateral).

POLÍTICO (Dirigiéndose al proscenio): ¿Qué pasa con la política? ¿Qué pasa con los políticos? ¿Por qué todos nos culpan de todo? Porque, no me lo neguéis, es así, somos el chivo expiatorio. La gente nos usa para escupir sobre nosotros sus frustraciones, sus fracasos, sus cabreos, sus decepciones (Con arrogancia) ¿Y qué hemos hecho mal? ¿Eh? (Reflexionando y con humildad) Mejor sería decir, ¿hemos hecho algo bien? (Se dirige a su silla y se sienta). No es posible que me equivoque en todo.
CIUDADANO: No es eso, no es eso. Cometéis errores; todos lo hacemos. Pero el problema no es ese. El problema es que habéis construido un sistema que os fagocita. Os habéis quedado sin iniciativa dentro de él. Habéis construido un régimen que os devora y os obliga a conductas, actitudes y comportamientos, que no pueden conduciros más que al fracaso y al rechazo popular.
SECRETARIO (Asomando levemente por la parte izquierda del foro y en tono de discreción cómica, sin advertir la presencia del Ciudadano): Señor Delegado: que dice el presidente del Partido que se ocupe usted del tema de la pensión de su primo…
CIUDADANO (Haciendo un gesto de que esa intervención del Secretario viene a confirmar sus palabras): Habéis abandonado la alta política. Aquella gran política, fundada en nobles ideales y en compromisos firmes, ha sido sustituida por la pequeña política de la triquiñuela, de la componenda, del enjuague, del enchufe (haciendo un gesto hacia el lugar que ha abandonado el Secretario).
POLÍTICO: Esto es una jungla y hay que sobrevivir, por encima de cualquier otra cosa.
CIUDADANO: Nosotros, los ciudadanos, no podemos sufrir las consecuencias de vuestras batallitas. Os creéis más importantes que los temas que tenéis que gestionar. Y cada uno en vuestra parcela os creéis semidioses, con su corte de sacerdotes, monaguillos y demás ralea. Cada cargo es una réplica del cargo superior y así se multiplican innecesariamente gastos y personal.
SECRETARIA (Entrando por el lado derecho del foro y en el mismo tono entre pícaro y confidencial del Secretario): El Secretario del Secretario del Comité Rector me pide que le pregunte que qué hay de lo suyo…
CIUDADANO (Gesto de que se confirman sus sospechas): Estáis atrapados en una red infernal en la que o debéis u os deben o las dos cosas a la vez. Eso genera una situación tan anómala, que perdéis más tiempo en vuestras tramas que en intentar resolver los problemas reales de la gente.
POLÍTICO: No es fácil gobernar un partido y menos contentar a todos.
CIUDADANO: No se trata de contentar, sino de trabajar sin rodearse de parásitos, que buscan en la política su modus vivendi. Hoy se acercan los aspirantes a los partidos, no porque sintonicen con sus ideas, sino porque le ven más o menos posibilidades para medrar.
SECRETARIO (Por el lado izquierdo, siempre en el mismo tono): Que llaman de la Casa Real para ver si tenemos buenas relaciones con las autoridades de Tanzania, en cuyo caso podríamos interceder para que vayan reuniendo a los elefantes…
CIUDADANO: ¿Lo ves? Cada loco con su tema. Y a vivir que son dos días. Esto hace que cada vez os distanciéis más del pueblo. Os habéis alejado tanto de la gente que cada vez será más difícil que la gente pueda acercarse nuevamente a vosotros.
POLÍTICO (Con seguridad): La gente no tiene memoria y cuando cambien las cifras macroeconómicas, recuperaremos su afecto.
CIUDADANO: Ya, me temo, habéis ido demasiado lejos como para volver de rositas. Habéis fomentado un sistema que permite que a los partidos no acudan los mejores, sino los trepas, los arribistas y los tipos sin escrúpulos.
SECRETARIA (Por el lado derecho): Que llama el Secretario General del Sindicato Horizontal interesándose por la subvención del curso de márquetin.
CIUDADANO: Y los sindicatos, que venden su independencia por un plato de lentejas, tampoco están en condiciones de ejercer su papel. La confrontación casi siempre es una pantomima, una farsa para que los trabajadores crean que están bien defendidos.
POLÍTICO: Así conseguimos votos y defendemos los intereses de todos. En el fondo, y a nuestra manera, defendemos una ética…
CIUDADANO (Interrumpiéndolo): Para llevar la ética a la política hay que renunciar a la política y, entonces, ¿de qué nos sirve la ética? Si apuestas por la ética, olvídate de la política.

Desde hace unos años, la gente, cuando se encuentra por la calle, ha dejado de hablar del tiempo para hacerlo de la crisis. Y en esas situaciones embarazosas de la vida, en las que no sabemos qué decir y nos vemos impelidos a romper el hielo, nos asimos al tema que ya resulta recurrente: la crisis.
Y es que la crisis, además de una putada, es algo bastante útil, si se está dispuesto a sacarle partido a todas las cosas, incluidas las  lamentables y perniciosas. Si a ésta se une la inanidad de la política tal y como se entiende en la actualidad, se produce un cóctel explosivo, que invita más a la risa que a cualquier otra consideración grave.
Sé y me consta que hay políticos que atesoran buenas intenciones y honestidad más que manifiesta, pero también he podido comprobar que el sistema al que se integran (la política) es suficientemente abrasivo como para no permitir muchos entusiasmos individuales o empresas quijotescas. Al final, el sistema se impone y prescinde de las . Tengo amigos que se dedican a la cosa pública. Son buenas personas. Seguro que hay muchas de ellas dedicadas al tema. No es mi intención ofenderlas. A las otras, las que van llenando de podredumbre los despachos, los pasillos y las instituciones por donde mueven su miseria, no tengo ningún escrúpulo porque se sientan aludidas. Esa es mi intención y, sobre todo, el objetivo que pretende esta farsa es poner en solfa un sistema, que olvida lo sustancial y se queda en la superficie, que prima lo adjetivo sobre lo sustantivo y que está más pendiente de lo secundario que de lo esencial.Mi admiración más profunda a los que tienen que nadar contracorriente en ese magma de intereses espurios y de livianas apariencias, en el que reina la obediencia ciega y la adulación más cochambrosa. Algunos salen a flote en ese mar de las comisiones, los sobres y la prevaricación. Son los héroes de la política.
Sé la dificultad que supone atacar a un sistema sin lesionar a las personas que incorpora, pero también estoy convencido de que un cambio radical del modelo haría que esas personas dieran al servicio de todos lo mejor que llevan dentro y abandonaran cualquier tentación perniciosa. Si fueran capaces de abrir las ventanas, podría entrar el aire vivificador que la sociedad y la dignidad de todos están reclamando.
Soy más roussoniano que hobbesiano en el juicio que me merecen los seres humanos. Creo sinceramente en su bondad natural. Estoy convencido de que es el contexto el que alimenta las condiciones para que naufrague aquélla. Pese al egoísmo propio de quien responde, antes que a otra cosa, al instinto de supervivencia, hay por ahí dentro, en la inmensa mayoría de nosotros, algo que nos empuja al altruismo y a la generosidad.
Aunque he elegido distintos registros para hablar de lo mismo, la verdad es que he intentado moverme en un tono general grotesco y sarcástico, que entiendo es el más adecuado para zaherir conductas impresentables e idearios corrompidos, salvando la integridad de la mayoría de las personas. Alguien puede echar de menos que no se traten los comportamientos positivos y nobles, pero es que esta obra no iba de eso.
Una reflexión final debe apartarnos a los del pueblo llano de la pretensión de honestidad absoluta y pureza moral, que podría deducirse de nuestra condición de sufridores de todo lo que aquí se lamenta. No debemos olvidar que los políticos son también hijos de la misma sociedad a la que todos pertenecemos y que es ésta la que sostiene y avala un sistema lleno de lacras e imperfecciones y que es, sin duda, manifiestamente mejorable.

POLÍTICO: Somos los representantes de los ciudadanos. Al fin y al cabo hemos sido elegidos por ellos.
CIUDADANO: Os habéis convertido en un producto, como cualquier refresco. Un producto que ya nadie quiere consumir, porque es un sucedáneo, una mentira.
POLÍTICO: Las mentiras no son malas si sirven a un interés superior.
CIUDADANO: Si Maquiavelo levantara la cabeza se avergonzaría de su descendencia.
SECRETARIO (Asomando de nuevo por su lugar habitual): Que llama el portavoz para saber qué versión de los hechos hay que venderle a la ciudadanía.
CIUDADANO (Aparte): Cualquier cosa menos la verdad. Esa tiene mal asiento en la boca de un político.
POLÍTICO: La que más convenga a los intereses del Partido. La lealtad ante todo.
CIUDADANO: Habéis creado un cuerpo de funcionarios de la política. Todo queda en casa. Pero tienes que saber que la endogamia no engendra más que deformidad y estulticia. En ella se está cuando se está tan lejos de la realidad…Cambiáis de puesto, pero nunca abandonáis la generosa matriz. Pasáis de acá para allá, pero siempre sois los mismos. Y si no sois los mismos, muy pronto conseguís que sean exactamente los mismos.
SECRETARIA (Entrando por su lado acostumbrada): Que llaman del Partido de la Oposición para ver cómo planteamos la discrepancia sobre el tema del fútbol y la televisión y a ver qué postura nos interesa adoptar a cada uno de cara a la opinión pública.
CIUDADANO: En el fondo, tenéis mejores relaciones con los demás partidos que con los ciudadanos. Es el inevitable espíritu de gremio, que tanto ha intervenido en la historia de este país. Primero lo mío, después los míos y luego nuestros intereses. Si queda algo…
POLÍTICO: Tienes una visión muy negativa de las cosas. La política es una actividad vocacional y sí, hay errores y algún que otro sinvergüenza pero, en general, los políticos se mueven por intereses nobles.
CIUDADANO: Al principio sí; luego, ya sabes, el sistema pone a cada uno en su sitio. El poder, en cuando se constituye, abandona la idea inicial de servicio y acoge la idea de ser servido. Ahí empiezan los problemas.
SECRETARIO (Desde el lado izquierdo): El director de La Mañana solicita una entrevista para mejorar la imagen del Secretario General.
CIUDADANO: ¿Lo ves? No hay solución. La prensa, los periodistas, comentaristas, tertulianos. Hermosos sustantivos. Quienes debieran servir únicamente a la verdad, la usan como si fuera un despojo. Es más rentable servir al Partido que corresponda, a “los nuestros”, a los que se ocupan o se ocuparán de sus intereses, de sus negocios.
POLÍTICO: La verdad. ¿Qué es la verdad? Cada partido tiene o aspira a una parte de la verdad. Por eso se llama así: partido. En la unión de lo que defiende cada uno de los partidos está la verdad.
CIUDADANO: Magnífica retórica, pero vacía y ¿sabes por qué es una retórica vacía? Porque a la hora de la verdad, lo que cuenta es que hay que enriquecerse de forma rápida, que no sabemos hasta cuándo vamos a estar aquí, que hay que…Lo demás son palabras, vocablos sin significado, sonidos que no llevan nada dentro.
POLÍTICO: La corrupción no es exclusiva de la clase política. Está en todos los niveles de la sociedad, de la vida.
CIUDADANO: Pero es mucho más lamentable en los servidores públicos, porque viene, además, propiciada por el sistema. La corrupción es hija de la seguridad. La seguridad procede de las mayorías absolutas o de la falta de alternativa.
POLÍTICO: La honradez no es algo natural. Hay que cultivarla y formarla. La tendencia natural es…la desvergüenza, que es a lo que propende el egoísmo, sustancia esencial de los seres vivos.
CIUDADANO: No hay tal. El ser humano es bueno por naturaleza. Viene a corromperse por su relación con un contexto podrido y por unos escenarios que lo desvían del camino recto.
POLÍTICO: Intentamos rodearnos de los mejores…Al menos de los listos, que no es lo mismo que inteligentes. Todos los listos son inteligentes, pero no todos los inteligentes son listos.
CIUDADANO (Interrumpiendo): Por muchos currículums brillantes que presenten los candidatos, la realidad es que a la política no se dedican los mejores. Los mejores se dedican a otras cosas. A la política se dedican los que no sirven para esas otras cosas.
SECRETARIA (Interrumpiendo aceleradamente el discurso del Ciudadano, desde el lado derecho): En la puerta está y me ruega que lo haga pasar el señor Duque de Palma.
(Ese título funciona como un auténtico resorte que hace que todos se movilicen por la alarma. El siguiente diálogo transcurre mientras huyen hacia el foro contrario al que ha usado la Secretaria para entrar)
POLÍTICO: Rápido, esconded todas las cosas de valor. ¡El yerno, el yerno!
SECRETARIO: ¡Las carteras, las carteras!
SECRETARIA: Los bolígrafos, los lápices, los papeles…¡vamos, vamos!
CIUDADANO: (Sin moverse de su sitio) Yo no pienso moverme de aquí. (Con indiferencia). No sé qué pueden ya quitarme.
(Se hace el oscuro mientras suena con potencia la melodía de la obra. El mobiliario es útil para el segundo cuadro).

CUADRO II: AGRADECIDOS Y PAGADOS

PERSONAJES: Presidente, Ministro, Tesorero del Partido, Secretario
(El Presidente comienza a hablar cuando cesa la sintonía)
PRESIDENTE (en el proscenio y al público): La política teje ambiciones y siembra vanidades en el corazón de los hombres. Y los puestos son escasos y los aspirantes siempre son demasiados.
Gobernar consiste en repartir prebendas que, más tarde, operen en tu propio beneficio. Generar gratitudes asegura el mantenimiento en el poder de quien reparte. Y quien reparte…ya se sabe…se lleva la mejor parte (se sienta en la silla detrás de la mesa, adoptando el papel del Presidente del Gobierno).
MINISTRO: Señor Presidente, necesitaríamos una vicesecretaría de asuntos insignificantes; tengo un cuñado, que no para de darme la lata, que sería el candidato ideal. Nadie entiende más que él de banalidades y de cosas intrascendentes (está casado con mi hermana). Podríamos canalizar a través de él todos los asuntos internos del partido.
PRESIDENTE: Ministro, encárguese de la creación de ese departamento y que empiece a funcionar de inmediato. Por cierto, échele un ojo a mi hermano, que está intentado hacer colar su posición de influencia en ambientes poco recomendables.
MINISTRO: No te preocupes, Presidente, para ese papel tengo a la persona ideal: mi suegra. Nadie como ella sabría controlar y fiscalizar de mejor manera la vida de un semejante. Y si le adjuntamos a mi cuñada, no se les escapa ni una sola maldad.
PRESIDENTE: Que incorporen inmediatamente a tu suegra y a tu cuñada a la oficina de control de personas, ideas y tráfico de emociones. Es un papel que le iría como anillo al dedo a la mía, pero no quiero que la oposición me acuse de nepotismo y tráfico de influencias. (El ministro hace mutis por el foro).
TESORERO (Entrando por la derecha y cruzándose con el Ministro, que sale): Señor Presidente (pasándole con discreción un sobre), aquí tiene su cuota del mes de plus por responsabilidad específica. Son 15.000 euros, como siempre. Es que como no caben en la nómina tengo que colocarlos aparte para que no se entere el compañero de Hacienda.
PRESIDENTE: No sé qué haría este Partido sin un Tesorero como tú, tan diligente, tan resuelto (haciendo el gesto que trincar dinero), tan discreto y tan prudente. No sé qué haría yo…
TESORERO (Interrumpiéndole): Yo le digo lo que puede hacer. Llame al director de Informaciones para que le dé caña al Juez Muflón a ver si se tranquiliza y deja en paz mi caso de corruptelas variadas.
PRESIDENTE: No te preocupes; todo está bajo control. Ese periódico nos debe todo lo que tiene. Su director tiene subvencionados hasta los calzoncillos. Hará lo que yo le sugiera…
PRESIDENTE (Se dirige hacia el proscenio y cambia la luz): Ay, pero las cosas de la vida son como son. En la física todo tiende a la entropía, es decir, al desorden, mientras que en la política, en las perversidades de la política, se tiende al equilibrio. O sea, el político, en la medida en que reparte y va construyendo una legión de agradecidos, se va convirtiendo a la vez en un rehén de ellos. Le deben mucho, pero también conocen todos sus secretos, sus puntos flacos y, además, lo que se recibe como regalo se termina considerando una obligación. Y si también cambian los vientos (en la política ocurre con frecuencia) más de uno intentará cobrarle sus favores. No hay peor enemigo que un pariente agradecido o un miembro de tu propio Partido (vuelve a su puesto de Presidente del Gobierno).
TESORERO: Presidente, que dice el antiguo tesorero que o soluciona usted el tema del contencioso de Los Hampones o tira de la manta.
MINISTRO: Que llama el Obispo exigiendo la renovación del convenio de subvención sobre el ciclo “La influencia del voto de castidad sobre el cambio climático” o tendrá que dar instrucciones a sus párrocos para que nos aticen desde el púlpito.
SECRETARIO: Señor Presidente, el Secretario General del sindicato Transversal espera que usted decida de una vez sobre el aumento solicitado en la ayuda para los Jóvenes Agitadores del Porvenir o le echará a los trabajadores a la calle.
TESORERO: Las amas de casa le exigen en manifestación la consolidación de la ayuda puntual que usted les concedió para compensar el desajuste intelectual y emocional que les ocasiona el exceso de horas sentadas delante de la televisión. Su señora es una de las que encabeza la manifestación.
SECRETARIO: Señor Presidente, que si no renueva el concierto con la Academia de Cine “El ojo virtual”, están dispuestos a costear una película que airee sus escarceos erótico-sinvergonzones.
PRESIDENTE (Cada vez más agobiado): Me rindo, me rindo. No puedo más. (Tranquilizándose y reflexionando en voz alta). Es triste reconocer que antes de que el pueblo te acabe arrojando a la calle, los que te reprueban, los que te amargan la existencia, los que te terminan echando y olvidándose de ti. son los que todo te lo deben. En este mundo nuestro el peor enemigo no es el más fuerte, sino el que te tiene más a mano.
MINISTRO: ¿Qué pensabas? ¿Qué te querían por tu talento?
(Se hace el oscuro y suena la sintonía de la obra. No hay cambio de mobiliario).

CUADRO III: EL TALENTO

PERSONAJES:Secretario del Subsecretario, Presidente, Ministro, Subsecretario
(Sigue el mismo mobiliario, adaptándolo a la nueva situación)
SECRETARIO DEL SUBSECRETARIO: El talento. ¡Qué concepto más etéreo y más versátil! Unos lo confunden con el dinero, otros, con la suerte, otros, con la capacidad camaleónica para adaptarse a todo. Otros, incluso, con la facilidad para ganar voluntades… Y lo cierto es que algo de talento hace falta para todo: para atesorar riquezas, para buscar la suerte, para acomodarse a las circunstancias, para seducir a los incautos…
(Muy despacio y marcando bien los tiempos y los silencios) Todo lo que he logrado en esta vida se lo debo a mi esfuerzo (le limpia los zapatos al Presidente); se lo debo a mi capacidad (le sirve el café al ministro); se lo debo a mi compromiso con este partido y con estas ideas (le enciende el puro al Subsecretario).
Yo soy un político común, típico. Este es para mí el contenido del talento. Jamás he tenido una sola idea propia. Me ha ido de lujo repitiendo las que escuchaba a los que estaban por delante de mí en el escalafón. He hecho un auténtico arte del ejercicio de no pensar. Para eso ya está otros. Repitiendo lo que ellos dicen están tan contentos conmigo que me dan todo lo que les pido, escuchan mis maldades contra otros compañeros y me tienen en cuenta siempre para los ascensos.
SUBSECRETARIO: Secretario, encárguese del Jefe de Gabinete, que anda un poco díscolo y va un poco por libre.
SECRETARIO: Montaré una campaña de prensa para que sea difamado convenientemente. Así acabaremos con su carrera política en poco tiempo. No se come el turrón en su puesto. (Aparte). Ya se sabe: los peores enemigos son siempre los de tu propia casa.
MINISTRO: Secretario, lleve el sobre con la dimisión al Director General de Asuntos Menores. El muy zángano se está metiendo en asuntos mayores.
SECRETARIO: A quién se le ocurre. Con lo fácil que es obedecer. (Aparte) Y los buenos resultados que reporta.
PRESIDENTE: Necesitamos un voluntario para que se encargue del dossier que demuestre que el Jefe de la Oposición es un alcohólico empedernido, un jugador camorrista, un mujeriego irredento, un ludópata irrecuperable y un cabecilla de la mafia. Que aparezca también como un espía doble y como un posible terrorista de Al Qaeda.
SECRETARIO: Déjelo de mi cuenta. Cuando termine el informe no lo va a conocer ni la madre que lo parió. La oposición quedará destruida para seis legislaturas (Aparte). Alguien tiene que hacer el trabajo sucio. Es la actividad que más beneficios procura al que se dedica a la escalada política.
SUBSECRETARIO: Secretario, ocúpese de hacer un cásting para seleccionar a los miembros más embusteros y falsarios del Partido. Serán los encargados de redactar el Programa Electoral para las próximas elecciones Generales.
SECRETARIO: Me pongo a la tarea. Reconozco a esos personajes a distancia. Son de los míos.
MINISTRO: Secretario, ponga en marcha un plan para convencer a los ciudadanos de la necesidad de los políticos, especialmente de los nuestros. No escatime medios. Use la televisión, Internet, las vallas publicitarias, todo. No se preocupe por la financiación. Los funcionarios dan mucho juego y sus sueldos, más.
SECRETARIO: Marchando una de lavado de cerebros.
PRESIDENTE: Secretario, encárguese de seleccionar a los responsables de redactar el proyecto de los nuevos Estatutos del Partido. Procure que no sepan leer ni escribir.
SECRETARIO (dirigiéndose al proscenio. Cambio de luz): Ellos piensan que son poderosos y que me tienen a su servicio. La realidad es que yo los uso como más me conviene y como mejor pueden servir a mis intereses. (Con complicidad). Estaréis de acuerdo conmigo en que hay que reconocer que soy un hombre con talento.
(Oscuro y melodía. Tres de los personajes retirarán sendas sillas al hacer mutis por el foro).

CUADRO IV:ESCRÚPULOS

PERSONAJES: Director General, Compañero 1, Compañero 2, Compañero 3
(En escena no habrá más que la mesa y una silla, para dar más impresión de soledad en el Director General. Los demás deambularán a su alrededor como los personajes de un sueño).
DIRECTOR GENERAL (Con aire compungido): Yo era un hombre honrado. A serlo me empujaba mi natural decente y el trabajo minucioso y concienzudo de unos padres entregados a dotarme de unas virtudes, que me sirvieran de bagaje para la vida. ¡Qué cosas tenían los padres de antes! ¡Qué antiguos eran! ¡Qué honrados? Creo que sigo sintiéndome un hombre honesto, que en realidad soy un hombre prostituido, pero honrado, porque siento y sufro porque no puedo serlo, porque para serlo tendría que renunciar a mis actividades.
No, no soy un personaje sin escrúpulos, que no siente las molestias que causa y el daño que originan sus decisiones y sus comportamientos. Yo lo siento y lo sufro, pero no puedo hacer otra cosa o…o pierdo mi trabajo y el presente y el futuro de mis hijos y…¿y adónde podría ir yo ahora, con 50 años y sin saber hacer otra cosa que no sea medrar, intrigar y buscar la manera de eludir zancadillas y…ponerlas.
Pero yo quiero ser honrado, porque tengo escrúpulos y lamento los estragos que causo. Yo quiero ser honrado, pero…no me dejan. Suena a excusa, ya lo sé, pero es la verdad. Cuando empecé en esto de la política, una simple concejalía de mi pueblo, entré en mi nuevo puesto con la mejor intención. Quería cambiar el mundo y como un Quijote me lancé, sin yelmo y sin celada, a desfacer entuertos y a socorrer desvalidos. Con la lanza de mi integridad y con el escudo de mi bonhomía, empecé mi noble labor y comenzaron mis problemas. La primera vez que rechacé un regalo recibí los primeros avisos…
COMPAÑERO 1 (asomando la cabeza por un lateral): No puedes hacer eso; nos pones a todos en evidencia.
COMPAÑERO 2 (asomando la cabeza por el otro lateral): No puedes desairar de esa forma a Don Cosme.
COMPAÑERO 3 (asomando la cabeza por el primer lateral): Es uno de los nuestros.
COMPAÑERO 1 (Vuelve a asomarse): Y nos apoya.
COMPAÑERO 2 (vuelve a asomarse): Y nos financia.
COMPAÑERO 3 (vuelve a asomarse): Y nos compra.
DIRECTOR GENERAL: La primera vez que renuncié a una comisión…
COMPAÑERO 1 (asomando la cabeza por un lateral): ¿Quién te crees que eres?
COMPAÑERO 2 (asomando la cabeza por el otro lateral): Nos dejas a los pies de los caballos.
COMPAÑERO 3 (asomando la cabeza por el primer lateral): Así no se hacen las cosas aquí.
COMPAÑERO 1 (Vuelve a asomarse): Tienes que cobrar.
COMPAÑERO 2 (vuelve a asomarse): Tienes que cobrar.
COMPAÑERO 3 (vuelve a asomarse): Tienes que cobrar.
DIRECTOR GENERAL (sin salir del agobio que siente ante las imprecaciones de sus compañeros): Pero cuando más se enfurecieron fue la primera vez que no quise coger el sobre… Llegaron al insulto.
COMPAÑERO 1 (asomando la cabeza por un lateral): Pero, cómo. ¿Qué vas, de puro?
COMPAÑERO 2 (asomando la cabeza por el otro lateral): ¿Cómo puedes hacernos esto?
COMPAÑERO 3 (asomando la cabeza por el primer lateral): Vas a hundir al partido.
COMPAÑERO 1 (Vuelve a asomarse): Este tío es imbécil.
COMPAÑERO 2 (vuelve a asomarse): Este hombre no vive en la realidad.
COMPAÑERO 3 (vuelve a asomarse): ¡Qué tío más jilipollas!
Y así, siempre que quise jugar limpio. Lo del cargo es indiferente. Sucedía cuando era concejal y ocurre ahora que soy director general. El sistema está pervertido y en el nivel que te muevas te encuentras con las mismas condiciones, con el mismo contexto asfixiante, que te obliga y te marca los comportamientos y los límites y los caminos. No tienes nada que hacer. O entras en el redil o te echan. No hay más.
(Cambiando de tono y haciéndolo más confidencial) y menos pesaroso) Me lo dijo al poco tiempo de empezar. El chico no era de mi partido, pero congeniamos y nos cogimos mutua simpatía. O te vuelves uno de los nuestros o te buscas otro negocio. Se ve que ya había vencido los escrúpulos suficientes como para poder dar consejos. Y ¿qué hice yo entonces? Protestar, reafirmarme en mis valores éticos y, a la vez, empezar a ir metiendo la cabeza en aquella cofradía. ¡Madre mía! Y con qué rapidez se aprenden estas cosas. Cada vez peleaba menos por mis principios, por una gestión limpia, por un trabajo transparente y eficaz. Y cada vez me iba hundiendo más y más en la corriente general de ignominia y degradación.
Y empecé a aceptar algunos regalos y a trincar comisiones y a coger los sobres. Y terminé cogiendo todos los regales y exigiendo cada vez más comisiones y preguntando cada final de mes cuándo me daban el negro. Y he aprendido a motivar (hace el gesto de comprar) a periodistas, a regalar subvenciones innecesarias y caprichosas, a trabajar en mi provecho y a olvidar el único objetivo que debía tener mi tarea, mi trabajo: el bien común.
Y como aún me queda dentro algo de lo que fui, ahora tengo que asistir con malestar (os puedo asegurar que esto nos pasa a muy pocos) cada vez mayor al espectáculo lamentable de la gente que se deja el sueldo y las ilusiones, enterrados en la mierda que hemos construido o tolerado (cada vez más indignado), de la gente que se queda sin sustento, del empobrecimiento general, de la pérdida de derechos ganados con sangre y con lágrimas; de tantas ilusiones frustradas, de asistencias imprescindibles eliminadas, de tantos recortes injustos, de la apatía y el abandono que generan la pérdida de horizontes…de…Y todo por culpa de un…
Estoy pensando que en un arrebato de estos de dignidad no tendré más remedio que hablar y denunciar…
TODOS LOS COMPAÑEROS (al unísono y avanzando dos pasos hacia él): ¡Fuera del partido!
(Se hace el oscuro y suena la sintonía. Dos actores colocarán la mesa a la izquierda de la escena con la silla. A la derecha se colocará un atril).
DIRECTOR GENERAL: ¡Fuera del Partido!

CUADRO V: TRADUCCIÓN SIMULTÁNEA

PERSONAJES: Diputado, Traductor
El personaje del DIPUTADO se adelanta al proscenio, después de haber colocado con el personaje del TRADUCTOR, un atril y una mesa con su silla, ambos orientados hacia la sala, durante los breves instantes que durará el oscuro y la sintonía musical de la obra, uno de los hilos conductores de la misma).
No es verdad que los políticos manejen un lenguaje vacío y desprovisto de significado. No es verdad. ¿Lo sabré yo que me dedico a traducirlos? No hay ni un solo político que dé puntada sin hilo. Hasta los más incompetentes saben que detrás de sus palabras hay un código que transmite unos significados, unos valores, unos sentimientos. Su lenguaje no es el común que usan los mortales, los académicos, los científicos y los comerciantes. Es sencillamente, el lenguaje de los políticos, profundamente insignificante hacia afuera, pero extremadamente significativo hacia adentro.
DIPUTADO (siempre con tono mitinero y exaltación controlada): Queridos amigos y compañeros.
TRADUCTOR (siempre en tono sosegado de traducción simultánea, sin expresar matices y en inflexión monocorde): Queridos ingenuos y dóciles borregos.
DIPUTADO: Hoy vengo a ofreceros mi absoluto compromiso con esta hermosa y encantadora ciudad.
TRADUCTOR: Tengo que empezar halagando vuestro ego para predisponeros positivamente hacia mi objetivo.
DIPUTADO: Mi partido velará siempre por vuestro bienestar y por que ni una sola de vuestras necesidades quede sin satisfacer.
TRADUCTOR: Mi partido no se ocupará nunca más de vosotros hasta la próxima vez que se convoquen elecciones.
DIPUTADO: Somos consciente de los momentos de dificultades que estamos pasando.
TRADUCTOR: Sabemos que estáis viviendo por encima de vuestras posibilidades.
DIPUTADO: Que la crisis es el resultado de las políticas equivocadas del partido que ocupó el gobierno antes de nosotros.
TRADUCTOR: Que la crisis responde al afán especulativo de los agentes financieros, pero me interesa más cargarla en la responsabilidad de la oposición y en vuestro despilfarro.
DIPUTADO: Su falta de sensibilidad hacia los más desfavorecidos. Su deprecio hacia las políticas sociales…
TRADUCTOR: Esta es justamente nuestra ideología, pero conviene ponerla en el debe de los otros…
DIPUTADO: Han provocado esta situación actual de empobrecimiento y desamparo de las clases más desfavorecidas.
TRADUCTOR: ¿Qué coño hacen los pobres pretendiendo ser como los ricos?
DIPUTADO: Yo vengo a proponer una regeneración de la política, una regeneración de la sociedad.
TRADUCTOR: Yo vengo a convenceros para que me sigáis votando a pesar de lo que digan de mí.
DIPUTADO: La pérdida de valores está en la base de nuestra precaria situación actual.
TRADUCTOR: Tenéis lo que merecéis por confiar en gente como nosotros.
DIPUTADO: El dinero debe subordinarse a los elevados principios que han de regir nuestro comportamiento.
TRADUCTOR: El dinero es la clave de todo y es el dios al que siempre rendiremos nuestra pleitesía.
DIPUTADO: Los grandes principios que orientan nuestro programa…
TRADUCTOR: Nuestro programa solo contiene vaguedades y promesas imposibles de consumar.
DIPUTADO: Son la solidaridad y el bienestar para todos los ciudadanos, al margen de su orientación ideológica, por encima de a quién voten o dejen de votar.
TRADUCTOR: Vamos a intentar instalarnos en el poder y a beneficiarnos de los privilegios que éste otorga, por encima de cualquier veleidad igualitaria.
DIPUTADO: Podéis tener la seguridad de que ninguna de vuestras reivindicaciones quedará sin atender, porque son justas y necesarias.
TRADUCTOR: Podéis tener la seguridad de que pasaremos ampliamente de todas vuestras demandas, porque están injustificadas y son innecesarias
DIPUTADO: Merecéis un pueblo más moderno, una presencia más constante en nuestras preocupaciones de gobierno.
TRADUCTOR: ¿Qué más queréis, si vivís en un lugar privilegiado? ¡Como si no tuviéramos otras cosas de qué ocuparnos.
DIPUTADO: Os voy a poner un ejemplo de entrega y de sacrificio por los demás. Hoy tenemos la enorme suerte de tener entre nosotros al vicepresidente primero del Gobierno, que ha querido acompañarnos en esta jornada radiante de esperanza para nuestro pueblo y nuestra comunidad.
TRADUCTOR: Os voy a poner un ejemplo de personaje sin escrúpulos y arribista sin consideración. Se trata del vicepresidente del Gobierno. Él ha venido hoy aquí a robarme el protagonismo y a soltaros unas cuantas mentiras envueltas en buenas palabras.
DIPUTADO: Su trayectoria es una singladura limpia e irreprochable, repleta de grandes servicios al Estado y al Partido, que nunca le podremos agradecer de forma suficiente.
TRADUCTOR: Su trayectoria política está jalonada por una ristra indecente de servilismo y peloteo indecentes, de sumisión y sometimiento a todo aquel que pudiera beneficiar sus intereses y sus ambiciones.
DIPUTADO: Pero antes de cederle la palabra, quiero terminar mi intervención diciéndoos que no penséis que estoy hoy aquí para pediros el voto y después desaparecer como alma que lleva el diablo. Eso es lo que hacen los otros…
TRADUCTOR: Sabed que solo he venido a robaros vuestro apoyo para poderme quedar después con vuestra hacienda…
DIPUTADO: que cogen el voto, como un botín de guerra y corren con él para apoltronarse y servir a sus propios intereses.
TRADUCTOR: que hacen lo mismo que yo voy a hacer, pero con más desvergüenza y más arte que ellos.
DIPUTADO: Yo voy a pelear por vuestras carreteras
TRADUCTOR: Yo voy a luchar por mis coches.
DIPUTADO: Por vuestros puestos de trabajo.
TRADUCTOR: Por el trabajo de mi familia y de mis amigos.
DIPUTADO: Por vuestra seguridad.
TRADUCTOR: Por mi seguridad.
DIPUTADO: Por vuestra libertad
TRADUCTOR: Por mis intereses.
DIPUTADO: Por vuestra cultura
TRADUCTOR: Por vuestra ignorancia.
DIPUTADO: Por vuestro futuro.
TRADUCTOR: Por mi porvenir.
(Se hace el OSCURO y la MÚSICA de la SINTONÍA vuelve a marcar el ritmo del cambio de ambientación para la próxima escena. La mesa permanece a la izquierdo incorporando una silla más. A la derecha, se sustituye el atril por otra mesa con dos sillas).

CUADRO VI:ECONOMÍA Y JUSTICIA

PERSONAJES: Ministro de Economía y Hacienda, Director General de Economía, Ministro de Justicia, Director General de Instituciones Penitenciarias.

A un lado y otro del escenario, los actores, durante el oscuro, colocarán sendas mesas, donde despacharán los dos ministros con sus respectivos directores generales. La acción irá alternando con agilidad uno y otro diálogo, que en algunos momentos se volverá trepidante. Se hace la luz sobre la parte izquierda donde están colocados el Ministro de Economía y su Director General. La otra parte de la escena permanece en oscuro.
DIRECTOR GENERAL DE ECONOMÍA (En el proscenio): La Economía. ¿Quién entiende de Economía? Ni los grandes sabios de esta ciencia se ponen de acuerdo. Que si control del déficit, que si estímulos al crecimiento; que si subir los impuestos, que si bajarlos; que si mercado libre, que si economía planificada. Más que una ciencia, esto es un arte. (Con pillería) El arte de conseguir que siempre paguen los mismos y que siempre ganen los de siempre (Se dirige hacia la mesa donde lo espera el Ministro).
MINISTRO DE ECONOMÍA: Buenos días, Rodríguez. ¿Qué buenas me trae hoy?
D.G. de ECONOMÍA: Buenas, ninguna; alguna regular y la mayoría, malas, tirando a peores.
MINISTRO DE ECONOMÍA: Bien. Usted siempre tan positivo y optimista.
D.G. de ECONOMÍA: Es que, señor, la situación económica del país no invita a alegrías.
MINISTRO DE ECONOMÍA: Habrá que seguir tomando medidas sin que nos tiemble el pulso.
D.G. de ECONOMÍA: La situación en la calle cada vez está más alterada. La gente se empieza a rebelar y surgen protestas por todas partes.
MINISTRO DE ECONOMÍA: Tener la piel dura ante las protestas y el corazón de piedra ante las decisiones difíciles y dolorosas que hemos de tomar, forma parte de nuestro trabajo y está recogido en nuestro salario. Tome nota luego de las propuestas que llevaremos al próximo Consejo de Ministros. Ahora veamos esos asuntos.
(En este momento, la luz se traslada a la parte derecha para iluminar la escena que comienzan el Ministro de Justicia y su Director General. La parte izquierda queda en oscuro).
MINISTRO DE JUSTICIA (se levanta y va hacia el proscenio): La Justicia con mayúsculas es representada por una diosa ciega. Ciegos somos nosotros, los seres humanos que recogemos ingenuamente el deber de representarla. La Justicia es una aspiración, un ideal, pero nunca será una realidad, una posibilidad efectiva. La Justicia es un camino largo, largo… Largo y plagado de trampas y recovecos que nos impiden llegar a la meta. (Se dirige a la mesa, donde lo espera su Director General, y se sienta). Usted dirá, Martínez.

DIRECTOR GENERAL DEL RAMO: Pues, Señor, aquí traigo la carpeta cargada de asuntos pendientes. Cada vez hay más ciudadanos que reclaman y utilizan los juzgados para presentar quejas, querellas y zarandajas.
MINISTRO DE JUSTICIA: ¡Ay, estamos consiguiendo que se judicialice la vida!. Ya nadie llega a acuerdos particulares; todo el mundo necesita de un árbitro para dirimir sus cuitas. Eso es una gran desgracia social. Tendremos que tomar medidas.
DIRECTOR GENERAL: Antiguamente solo reclamaban los pudientes. Hoy, cualquier mequetrefe se siente con derecho a requerir y a demandar. ¡Qué atrevimiento!
MINISTRO DE JUSTICIA: Bien, habrá que adoptar algunas decisiones. Las llevaremos al próximo Consejo de Ministros.
(En este momento se hace la luz para iluminar a la vez las dos escenas y el diálogo irá pasando de lado a otro con creciente intensidad).
D.G. DE ECONOMÍA: Como bien sabe, Señor Ministro, la Banca está descapitalizada, ha perdido todos los ahorros de los españoles exponiéndolos a operaciones especulativas de enorme riesgo. Los banqueros exigen al Gobierno que solvente semejante desaguisado o no podrán seguir manteniendo el sistema.
MINISTRO DE ECONOMÍA: Del sistema, amigo mío, formamos parte nosotros también. Esto no puede irse al infierno. Hay que inyectar todo el dinero que necesiten.
D.G. DE ECONOMÍA: El dinero es limitado, señor Ministro, habrá que tomar medidas impopulares contra la población.
MINISTRO DE ECONOMÍA: La población también forma parte del sistema. Que arrime el hombro.
D.G DE I. PENITENCIARIAS: Señor Ministro, el yerno de su Majestad acaba de ser condenado por su implicación en todos los delitos económicos tipificados en el Código Penal. Solicita le sea conmutada la sentencia de seis meses de trabajos sociales, por unas vacaciones subvencionadas en Santo Domingo.
MINISTRO DE JUSTICIA: Concedido. No hay que ponerse a mal con la nobleza.
D.G DE I. PENITENCIARIAS: Otro asunto: un colectivo de madres de niños desaparecidos solicitan ser recibidas por usted para informarle sobre la problemática…
MINISTRO DE JUSTICIA: Ya tengo yo bastante problemática. Recíbalas usted y hágales una faena de aliño para que se marchen en paz.
D. G. DE ECONOMÍA: La Duquesa del Amanecer solicita una subvención para vallar las 35 fincas, que ocupan una extensión de…
MINISTRO DE ECONOMÍA: Concedida. Más asuntos.
D.G. DE ECONOMÍA: El barrendero de los patios y jardines del Ministerio solicita una nueva escoba para optimizar su tiempo y así…
MINISTRO: Denegado. Que barra como ha barrido siempre. ¿Qué delicadezas son esas?
D. G. DE I. PENIENCIARIAS: Señor Ministro, el compañero Mangante ha escamoteado dos mil millones de la Fundación de Asuntos Asombrosos. Espera conocer nuestra disposición.
MINISTRO DE ECONOMÍA: Ponga al Equipo Jurídico del Departamento a estudiar el tema y que le den carpetazo cuanto antes. Estas cosas no deben trascender a la Opinión Pública.
D.G DE I. PENITENCIARIAS: Ahora (Buscando en los papeles o en el ordenador) tengo por aquí el asunto que despachamos todas las semanas. El chico aquel que fue condenado injustamente y sin pruebas y que está en prisión a la espera de…
MINISTRO DE JUSTICIA: Que espere un poco, porque tenemos muchos temas pendientes que tratar. ¿Es que todavía no se ha acostumbrado a la cárcel? Le regalamos el mantenimiento y no se le ocurre otra cosa que exigir.
D. G. DE ECONOMÍA: Otro asunto: La Iglesia reclama su derecho a seguir manteniendo sus privilegios fiscales…
MINISTRO DE ECONOMÍA: ¡Con la Iglesia hemos topado! Concedido. Ya le pediremos al pueblo un pequeño esfuerzo más para compensar la pérdida de esos ingresos.
D. G. DE ECONOMÍA: Aquí tenemos varias asociaciones sin ánimo de lucro que solicitan también una especial consideración fiscal dado el carácter altruista de su labor.
MINISTRO: Nosotros no estamos aquí para aplaudir la generosidad, sino para administrar los recursos públicos de forma justa y equilibrada. Que paguen como todo el mundo… (gesto cómico)… Como todo el mundo que paga.
D. G. DE I. PENITENCIARIAS: La familia del conductor suicida que atropelló mortalmente a un pequeño en la Autovía solicita el indulto basándose en su amistad con los altos cargos del partido y esperan que usted sea sensible a dicha circunstancia…
MINISTRO DE JUSTICIA: Concedido. Entre bomberos no nos pisemos la manguera.
D.G. DE I. PENITENCIARIAS: Tenemos pendiente el asunto de la madre que solicita la conmutación de la pena que fue impuesta a su hijo por insultar al Señor Presidente llamándole ¡ingenuo! (llevándose las manos a la cabeza). Madre de Dios, nada menos que ingenuo.
MINISTRO DE JUSTICIA: Eso es algo intolerable. Ya mismo lo llamarán incompetente y otras barbaridades. Que cumpla su castigo y que pague la multa, que estamos sin un céntimo.
(A partir de ahora el diálogo se vuelve más vivo y el cambio de una escena a otra, más acelerado).
D. G. DE ECONOMÍA: El cuñado del Presidente no ha hecho la declaración de la renta…
MINISTRO DE ECONOMÍA: Se la haces tú y listo. Y que salga negativa, ya sabes.
D. G. DE I. PENITENCIARIAS: Un ciudadano reclama una multa de tráfico de 100 euros.
MINISTRO DE JUSTICIA: Que le cobren una tasa de 500.
D. G DE ECONOMÍA: Un millonario norteamericano quiere abrir un casino en España, pero pone como condición que se permita fumar en sus instalaciones.
MINISTRO DE ECONOMÍA: Que sea obligatorio fumar en el casino. Que no se contrate a nadie que no sea fumador. Estamos como para perder inversiones.
D. G. DE I. PENITENCIARIAS: El periódico La Tarde insiste en sus críticas hacia su reforma de…
MINISTRO DE JUSTICIA: Que le retiren la subvención a ese diario.
D. G. DE ECONOMÍA: El casino de su pueblo solicita una ayuda para…
MINISTRO DE ECONOMÍA: Concedida.
D. G. DE I. PENITENCIARIAS: Un pobre ha recurrido…
MINISTRO DE JUSTICIA: Denegado.
D. G. DE ECONOMÍA: Su secretaria lo espera en la Cafetería de…
MINISTRO DE ECONOMÍA: Deje el resto de asuntos para la semana que viene.
D. G. DE I. PENITENCIARIAS: Su señora lo espera en la ópera…
MINISTRO DE JUSTICIA: continúe con los asuntos pendientes, Martínez.
(Oscuro y Sintonía mientras se coloca una tarima debajo de una de las mesas para que el Mercado quede en un plano superior al de los otros personajes).

CUADRO VII:EL MERCADO

PERSONAJES: Presidente, Ministro de Hacienda, Mercado
(En una de las mesas despacharán el Presidente y el Ministro de Hacienda, mientras en la otra, y en un plano superior, se colocará el personaje que representa al Mercado).
PRESIDENTE: Me ha llamado Merkel. Me presiona Obama. ¿Qué hago? El mercado reclama medidas, ajustes para controlar el déficit. Los inversores nos darán la espalda si no cumplimos con el deber de devolver lo que nos prestan. A partir de ahora la mayor parte de lo que ingresemos tendrá que ir al pago de las deudas que hemos contraído. El dinero es insensible; el mercado no tiene corazón. Nosotros tenemos que empezar por perderlo para poder ejercer nuestra tarea.
MERCADO: Los principios, señor presidente, los ideales, no son más que utopía. Utopía que calienta el cerebro y no permite tomar las decisiones adecuadas. Aprenda de nosotros, del Mercado. No nos guiamos más que por una lógica, la del beneficio. Si el mercado gana todos ganan. Si el Mercado pierde es la ruina para todos.
MINISTRO: Señor Presidente, la situación ha llegado a un límite que ya no valen paños calientes. Hay que tomar medidas drásticas y radicales. (Saca unas tijeras enormes que llevaba detrás de la espalda). Aquí tiene la herramienta imprescindible.
PRESIDENTE (El Presidente las coge y las coloca sobre la mesa y blandiéndolas, dice): Como dijo Groucho Marx: “Estos son mis principios: si no le gusta, tengo otros”. Veamos qué podemos hacer. (Deja las enormes tijeras sobre la mesa).
MERCADO: Como primer mandamiento: apoyar a la Banca; como primera medida, inyectarle dinero; como primero objetivo, supeditarlo todo a su saneamiento.
PRESIDENTE: Pero la banca y sus dueños son los que han generado esta penosa situación, por dedicarse a especular, a multiplicar el dinero fácil y por no apoyar proyectos fructíferos de la economía productiva.
MERCADO: Pero la gente no puede saber eso. Tenemos que hacer que los ciudadanos asuman que la crisis es la consecuencia de sus excesos, de haber vivido por encima de sus posibilidades. Tenemos que convencerlos de que han ganado mucho, han gastado más y han terminado creando esta orgía de paro y empobrecimiento entre sus filas.
MINISTRO: Habrá que hacerles creer que tienen que renunciar, por su bien, a los derechos adquiridos, a la sanidad y a la educación gratuitas, a una jubilación decente…
MERCADO: ¡Ay, el Estado de Bienestar! ¡Qué invento más nefasto! No nos ha traído más que problemas. Igualdad, derechos, participación, solidaridad, pensiones, dignidad…Pamplinas, inventos de los políticos, que no tenéis los pies en la realidad.
PRESIDENTE: Muy al contrario. Somos tan realistas, que estamos siempre dispuestos a adaptarnos a cualquier realidad. Aquí estamos, al servicio del Mercado, a tus órdenes, a las órdenes del capital, aunque nos cueste el puesto. Cuando haya que rendir pleitesía a los ideales, lo haremos de la misma manera. Ser político es tener una absoluta capacidad de adaptación.
MERCADO: El puesto se conserva haciendo lo que se debe hacer en cada caso. Y ahora lo que hay que hacer es usar esas tijeras que le ha regalado el ministro. Podar, cortar, recortar, eliminar, suspender, diferir, prescindir…
MINISTRO: ¿No estaréis (duda), no estaremos yendo demasiado lejos al forzar la situación de una manera tan drástica?
MERCADO: La contundencia, amigos míos, es la clave para resolver estos asuntos. Hay que golpear antes de que tengan tiempo de organizarse; dar los palos precisos cuando el enemigo está descuidado.
PRESIDENTE: (Con un resto de dignidad): Pero es que no debiéramos considerar al pueblo como nuestro enemigo. El pueblo es el que nos asigna esta responsabilidad y debiéramos…
MERCADO: El pueblo desconoce sus intereses; tan solo necesita consignas, orientación. Los ciudadanos tienen que asumir que lo que le proponemos es lo que más les interesa, lo único que les interesa. Hay que desmontar ese maldito Estado del Bienestar, que no ha traído más que trabajadores holgazanes y sindicatos tocacojones.
PRESIDENTE: Si al menos hubiera una tercera vía, una posibilidad de compromiso. Pongamos que ni Estado de Derecho, pero tampoco Liberalismo Salvaje. Digamos que un compromiso entre el Liberalismo y el control estatal, que domeñara un tanto sus desaforadas ambiciones y paliara su nefasta tendencia a dejar en la estacada a tantos y tantos marginados que no caben en el sistema.
MERCADO: Palabras. Nada más que palabras. Lo que hay que hacer es tomar medidas urgentes para que los poderosos cada vez lo sean más. Ellos son los que han de crear riqueza para todos y solo lo harán si no ven limitadas sus posibilidades de enriquecimiento. Para eso hay que tomar las medidas, que, sin duda, continuaréis adoptando de aquí en adelante, Esta es la última palabra.
MINISTRO: Creo, Señor Presidente, que tendremos que usar las tijeras y por mucho tiempo.
MERCADO: Estaremos pendientes de todos vuestros movimientos. Si os portáis bien y sois aplicados, tendréis todo nuestro apoyo, seguiréis en el mundo civilizado y recibiréis préstamos en condiciones ventajosas (aparte) para nosotros. En caso contrario, os mandaremos directamente a los infiernos.
(Oscuro y Sintonía. Se retira todo el mobiliario, menos una mesa sin silla, que servirá para colocar unas enormes tijeras).

CUADRO VIII:LOS RECORTES

PERSONAJES: Presidente, Ministro de la Presidencia, Secretario, Ujier
Unas tijeras enormes reposarán sobre una mesa, mientras los distintos personajes se moverán alrededor de ellas).
MINISTRO (vuelve a entregarle las tijeras): Bien, Presidente, creo que es lo que más nos conviene. Al fin y al cabo, nosotros estamos en el lado de los privilegiados. No vayamos a tirar piedras contra nuestro propio tejado. Ya sabe aquello de que quien escupe al cielo…
PRESIDENTE: Lo sé, lo sé, Ministro y habrá que hacer frente a nuestras responsabilidades. La gente nos ha puesto aquí para que tomemos decisiones, no para que le digamos lo mal que está el país. Para eso ya está la oposición, con su catastrofismo y sus predicciones apocalípticas.
PRESIDENTE (Coge las tijeras y simula cortar a diestro y siniestro a medida que va enumerando los conceptos que habrá que sacrificar): Adiós ideales; adiós principios; adiós programa…
MINISTRO (en tono solemne y, al final, demagógico y exaltado): No nos temblará el pulso. Nos pondremos al país en contra, pero tendremos el consuelo de que nos asiste la razón del partido, el porvenir de la patria y el triunfo del mercado. ¡Viva la democracia!
PRESIDENTE: Déjese de soflamas y alegatos, que no hay nadie aquí que pueda aprovecharlos. Reserve sus entusiasmos para cuando le pongan un micrófono delante. Y Traiga, Ministro, los asuntos más urgentes.
MINISTRO: Tome nota, Secretario, de las resoluciones y vaya recogiendo (hace ademán de cortar con las tijeras) los despojos. (Le entrega las tijeras al Presidente). Europa sugiere (gesto de ordena) que se retrase la edad de jubilación y se limiten las prejubilaciones.
PRESIDENTE (a partir de ahora cada medida de ajuste irá acompañada de un ademán de corte con las famosas tijeras): Sin más dilación. Sitúe la jubilación a los 85 años. La de experiencia que pueden aportar estas criaturas. Es imprescindible la experiencia para que los jóvenes tengan fuentes de aprendizaje.
MINISTRO (dirigiéndose al Secretario): dé la orden de que se pasen por televisión, de forma constante, reportajes, avalados por científicos, sobre la conveniencia para la salud física y mental de mantenerse activos en el puesto de trabajo hasta edades avanzadas. Pronto estará todo el mundo convencido. La televisión tiene una enorme fuerza de penetración en los cerebros.
SECRETARIO: Con todos los respetos, acaba su señoría de prolongar mi estancia en esta casa 25 años más; acabo de cumplir los 60 y estaba gestionando la prejubilación.
PRESIDENTE: Olvídese, Fernández, Le vendrá bien. El estudio que ha citado el Ministro revela que el trabajo empieza a proporcionar verdadera satisfacción en la década entre los 70 y los 80 años. Lo anterior es masoquismo y sacrificio. No querrá perder semejante colofón a su vida laboral.
MINISTRO: Señor Presidente, el tema que ahora nos ocupa exigiría, más que tijeras, bisturí. La sanidad representa un gasto imposible de mantener…
PRESIDENTE (blandiendo las tijeras): Que se privaticen la mitad de los hospitales y que se cobre a cada paciente una tasa por utilizar los servicios de urgencia y ambulatorio.
SECRETARIO: Le recuerdo, Señor, que ya costeamos los servicios sanitarios con nuestros impuestos.
PRESIDENTE: Pero la Sanidad es un asunto suficientemente importante como pagarlo dos veces y más si hace falta. Que paguen también la mitad del coste de los medicamentos, Así irán menos y no se envenenarán con tanta química.
MINISTRO: Hay que conseguir que nadie se ponga enfermo. Vamos a solucionar de un plumazo el problema del dolor en el mundo.
UJIER (Entrando por un lateral): Señor Presidente, el diputado Riesgo insiste en que quiere hablarle de su prima.
PRESIDENTE: Haga el favor de mandar al carajo a Riesgo y a su prima. ¡Qué pesadilla!
MINISTRO: El siguiente asunto viene determinado por un informe de los expertos que asegura que a mayor velocidad, los vehículos gastan más combustible
PRESIDENTE (Cogiéndole gusto ya al uso de la tijeras):! Recorte! Limitada la velocidad en autovías y autopistas a 30 kilómetros por hora y en las demás carreteras a 20.
MINISTRO: Pero, señor, a esa velocidad nos pasará los tractores y los ciclistas.
PRESIDENTE: Pero apenas se gastarán combustible y asfalto. Además, no habrá accidentes. Si ordenamos, además, una subida lineal de 15 euros sobre el litro de carburante, miel sobre ojuelas.
SECRETARIO: ¡Fuera contaminación! y ¡fuera víctimas!
MINISTRO: Seguimos mejorando la salud de la población. Otro sector que reclama nuestra poda es la Educación. Tenga en cuenta, no obstante, que prometimos en nuestro programa que no solo no recortaríamos, sino que aumentaríamos la inversión.
PRESIDENTE: (con énfasis) La educación es el futuro. (Cambiando el registro). Pero estamos en el presente (guiñando con un gesto pícaro y empuñando las tijeras), luego ¡recorte! Que le bajen el sueldo a los maestros y, si protestan, que les quiten las vacaciones. Que reduzcan la mitad de los pupitres. Que usen uno cada dos alumnos, así se irán acostumbrando a las estrecheces que estamos fraguando para el día de mañana. La educación solo sirve para crear díscolos y opositores.
MINISTRO: Los directores de Colegios de Barcelona se quejan de que hay una gran mayoría de alumnos que no usa el comedor porque llevan las fiambreras de su casa.
PRESIDENTE: A cuánto asciende el uso del comedor?
MINISTRO; A cinco euros la comida, Presidente.
PRESIDENTE: Autorice una tasa de diez euros por cada tartera que entre en el Colegio. Es que no tienen ideas estos pedagogos.
UJIER: Señor Presidente, que llama el Ministro del Interior para que le comunique que ya hay grupos de manifestantes ante la sola sospecha de los recortes que está usted tramando.
PRESIDENTE (dirigiéndose al Ministro): Que se ponga a funcionar la maquinaria de la prensa adicta para que culpe a la oposición y a los sindicatos de dicha sospecha.
MINISTRO: Otra cuestión: los diputados europeos, los de Las Cortes y Comunidades Autónomas solicitan un aumento de sus dietas. Aducen que unos representantes del pueblo deben viajar en clase preferente y comer en restaurantes dignos de su categoría. ¿Qué es eso de comer en la cafetería del Congreso por 3 euros?
SECRETARIO (Con mucha discreción, rozando el miedo): La mayoría tienen vivienda propia en las sedes de los Parlamentos. ¿Para qué necesitan las dietas?
PRESIDENTE: No sea ingenuo, Fernández, para que las usemos nosotros también, ahora y cuando nos manden a la oposición.
MINISTRO: Presidente, la prima de riesgo está descontrolada y sigue subiendo.
PRESIDENTE: Menos mal que nosotros estamos en el último piso. Podremos resistir.
UJIER: Con permiso, Señor Presidente, tengo que informarle que Riesgo…
MINISTRO (Saliéndose materialmente de sus casillas): Dígale a Riesgo que no me toque más los cojones o tendré que (acción de cortar con las tijeras) los suyos.
SECRETARIO: ¿Quiere que esto conste en acta, Señor Presidente?
PRESIDENTE (Mirando con furia al Secretario): ¡Fernández, por Dios! (Serenándose). Bien, pasemos a otros asuntos.
UJIER; Señor Presidente, tengo que comunicarle que el Rey ha vuelto a caerse.
PRESIDENTE: ¡Madre mía, qué cruz! Dígale al Vicepresidente que se ocupe del tema. Prosigamos.
MINISTRO: El ministro del Ejército…
SECRETARIO (Muy decidido): ¡Viva Honduras!
PRESIDENTE: Déjese de ocurrencias, Fernández. Prosiga Ministro.
MINISTRO: Decía que el Ministro del Ejército teme que los recortes puedan llegar a su Departamento, porque ya sabe usted que los militares en este país son un poder…
PRESIDENTE: Que el Ministro tranquilice al Ejército. Las tijeras no van con ellos. (Con énfasis) Pues no hay cosas importantes que recortar para que nos pongamos a recortar lo superfluo.
MINISTRO: El déficit público se vuelve intolerable y los ingresos del Estado están decreciendo como consecuencia del descenso de la actividad económica. Habrá que cortar por lo sano en una serie de servicios y sectores y subir los impuestos. Por ejemplo, Funcionarios.
PRESIDENTE (Gesto de cortar con las tijeras): Que se les reduzca un veinte por ciento el salario. ¡Para lo que hacen!
MINISTRO: Presidente, los funcionarios llevan ya varios recortes. Se van a levantase en armas.
MINISTRO: PRESIDENTE (Otro tijeretazo): Que les corten la paga de Navidad.
MINISTRO: Políticos.
PRESIDENTE: Que nos suban un cincuenta por ciento.
MINISTRO: El IVA.
PRESIDENTE: Que lo suban un cien por cien.
MINISTRO: Las manifestaciones…
PRESIDENTE: Que las corten.
MINISTRO: Las huelgas.
PRESIDENTE: Cortadas de raíz.
UJIER: Presidente, el señor Riesgo…
SECRETARIO: ¡Manda güevos!
PRESIDENTE: Que se los corten.
(Se hace el oscuro y empieza a sonar la sintonía de la obra. Los actores vuelven a colocar las dos mesas a los lados, flanqueando al atril y la tarima que vuelven a escena).

CUADRO IX:EL PROGRAMA

PERSONAJES: Secretario General del Partido, Responsable de la Campaña Electoral, Asesor de imagen, Ideólogo, Secretario.
(Los personajes estarán distribuidos en las dos mesas a juicio del director. La idea es que el atril quede centrado para la escena final del Cuadro).
SECRETARIO GENERAL (En el proscenio): Las elecciones son el escenario perfecto para comprobar la auténtica madera de los políticos. Ofrecen las ocasiones inmejorables para que demostremos nuestra dureza de carácter. (Aparte) Y de cara. El contacto con el pueblo nos robustece y podemos ensayar el papel que nos tocará representar. Esto es teatro, puro teatro. (Con entusiasmo) ¡Vivan las elecciones! Pero antes del mitin, ¡qué escuela de actores! tenemos que hacer el programa, ¡qué escuela de superchería! Pero esto es un arte, ¿eh? No penséis que es fácil. (Se reúne con los compañeros, que lo esperan alrededor de una mesa). Bien, vamos a centrar nuestro trabajo sobre cuatro ejes fundamentales: Educación, Infraestructuras, Sanidad y Economía.
RESPONSABLE DE CAMPAÑA: Bueno, como sabéis, más que un conjunto de compromisos ante nuestros potenciales votantes, esto no es más que un cúmulo de buenas intenciones destinadas a convencer al electorado de que vote a nuestro Partido. Esto es una obviedad, pero lo digo por si alguien lo había olvidado.
IDEÓLOGO: Teóricamente, un programa electoral es un contrato entre el Partido y sus votantes y, como tal contrato, debe ser cumplido. Pero ésta es la teoría y no vamos a ser tan ingenuos pensando que los otros van a respetarla. De manera que se trata de prometer más que los demás y mejor que ellos. Es decir, el programa, más que un contrato será un cebo, un señuelo para ganar adhesiones.
SECRETARIO GENERAL: Lo malo será que, si ganamos, el Presidente del Gobierno tendrá que incumplir estos compromisos.
RESPONSABLE DE CAMPAÑA: Esa será otra historia y es problema del Presidente. Nosotros, a lo nuestro, que es lo que nos interesa. En cualquier caso, intentaremos que el Presidente no conozca el programa, para evitarle así la mala conciencia de incumplirlo. Y si se lo lee dará lo mismo, porque ya se encargará él de hacer exactamente lo contrario.
SECRETARIO GENERAL: Tal vez si incorporáramos a algún ciudadano a esta mesa podríamos tener la voz del pueblo…
RESPONSABLE DE CAMPAÑA (Interrumpiendo): El pueblo no sabe lo que le interesa y nosotros tampoco, pero tenemos (Con sorna y malicia) otros intereses, así que…procedamos.
RESPONSABLE DE CAMPAÑA: Tome nota, Secretario. Educación.
IDEÓLOGO: Tema fundamental, porque los ciudadanos son muy sensibles a este asunto. Entiendo que hay que prometer un incremento en la inversión y que, en ningún caso, esta parcela deberá sufrir la tijera de los recortes.
SECRETARIO GENERAL: Apunte que cada alumno dispondrá de un equipo informático sofisticado, compuesto de ordenador con conexión a Internet, impresora, tablet y teléfono móvil. (Con picardía) Esto hará que los alumnos empujen con vehemencia a sus padres para que nos voten. Los chicos ahora tienen mucha capacidad de persuasión. No como en nuestros tiempos, que pedías un scalextric y te daban una piruleta.
IDEÓLOGO: Y no olvide, Secretario, acentuar el tema del bilingüismo y algún que otro plan con siglas irresistibles para los votanres, del tipo PIC (Plan para Incrementar la Inteligencia) o PICE (Plan de Ilusiones que se Cargará la Escuela). Estas cosas son muy distinguidas para la gente, aunque es evidente que no sirven absolutamente para nada; pero visten mucho.
RESPONSABLE DE LA CAMPAÑA: Pasemos al segundo eje de la campaña: la Sanidad.
SECRETARIO GENERAL: Aumento de la inversión y promesa de construir Hospitales y Centros de Salud en todas las poblaciones.
SECRETARIO: Es mi deber recordar que últimamente estamos cerrando Centros de noche y privatizando hospitales.
IDEÓLOGO: No importa. Una cosa es predicar y otra dar trigo. Nosotros, al programa, que ya vendrá el Gobierno con los recortes. Hospitales por un tubo…y médicos y enfermeras…y ambulancias y…lo que haga falta.
RESPONSABLE DE CAMPAÑA: Y si el Gobierno tiene problemas para aplicar esta parte del programa, que saque un Decreto Ley que obligue a la gente a estar sanos, que nos hemos vuelto todos muy delicados, joder.
IDEÓLOGO: Entiendo que debiéramos prometer inversiones en investigación en enfermedades raras y contagiosas. Eso da mucha sensación de responsabilidad y preocupación por la salud de los ciudadanos. Basta con la promesa; la inversión ya la dedicaremos a asuntos más importantes para nosotros.
SECRETARIO GENERAL: Se acepta. Bien, pasemos al tercer eje de nuestro programa: Infraestructuras.
IDEÓLOGO: Este es un tema para lucirse en el programa. Un país moderno necesita cambiar los caminos por carreteras y éstas por autovías. Que no quede ni un pueblo sin la suya. Prometamos las que hagan falta. A los electores les encantan los coches y las autopistas.
RESPONSABLE DE CAMPAÑA: Secretario, incorpore imágenes, planos y todo tipo de gráficos. La informática ayuda mucho a confundir y embaucar. Contribuye a construir una realidad virtual, que terminará siendo aceptada como la única realidad.
SECRETARIO: ¿Y los baches y los atascos?
SECRETARIO GENERAL: Ya se ocupará el ministro. ¿Algo tendrá que hacer, ¿no? Lo nuestro es prometer. Especialidad: promesas. No podemos estar en todo. Por ejemplo (se dirige al Secretario), que se entregue un GPS a cada conductor. Pasamos a un tema central: la economía.
IDEÓLOGO: Primero una reflexión general. Entiendo que nuestro quehacer tiene un objetivo fundamental: buscar el voto popular, cueste lo que cueste. Para ello debemos dar buenos titulares a la prensa. No hay ningún tema que motive más a la gente que el económico. Tenemos que trasladar la idea de que, pese a la tremenda situación actual, ningún partido que no sea el nuestro está en condiciones ni tiene la capacidad de sortear los problemas que nos afligen.
RESPONSABLE DE CAMPAÑA: Y de hacer posible que todos miremos al futuro con optimismo y esperanza. Secretario, anote esta frase, que me ha salido redonda.
SECRETARIO GENERAL: Hay que plantear inversiones y bajadas de impuestos y ayudas sociales y proponer que vamos a acabar con el Senado, las Diputaciones, las Fundaciones…
SECRETARIO: Eso no, por Dios, ¿ qué haremos con la ristra de inútiles, incompetentes y pesebreros, que tenemos colocados en esas instituciones, porque no sirven para otra cosa?
RESPONSABLE DE CAMPAÑA: No te alarmes. Esto es humo y buenos propósitos, hasta que consigamos el voto. Toma nota, todos los mensajes deben ser positivos (Con énfasis y comicidad): trabajo para todos y bajada de impuestos. Con esto no hay quien nos pare.
SECRETARIO GENERAL: Y como punto final, debemos hacer una apología de la transparencia, de la limpieza y la claridad en la gestión. Porque un Partido…
RESPONSABLE DE LA CAMPAÑA: Un momento, un momento. Ahora ensayamos el mitin. Primero, cerremos el programa.
IDEÓLOGO: Yo entiendo (sigue con su tono pedante) que podemos darlo por terminado. Una última idea: insistir mucho en las propuestas y esconder todo lo posible las verdaderas intenciones. En términos técnicos, El Plan B debe quedar absolutamente enmascarado por el Plan A.
RESPONSABLE DE CAMPAÑA: Bien, pasemos entonces al ensayo del mitin. Señor Secretario General, colóquese en la tarima y detrás del atril. (Éste hace lo que le indica el Responsable de la Campaña y los demás toman posiciones como espectadores, menos el Asesor de Imagen, que revolotea alrededor del Secretario General).
ASESOR DE IMAGEN: Paso firme y decidido. Levante la barbilla; muestre seguridad en sí mismo; transmita siempre la idea de que controla la situación.
SECRETARIO GENERAL (Intentando obedecer todas las instrucciones que recibe): Seguridad. Control. Estimados amigos…
IDEÓLOGO: No olvide la idea estratégica central: culpar siempre al otro partido de todo lo malo. Echarles la culpa de todo. Atribuirnos lo bueno.
SECRETARIO GENERAL: Estas nubes que acaban de cubrir la cara luminosa del Sol son una muestra más de los trucos taimados y marrulleros de nuestros oponentes…
IDEÓLOGO: Demasiado poético. Más energía.
SECRETARIO GENERAL: Solo nosotros seremos capaces de levantar a España de la actual postración histórica, que viene determinada…
IDEÓLOGO: Demasiada retórica. Sea concreto, vaya al grano, pero sin decir nada. Olvídese del fondo. Lo importante son las formas: la fuerza, el carácter, la determinación.
ASESOR DE IMAGEN: Y sonría, hombre, sonría. La gente quiere ver actitudes positivas y optimistas.
SECRETARIO GENERAL (Empezando a mostrar síntomas de agobio): Somos conscientes de que la presente crisis es la consecuencia de la errática política que en su día llevó a cabo en el gobierno el actual partido de la oposición.
ASESOR DE IMAGEN: Sonría con seguridad.
IDEÓLOGO: Déle fuerte.
SECRETARIO GENERAL: Más que de la oposición, habría que llamarlo el Partido de la Corrupción. (Aplausos y vítores de todos los presentes).
IDEÓLOGO: No proponga nada. Va bien así, dando caña. Fuerte.
ASESOR DE IMAGEN: Sonría, hombre, sonría.
SECRETARIO DEL PARTIDO (Sonriendo ostensiblemente): Las cifras escandalosas del paro, el sufrimiento…
ASESOR DE IMAGEN: Ahora no, coño. Este tema no es para reírse. Acomode el semblante a las palabras.
IDEÓLOGO: Déjese de trascendencias. Apele a los sentimientos, aunque salga por los Cerros de Úbeda.
SECRETARIO GENERAL (Sintiéndose cada vez más agobiado): Vamos a intentar reducir el desempleo…
IDEÓLOGO: Esa promesa está muy gastada. Prometa cosas imposibles.
ASESOR DE IMAGEN: Sonría. (Con sardónica intención). La risa es muy apropiada para las promesas. Incluso la carcajada.
SECRETARIO GENERAL: Bajaremos la luz y la gasolina.
IDEÓLOGO: Algo más impactante. Algo demoledor.
ASESOR DE IMAGEN: No olvide los vaqueros y la chaqueta de pana para el mitin.
SECRETARIO GENERAL (Empezando a desbarrar por el agobio): Subiremos la incomprensión y el odio.
ASESOR DE IMAGEN: Sonría, hombre, por Dios.
IDEÓLOGO: Necesitamos una nueva gramática. ¡Invente un nuevo lenguaje!
SECRETARIO GENERAL (En el último grado del confusión): Puedo prometer y prometo que a partir de hoy el idioma oficial de este país será…el sueco.
(Sintonía de la obra, tras la perplejidad de los presentes. Los actores procederán a retirar una de las mesa y el atril con la tarima. Dejarán tres sillas).

CUADRO X:LA CRISIS

PERSONAJES: Político, Sociólogo, Ciudadano consciente, Votante de derechas, Votante de izquierdas
(Se sentarán alrededor de una mesa central o merodearán alrededor de ella).
POLÍTICO (En el proscenio): He estado un año, ¡un año! sin enterarme de que estaba asomando las orejas una crisis. Me he pasado dos años, ¡dos años! negándola. El tiempo que he perdido en esas dos tareas ha sido suficiente para que la crisis me lleve por delante. Ahora tendrán que venir otros a pelearse con ella. Yo, al final, hice todo lo que pude, es decir, seguir las instrucciones que me llegaron de arriba. Si llega a ser por mí no habría crisis. ¿Crisis? ¿Qué crisis? ¡Todavía estaría negándola! (Se traslada hasta la silla central de la mesa).
SOCIÓLOGO: El tema es bien sencillo, pero lo emborronáis tanto los políticos, lo cargáis de tanta retórica con vistas a vuestro propio beneficio, que los ciudadanos se confunden, son enredados de manera deliberada, y buscan explicaciones peregrinas para lo que pasa y culpables imaginarios, según el color.
VOTANTE DE DERECHAS: La culpa es de Zapatero.
VOTANTE DE IZQUIERDAS: La culpa es de Rajoy.
Ya quisieran ellos ser tan importantes como para ser culpables de lo que pasa. Aquí ha habido un golpe de estado incruento por parte de los poderes financieros, que se han hecho con el poder total. ¿Has oído hablar de la globalización? Ya tenían el poder, pero antes los políticos disponían de un espacio para marcar objetivos, orientar planes, diseñar proyectos. Ahora se han convertido, os habéis convertido, en unos mamporreros de aquellos poderes.
POLÍTICO: Mamporreros suena fuerte…
SOCIÓLOGO: Suena a la verdad. La política es una servidora fiel del capital. Sin ninguna duda. Y no es que quiera serlo, es que no tiene más remedio que serlo. No hay salida. O entras en el juego o te sacan. ¿Usted quiere jugar a este juego? Bien, pues estas son las reglas; aténgase a ellas. Si no las acepta, no podrá jugar. Así de fácil. Haz lo que se te diga y podrás seguir dedicándote a la política; si no…Y a los países se le impone el mismo discurso: ¡O entras en el juego o te sacamos!
CIUDADANO: Pero, por qué esta deriva. ¿Qué ha pasado?
SOCIÓLOGO: Lo que ha pasado es que el capital se ha dado cuenta de que, al poder operar con total libertad e impunidad en cualquier parte del mundo (eso es la globalización) tiene nuevas posibilidades de sacarle rendimiento a su dinero, que antes no tenía o que eran mínimas. Por otra parte, ha comprendido que especulando en sofisticados productos financieros se multiplican las ganancias de una manera desorbitada con respecto a lo que se obtiene invirtiendo en la producción de bienes.
POLÍTICO: Así que ¡a ganar dinero fácil! A guardarlo en paraísos fiscales, mientras, las empresas están asfixiadas porque no hay un banco que les firme un crédito. ¿Cómo no me enteré de nada?
SOCIÓLOGO: Esa es la cuestión. El dinero se ha independizado de la producción. Hoy no hay que producir cosas para ganarlo. Basta con saberlo mover y colocarlo en los lugares más rentables y más seguros.
CIUDADANO: Como hicieron los bancos españoles.
SOCIÓLOGO: Exactamente como no hicieron los bancos españoles, que invirtieron nuestros ahorros en productos tóxicos, que en un santiamén, quedaron volatilizados. Como por arte de magia, se descapitalizaron, se arruinaron. Nos arruinaron.
POLÍTICO: Y para salvar la situación, tuvimos que inyectarles el dinero de todos. Y el dinero de todos se acabó y para conseguir más hay que subir los impuestos, bajar los sueldos, retrasar la edad de jubilación, mandar a mucha gente al paro…
CIUDADANO. Díganme ustedes qué culpa hemos tenido los ciudadanos en esta fiesta macabra.
SOCIÓLOGO: Alguna hay, pero no para merecer tanto castigo como estamos sufriendo. El mercado es ciego y…
CIUDADANO: Pero, ¿quién coño es el Mercado?
SOCIÓLOGO: Esa es la gran cuestión. El Mercado no es nadie y somos todos. Todo aquel que invierte un céntimo forma parte del mercado. ¿Quién no lo ha hecho alguna vez? Todos hemos puesto algún ahorro donde nos pudiera reportar algún beneficio. Y el que busca beneficios quiere el máximo beneficio, sin reparar en cuestiones morales o políticas. Nos pasa a todos. Todos somos el mercado, que tiene sus reglas; la principal: obtener la máxima rentabilidad. El mercado es una lógica. Una lógica implacable.
CIUDADANO: Y si alguien queda arrollado por su maquinaria…aunque sea un país entero…
VOTANTE DE DERECHAS: ¡Zapatero es el culpable! ¡Los sociatas!
VOTANTE DE IZQUIERDAS: ¡Rajoy! ¡La derechona!
SOCIÓLOGO: Son las reglas del juego. Creadas por el capitalismo y aceptadas mayoritariamente. Lo que ocurre es que si nos salen bien las jugadas, perfecto; si nos salen mal, nos acordamos de la madre del mercado y de todos los progenitores del político que no tragamos.
VOTANTE DE DERECHAS: ¡Zapatero, chorizo!
VOTANTE DE IZQUIERDAS: ¡Rajoy, ladrón!
SOCIÓLOGO: Y no es eso, no es eso. Los partidos tienen una única responsabilidad: haber consentido convertirse en siervos, en asistentes del Mercado. La Política ha sucumbido a la Economía. ¿Y quién tiene la culpa de esto?
VOTANTE DE DERECHAS: Zapatero
VOTANTES DE IZQUIERDAS: Rajoy.
POLÍTICO (Ignorando las voces, pero dolido por las imprecaciones de los votantes): Los ciudadanos, los votantes tienden a simplificar la realidad. Hacen una lectura muy simple de las cosas.
SOCIÓLOGO: Hacen la lectura que les corresponde hacer. Ellos también forman parte del sistema y han sido condicionados a reaccionar así. El sistema lo controla todo y manipula hasta las críticas que recibe. Convierte a los ciudadanos en seres programados para entender mensajes simples y dar respuestas irracionales.
CIUDADANO (Dirigiéndose al político): Y reduce nuestra participación política a votar cada cierto tiempo con la única finalidad de legitimaros en vuestros puestos, cargos y privilegios. Votamos por costumbre, no por convicción. Sabiendo que nuestro voto es papel…mojado.
SOCIÓLOGO: ¿Y para qué? ¿Por qué esa pérdida de sustancia de la política? ¿Quién ha propiciado esa degeneración de vuestra misión original? ¿Quién ha convertido el poder en ambición si debiera ser servicio? ¿Quién ha transformado el dinero en un fin, en el único fin, si debiera ser un instrumento? ¿Quién lo ha convertido en un dios al que hay que sacrificar todos los valores?
VOTANTE DE DERECHAS: Zapatero.
VOTANTE DE IZQUIERDAS: Rajoy.
(Se hace el oscuro y suena la sintonía mientras los actores preparan el mobiliario del siguiente Cuadro, que consistirá en dos mesas separadas, una a cada lado y un par de sillas).

CUADRO XI: GOBIERNO – OPOSICIÓN

PERSONAJES: Narrador, Gobierno, Oposición, Periodista 1, periodista 2.
(Dos mesas y dos sillas donde se sentarán, por un lado el portavoz del Gobierno, que está respondiendo a las preguntas de un periodista y, por otro, el portavoz de la Oposición haciendo lo propio con otro periodista. Dos carteles, uno en cada mesa, indicarán GOBIERNO y OPOSICIÓN, según corresponda. El Narrador se moverá a lo largo del proscenio).
Narrador: El político es un ser poliédrico, multifacético. (Dirigiéndose a alguien del público). ¿Usted solo tiene una cara? Usted no puede ser político. (Dirigiéndose a otro espectador). Y usted, ¿tiene ideología? Usted no puede dedicarse a la política. El político puro no tiene ideología. No tiene ideología porque las tiene todas. Tiene todas las ideologías. Las va sacando, como saca el mago conejos de la chistera, en función de las circunstancias, en función de sus intereses o los de su Partido. O en función de lo que diga el Gobierno, o la Oposición, dependiendo de dónde se encuentre en cada momento. ¿Esto está bien o está mal? Depende. ¿De qué depende? De según como se mire, todo depende.
En este mundo traidor,
nada es verdad ni es mentira,
todo es según el color
del cristal con que se mira.
(El Narrador se retira hacia un lateral y se hace la luz sobre la mesa donde está el Gobierno).
GOBIERNO (Dirigiéndose al Periodista): La situación lamentable en que ha dejado las arcas públicas el anterior gobierno nos obliga a tomar medidas drásticas sobre temas bastante delicados. Para empezar, no tendremos más remedio que subir tres puntos el IVA.
PERIODISTA: Quiero recordarle que en el programa de su Partido aseguraban que no tocarían los impuestos.
GOBIERNO: La realidad muchas veces se impone a las intenciones. Y dada la situación con la que nos hemos encontrado, no podemos hacer otra cosa.
(La luz pasa a la otra mesa donde se encuentra la Oposición)
PERIODISTA: ¿Qué opinión les merece la subida del IVA que acaba de anunciar el Gobierno?
OPOSICIÓN: Subir el IVA es una medida que solo pueden adoptar los malos gobernantes. Lo que hay que hacer es todo lo contrario: bajar los impuestos para que los ciudadanos consuman más y aumente la circulación del capital.
(Se hace el oscuro sobre las dos mesas y la luz se hace sobre el Narrador).
NARRADOR: Esto es lo normal: la oposición se opone a lo que plantea el Gobierno. No hay nada que objetar. Pero, he aquí que tres meses después…
(Vuelve a hacerse la luz sobre las mesas).
GOBIERNO: La mejora de los indicadores macroeconómicos nos permite disponer una bajada de cuatro puntos del Impuesto sobre el Valor Añadido, el famoso IVA. Gracias al esfuerzo de este Gobierno hemos conseguido paliar en buena medida las lamentables condiciones en que dejó el gobierno anterior el déficit público.
OPOSICIÓN (Dirigiéndose al Periodista): Bajar el IVA es una absoluta irresponsabilidad. En las actuales circunstancias, esta medida nos conducirá inevitablemente, a corto plazo, a un aumento del déficit, y a largo plazo, a una catástrofe segura.
(Vuelven a quedar a oscuras las mesas y luz sobre el Narrador).
NARRADOR (En tono condescendiente) ¡Cosas de la política! Pero, no abandonemos el juego. (Al estilo del presentador de un circo). Pasen y vean. Hay más sorpresas y maravillas.
(Luz sobre las mesas)
GOBIERNO (Dirigiéndose al Periodista): La actual coyuntura internacional aconseja que iniciemos hoy mismo la retirada de las tropas destacadas en Afganistán. El precio que estamos pagando…
OPOSICIÓN (Dirigiéndose y contestando a una pregunta del Periodista): La retirada de las tropas de Afganistán es otra gravísima irresponsabilidad de este Gobierno irresponsable. Los países occidentales debemos trabajar juntos por un mundo mejor y este Gobierno se empeña en quedarse al margen de la modernidad…
(Se apagan las luces sobre las mesas y vuelve a aparecer el Narrador).
NARRADOR: ¿Nos podemos imaginar qué ocurrirá dos meses después cuando el Gobierno anuncie el regreso de las tropas al lugar del conflicto? ¿Será lo que todos estamos pensando? Será.
(Luz a las mesas, mientras el Narrador se hace a un lado).
GOBIERNO: El cambio que se ha producido en nuestros intereses estratégicos nos impone la dolorosa obligación de reincorporar a nuestras tropas al lugar del conflicto.
OPOSICIÓN: Regresar a Afganistán es una barbaridad de tal calibre, que este Gobierno, muy pronto, tendrá que lamentar su indiferencia ante el riesgo que corren nuestros militares…
(Se hace el oscuro sobre las mesas y vuelve la luz sobre el Narrador).
NARRADOR: ¿Es bueno subir el IVA o no? ¿Hay intereses estratégicos? ¿Corren riesgos innecesarios nuestros soldados? (Gesto de no ser posible saberlo). Los ciudadanos nunca agradeceremos de forma suficiente la transparencia, la claridad, el rigor con el que se nos informa sobre los asuntos candentes. Sobre todo, agradecemos la firmeza de los ideales, la solidez de las ideas y la coherencia de los comportamientos.
(Vuelve la luz a las mesas).
GOBIERNO (En declaraciones exclusivas al Periodista): Nosotros nunca renunciaremos a nuestros principios…
OPOSICIÓN: Este Gobierno no puede resolver los problemas de España, porque le falta cintura, no tiene flexibilidad para adaptarse a los escenarios cambiantes…
GOBIERNO: Nosotros estamos dispuestos a negociar con todos y a cambiar nuestro ideario si con ello alcanzamos el noble objetivo de la paz…
OPOSICIÓN: ¿Qué puede esperarse de un Gobierno que carece de principios, que se arrima al sol que más calienta y que es tan flexible que apenas puede mantenerse en pie?
(Oscuro en las mesas y luz sobre el Narrador).
NARRADOR: Esto que acabamos de contemplar es un ejercicio de alta dialéctica, de estar y no estar, de ser y no ser, de cómo la realidad puede ser interpretada de una forma y de la contraria. Pero, sigamos con el cuento. Vayamos a la traca final. (Vuelve el tono de presentador circense) Preparémonos para disfrutar del gran número, el triple salto mortal, la cuadratura del círculo. (Se dirige decidido a la mesa del Gobierno y coge el cartel. Va hacia la mesa de la Oposición y cambia el cartel de ésta por el de Gobierno y lleva el cartel de Oposición a la mesa del Gobierno. Seguirá con su parlamento mientras realiza el cambio). Los vientos viran y los que mueven los hilos de la política son especialmente caprichosos. Y he aquí que el Gobierno pasa a ser Oposición y la Oposición se convierte en Gobierno. Un soplo mágico, ¡eh voilà!
(El Narrador se hace a un lado y la luz vuelve a las mesas).
GOBIERNO (Dirigiéndose al Periodista): La situación lamentable en que ha dejado las arcas públicas el anterior gobierno nos obliga a tomar medidas drásticas sobre temas bastante delicados. Para empezar, no tendremos más remedio que subir tres puntos el IVA.
PERIODISTA: Quiero recordarle que en el programa de su Partido aseguraban que no tocarían los impuestos.
GOBIERNO: La realidad muchas veces se impone a las intenciones. Y dada la situación con la que nos hemos encontrado, no podemos hacer otra cosa.
PERIODISTA: ¿Qué opinión les merece la subida del IVA que acaba de anunciar el Gobierno?
OPOSICIÓN: Subir el IVA es una medida que solo pueden adoptar los malos gobernantes. Lo que hay que hacer es todo lo contrario: bajar los impuestos para que los ciudadanos consuman más y aumente la circulación del capital.
GOBIERNO: La mejora de los indicadores macroeconómicos nos permite disponer una bajada de cuatro puntos del Impuesto sobre el Valor Añadido, el famoso IVA. Gracias al esfuerzo de este Gobierno hemos conseguido paliar en buena medida las lamentables condiciones en que dejó el gobierno anterior el déficit público.
OPOSICIÓN (Dirigiéndose al Periodista): Bajar el IVA es una absoluta irresponsabilidad. En las actuales circunstancias, esta medida nos conducirá inevitablemente, a corto plazo, a un aumento del déficit, y a largo plazo, a una catástrofe segura.
GOBIERNO (Dirigiéndose al Periodista): La actual coyuntura internacional aconseja que iniciemos hoy mismo la retirada de las tropas destacadas en Afganistán. El precio que estamos pagando…
OPOSICIÓN (Dirigiéndose y contestando a una pregunta del Periodista): La retirada de las tropas de Afganistán es otra gravísima irresponsabilidad de este Gobierno irresponsable. Los países occidentales debemos trabajar juntos por un mundo mejor y este Gobierno se empeña en quedarse al margen de la modernidad…
GOBIERNO: El cambio que se ha producido en nuestros intereses estratégicos nos impone la dolorosa obligación de reincorporar a nuestras tropas al lugar del conflicto.
OPOSICIÓN: Regresar a Afganistán es una barbaridad de tal calibre, que este Gobierno, muy pronto, tendrá que lamentar su indiferencia ante el riesgo que corren nuestros militares…
GOBIERNO (En declaraciones exclusivas al Periodista): Nosotros nunca renunciaremos a nuestros principios…
OPOSICIÓN: Este Gobierno no puede resolver los problemas de España, porque le falta cintura, no tiene flexibilidad para adaptarse a las escenarios cambiantes…
GOBIERNO: Nosotros estamos dispuestos a negociar con todos y a cambiar nuestro ideario si con ello alcanzamos el noble objetivo de la paz…
OPOSICIÓN: ¿Qué puede esperarse de un Gobierno que carece de principios, que se arrima al sol que más calienta y que es tan flexible que apenas puede mantenerse en pie?
NARRADOR: La cuadratura del círculo, por fin, ante ustedes.
(Se hace el oscuro y empieza a sonar la sintonía. Los actores retirarán una mesa y centrarán la otra a ritmo de la música).

CUADRO XII

PERSONAJES: Político, Ciudadano
(Los dos personajes partirán de la posición de sentados y enfrentados en una mesa CUANDO INICIEN EL DIÁLOGO. Antes hará cada uno un breve monólogo en el proscenio. A discreción del director quedarán los diferentes movimientos que vaya requiriendo la acción).
POLÍTICO: ¿Cómo es posible que siendo representante del pueblo me haya distanciado tanto de él; y que él se haya alejado tanto de mí, que ya no me reconozca en ellos, que ya no se reconozcan en mí? Como dos líneas paralelas; sin posibilidad de encuentro. Alejados en intereses y en objetivos. Sin nada que compartir, como no sea el desprecio mutuo que nos profesamos. (Se dirige a la mesa y se sienta en su silla).
CIUDADANO: Yo soy el pueblo, el famoso pueblo, protagonista en todas las declaraciones de principios que hacen los políticos cuando se les llena la boca de democracia; el que está en el frontispicio de todas las constituciones, de todas las revoluciones. Por cierto, ¡qué pronto se olvidan del pueblo los revolucionarios!: piden mi ayuda y, una vez instalados, paso al olvido. Yo soy una parte de ese pueblo, que no se siente representado por los que nos dicen representar. Soy un ciudadano, un súbdito desencantado.
(Dirigiéndose a la mesa y sentándose frente al político. Sería interesante marcar físicamente la distancia psicológica que los separa). Estás tan lejos de mí que apenas puedo vislumbrarte. No te reconozco. Tú no eres aquel al que voté cargado de ilusiones, aquel al que elegí confiando en su talento y en su probidad.
POLÍTICO: No alcanzo a comprender lo que ha pasado, pero, en todo caso, no es exclusiva mi responsabilidad. Tú también te has distanciado y has desconfiado muchas veces, sin motivo, de mí.
CIUDADANO: La raíz de esta distancia está en que en cuanto los políticos accedéis al más mínimo poder, lo primero que hacéis es perder de vista el primer objetivo, el único al que debierais encaminar toda vuestra labor: servir a los que os eligen. Por una extraña perversión de los objetivos, lo que hacéis es transformar el verbo servir de activa a pasiva y solicitáis ser servidos. Así, el ciudadano se convierte en un súbdito y no en un sujeto de derecho.
POLÍTICO: Y de deberes. Que tú sueles olvidar esta parte del contrato social. Y exiges todo y te implicas lo justo.
CIUDADANO: ¿Cómo puedes acusar de falta de compromiso a quien tiene un trabajo precario, inestable, mal remunerado; a quien tiene que levantarse cada mañana a las claras del día y volver a las tantas de la noche para sostener a una mujer desempleada, a tres hijos en paro, a quinientos y pico diputados, a otros tantos senadores, a miles de concejales, alcaldes…
POLÍTICo: No sigas por ese camino. Yo también tengo que soportarte a ti y a la gente que como tú no hacéis más que reprocharnos los errores y silenciar los aciertos. Que alguno debe haber, ¿no?
CIUDADANO: ¿Ves como tienes la conciencia pervertida de que hay que agradecerte tu trabajo? Porque entiendes que lo que haces se debe a tu generosidad; te consideras un benefactor de la comunidad. Y no te quieres enterar de que no eres más que un trabajador al servicio de la gente; a mi servicio; yo soy tu jefe y tengo que exigirte, como me exige a mí el mío y el de cualquier trabajador.
POLÍTICO: Yo solo tengo que responder ante mi partido, que es el que tiene que pedirme cuentas de mi gestión.
CIUDADANO: Tu gestión tiene que estar basada en la justicia, en la racionalidad y en el sentido común y no en la arbitrariedad, en el sinsentido y el capricho, precisamente porque solo te consideras con la obligación de responder ante tus socios. Y en cuanto a los beneficios que te reportan tus…
POLÍTICO: Mi salario es justo. Tú bien sabes lo que tengo que soportar como responsable público. Entre otras cosas, el veneno que destilan tus permanentes frustraciones.
CIUDADANO: No puedo entender tu salario. Tal vez, tu salario sí, pero no tu inmensa desvergüenza para completarlo con todo tipo de regalos, comisiones, dietas, sobres subterráneos y demás desahogos.
POLÍTICO: La vida de un político es como la de un deportista de élite; corta. Por eso hay que aprovechar todas las oportunidades.
CIUDADANO: Y esa ansiedad es la que os lleva al abandono del interés común y os echa en brazos de la irresponsabilidad. Y lo malo es que tu irresponsabilidad se traduce en cosas concretas para mí. Cuando tú permites que el poder financiero y los bancos campen por sus respetos, estás creando las condiciones para que mi sueldo se reduzca, para que no pueda acceder a una prejubilación o a una jubilación digna, para que los derechos conseguidos a golpe de un doloroso esfuerzo se vayan al carajo, para que me vaya al paro, o me echen de mi piso o pierda…
POLÍTICO: Es imposible que yo pueda ser responsable de tanto desaguisado, de tanto desmán. Algo habrás puesto tú, cuando eludes en cuanto puedes tus obligaciones fiscales, cuando escoges la factura sin IVA, cuando…
CIUDADANO: Alto ahí. No compares. Mis pequeñas indecencias, de las que soy consciente, son reactivas. No son más que una manera de responder, de protestar, ante la podredumbre que tú y los que se dedican a lo que tú te dedicas, vais sembrando por donde pasáis. ¡Menudo ejemplo!
POLÍTICO: Pero así no se solucionan los problemas. ¿Esas son tus ejemplares respuestas?
CIUDADANO: Las que me provocan tu falta de decencia, la deserción de tu verdadera responsabilidad, tu falta de conciencia social, tu indiferencia ante el sufrimiento de la gente.
POLÍTICO: No olvides que tengo unas ideas, unos principios…
CIUDADANO: No me hables de principios, por favor. La última razón que tú tuviste para escoger este partido fue la coincidencia ideológica. Tú tienes los principios que necesitas tener en cada momento. Tú cambias de discurso cuando te conviene. Te vendes y te dejas comprar. Tus ideas son de usar y tirar, en función de las circunstancias. ¿Cómo coño me hablas de principios?
POLÍTICO: Quiero decir que no solo tú tienes derecho a estar descontento con la realidad. A mí también me afecta y no puedo controlar la mayoría de la realidad, que es esquiva y tornadiza.
CIUDADANO: Pero tú tienes acceso a los instrumentos que manejan la información y manipulan las conciencias. Tú puedes, y de hecho lo haces, conseguir que la gente asuma como verdades lo que no son más que mentiras miserables. Tú puedes maniobrar para cargarte una buena reputación o para ensalzar a un impresentable. Tienes los hilos para manejar todo eso. Yo no.
POLÍTICO: Te sobra rencor acumulado contra mí y te falta generosidad para entender mi papel. Te sobra resentimiento y te falta autocrítica.
CIUDADANO: Y a ti te sobra soberbia para abusar de la gente y te falta humildad para entender sus problemas; te sobra desvengüenza para cagarte en los ideales y te falta honestidad para manejar con decencia el dinero de todos.
POLÍTICO: Yo intento hacer una política justa…
CIUDADANO: No puede ser justo quien es fuerte con los débiles y débil con los fuertes. Porque tú no crees en nada… en nada más que en servirte de tu posición…
POLÍTICO: Yo tengo que remitirte a nuestro programa…
CIUDADANO: Mira, no me toques los cojones con el programa. Ya salió la palabra maldita. Vuestro programa no es una relación de propósitos, sino una sarta de mentiras para embaucar a los votantes. No es un catálogo de soluciones para abordar problemas, sino un inventario de recetas para robar votos inocentes.
POLÍTICO: Lo que ocurre es que hay veces en que la realidad no permite cumplir todas las promesas y hay que hacer políticas de recuperación, hay que abordar dolorosos recortes, que vienen obligados por las circunstancias, por la nefasta política anterior y por el sentido de la responsabilidad.
CIUDADANO: Tú estás, vosotros estáis para modificar la realidad, no para usarla de coartada para aplicar el verdadero programa, que no te atreves, el que no os atrevéis a explicar con claridad. Además, recortar es de políticos malos, incompetentes, incapaces. Si vuestra gestión fuera adecuada, si fuerais capaces de sanear de verdad el sistema, de hacer una terapia apropiada, no tendrías que acudir a recortar nada. Pero, claro, que té importa a ti el pueblo, qué le importa a los de tu clase la gente. Fíjate qué paradoja más cruel: los políticos estáis mucho más cerca de los miembros de la oposición que de los ciudadanos.
POLÍTICO: Bien, reconozco que toda esta retórica que utilizas contra mí es suficientemente demoledora como para que dé por terminada aquí la discusión. Pero tengo algo que decirte. Ni yo ni ningún otro político hemos sido engendrados en un tubo de ensayo. Somos todos hijos de la misma sociedad, del mismo pueblo que tú dices defender y del que tú tan orgulloso te sientes. Somos también hijos de ese pueblo que elude obligaciones fiscales, que hace trampas en las facturas, que practica el absentismo laboral, que exige sin dar, que miente y engaña y que se deja comprar. Y es que tú, tú también eres uno de nosotros. Tú eres como yo. Es verdad que yo, que tendría que servirte, te uso para mi servicio. Pero eso es exactamente lo que tú harías también si estuvieras en mi lugar.